“Queremos crecer en Argentina pero se necesitan dos para bailar el tango”

“Queremos crecer en Argentina pero se necesitan dos para bailar el tango”

En el mercado local, son el banco privado número 11. La entidad maneja un escenario base de contracción del PBI del 3,5% para 2015. No esperan que haya un arreglo holdout

Aguardamos una oportunidad en la Argentina. Pero no basta con querer crecer. Se necesitan dos para bailar el tango”, advierte Ricardo Marino, el CEO para América latina del Itaú, el mayor banco privado de Brasil y de toda la región.

No quedan rastros de la especulación sobre una eventual movida del Itaú que hace unos años supo precipitar el desembarco del estatal Banco do Brasil con la compra del Patagonia. En un encuentro con periodistas en la impresionante sede del banco en San Pablo, el capítulo argentino, como siempre controvertido y algo espinoso, se despega claramente de la tónica que impera en los demás mercados, incluso en esta América latina cada vez más preocupada por la desaceleración de sus economías.

Es un momento emocionante para el gigante brasileño. La fusión con Corpbanca en Chile –aún pendiente de aprobación por parte de los reguladores– no sólo lo convertirá en el cuarto banco privado de ese país (hoy es el séptimo) sino que le permitirá afianzarse en un mercado estratégico como Colombia, donde por ahora sólo había hecho pie con su banca corporativa y en el que hacía tiempo buscaba crecer.

En Paraguay, donde tienen una participación del 16% y son terceros, ya pusieron en marcha la experiencia piloto de la última novedad del banco: Itaú Personal Bank, un concepto que busca redefinir el segmento de alta renta. Pronto lo exportarán a Uruguay, donde son también la tercera entidad del mercado con un share del 12% y donde vienen de comprar las operaciones de banca minorista y tarjeta de crédito del Citibank. Incluso el claro interés por desarrollar el aún incipiente negocio en México contrasta con la extrema prudencia que despliega Marino a la hora de referirse al mercado argentino, en el que hoy tienen una participación de sólo 1,83% y son el banco privado número 11 del sistema.

“Venimos de un año desafiante en términos macro y políticos si bien fue muy bueno para el banco y sus clientes. Argentina es un país muy rico que ofrece grandes oportunidades comerciales pero hoy hay mucha volatilidad y mucha incertidumbre. El negocio pasa por el manejo del riesgo”, fue todo lo que estuvo dispuesto a arriesgar Marino, quien también aclaró que “los bancos no están caros”.

Hace apenas una semana estuvo en Buenos Aires a raíz de un encuentro con los CEO de toda la región para definir metas de largo aliento. “No puedo compartir impresiones sobre el país. Estuvimos encerrados en el subsuelo de un hotel por dos días”, bromeó. Tampoco quiso hablar sobre la posibilidad de un cambio de gestión en 2015. “No conozco lo suficiente la política local como para opinar”, se excusó con soltura este ejecutivo de sólo 40 años, hijo de Milú Villela, uno de los más importantes accionistas del banco, nieto de su presidente entre 1961 y 1975 y bisneto del fundador de la entidad, Alfredo Egydio de Souza Aranha.

Posponer el ajuste

El previsible cuidado de Marino al referirse al negocio local queda convalidado por las proyecciones que manejan los economistas del banco: una contracción del 3,5% del PBI en 2015 (contra -2,8% en 2014), sin acuerdo holdout, y un dólar a $ 14,3 para fines de ese año, con una inflación que apenas bajará la marcha desde el 41% al 35%.

Para Ilan Goldfajn, economista jefe del banco, “Argentina va a posponer el ajuste hasta las elecciones y los controles irán aumentando”. Su escenario base descarta un acuerdo con los holdouts en 2015. “No vemos señales fuertes de interés por encontrar un medio término y no hay negociación posible si las dos partes no se acercan”, insiste. Y aclara que aún en caso de materializarse un arreglo “tampoco será un escenario maravilloso, con inflación alta y un tipo de cambio descontrolado”.

Argentina fue, de hecho, la primera operación regional del banco, un proyecto inaugurado con la compra, en 1998, del Buen Ayre. Fue recién en 2006, cuando Itaú adquirió las operaciones del BankBoston en Brasil, –una subsidiaria que el Bank of America había heredado de FleetBoston– que el banco desembarcó en otros dos mercados latinoamericanos: Chile y Uruguay. El negocio del BankBoston en la Argentina había ido a parar a manos del sudafricano Standard Bank un año antes. En el 2008 el Itaú ingresó a la plaza paraguaya vía la compra de Unibanco y en 2011 se abrió paso en dos nuevos mercados, Perú y Colombia, a través de su banca corporativa (Itaú BBA). En estos días acaba de recibir aprobación para operar como casa de bolsa en México, donde ya había incursionado también con Itaú BBA.

Entre los tres mejores

“Tenemos un sueño grande. Queremos ser el banco latinoamericano global y estar entre los tres mejores bancos en los mercados en que actuamos”, define Marino, quien pasó por Goldman Sachs en Londres antes de empezar su carrera dentro del Itaú en 2002. “Y también queremos ser reconocidos como el banco digital de América latina. Ese fue de hecho uno de los objetivos trazados en el último encuentro de CEO para los próximos 10 años”, explica este ingeniero de la Universidad de San Pablo, con un MBA del prestigioso MIT. Hoy en Brasil el 59% de las transacciones ya se realizan por canales remotos. Y el Itaú es además el mayor banco del mundo en Facebook.

Pero el tema del día para el Itaú, que acaba de cumplir 90 años en Brasil, es claramente la fusión con Corpbanca en Chile, una transacción que pese a tener una menor escala, Marino considera aún más compleja que la fusión del Itaú con Unibanco en 2008, que dio origen al coloso que es hoy, con un valor de mercado de casi u$s 76.000 millones. Por ahora sólo el regulador brasileño dio su visto bueno a la adquisición de Corpbanca. Aún restan expedirse los de Chile, Colombia, Panamá y Estados Unidos, un proceso que esperan esté culminado para el primer trimestre del 2015.

Todo indica que los planes de expansión en la Argentina deberán esperar.

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