Quemacoches no paran: tres autos en una noche

Tres automóviles más que aparecen incendiados en la Región y van... Ahora, ardió en llamas durante la madrugada de ayer un Renault Megane que estaba estacionado frente a una vivienda en la calle 63 entre 14 y 15.
Según consideraron fuentes policiales, el hecho se enmarca en un otro accionar más de los “quemacoches”, es decir, de personas que se dedican a prender fuego los vehículos que “duermen” en la vía pública. Otro rodado fue objeto del mismo delito en 148 entre 531 y 32. Los daños, en ambos, fueron importantes. También hubo un caso en El Dique, Ensenada, sobre la calle 130 entre 34 y 35. En el caso del vehículo siniestrado en la calle 63, según contó la dueña de casa a cuya altura de la calzada ardió el coche, el dueño del automóvil es vecino suyo. La mujer no escuchó la explosión que suele provocar el estallido del fuego. “Cuando abrí el portón del jardín me encontré con el auto arrasado”, contó. La vecina dijo además que al ver el auto destruido sintió “bronca e impotencia” y lo lamentó porque “tener un auto hoy en día cuesta demasiado dinero”. De acuerdo a la opinión de la frentista de la calle 63, “es evidente que esto fue atentado, lo hicieron a propósito, porque quisieron prenderlo fuego”. ANTECEDENTES DE SOBRA Con los dos vehículos incendiados ahora ya van tres que son blanco de los quemacoches en lo que va del año. El último fin de semana prendieron fuego, en Lisandro Olmos, un remise Chevrolet Corsa blanco que estaba estacionado en el cruce de las calles 44 y 200. Como suele suceder en estas situaciones ya por demás reiteradas, se alteró el ánimo de los vecinos y comerciantes de la zona, a quienes el episodio que los inquietó. NO DAN CON LOS AUTORES La modalidad delictiva viene repitiéndose desde el último semestre del año pasado. No cede y tampoco se logra determinar quiénes y por qué llevan adelante esos ataques que destruyen rodados. Además del más reciente ocurrido en Olmos, los últimos episodios se registraron en 12 y 97; 1 y 604;120 entre 99 y 600; 71 entre 116 y 117; 10 entre 521 y 522, 75 entre 17 y 18; 35 entre 21 y 22; y 61 entre 151 y 152. Por lo general, según se viene advirtiendo, en este fenómeno que le quita el sueño a los vecinos en plena madrugada por los estruendo que producen las explosiones, los vehículos que son blanco de las llamas tienen varios años de antigüedad. La mayoría de las veces, incluso, se trata de modelos que ya no se fabrican . Pero en las últimas semanas los quemacoches incendian también automóviles nuevos e , incluso, de alta gama. Esta ola de vandalismo contra los automóviles ocurre en todos los barrios de la periferia e incluso en el casco urbano de la Ciudad. Las acciones habían comenzado con roturas; los vehículos amanecían con los vidrios destrozados y la carrocería abollada, pero no los quemaban. En el último tiempo la modalidad del ataque se vale del fuego y los coches terminan totalmente destruidos e inutilizados. El hecho se da siempre después de la medianoche, con la protección que brinda la oscuridad y la quietud urbana de las horas de la madrugada.

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