Putin mueve al Mediterráneo un poderoso portaaviones

Fue la respuesta del Kremlim a Washington, que le había pedido detener los bombardeos en territorio sirio.

El gobierno de Vladimir Putin decidió aumentar su presencia en el Mediterráneo Oriental, área limítrofe con Siria y Turquía, con el portaaviones “Almirante Kuznetsov”, el buque insignia de la Armada rusa, según anunció el ministro de Defensa, Serguei Shoigu.

“Para incrementar las posibilidades de combate de la flotilla incorporaremos buques portadores de aviones, con el crucero ‘Almirante Kuznetsov’ a la cabeza”, explicó el ministro. Destacó que actualmente en la zona se encuentran seis buques militares acompañados de otros tres o cuatro barcos de apoyo logístico, a los que se sumará el portaaviones a mediados de octubre.

“Con el fin de garantizar la defensa de los intereses nacionales y apoyar la paz, en 2013 reanudamos la presencia permanente de la Armada rusa en el Mediterráneo Oriental, que había sido suspendida a finales de siglo pasado”, resaltó Shoigu.

El militar argumentó que la V Escuadra soviética permitió en 1967 evitar una escalada del conflicto árabe-israelí y siempre fue un factor de contención ante cualquier acto hostil contra la URSS. Aquella flotilla estaba integrada por más de medio centenar de buques, 30 de superficie, 15 submarinos e innumerables barcos de asistencia, y su misión era prevenir un ataque contra la URSS por parte de la VI Flota norteamericana en tiempos de la Guerra Fría.

El Almirante Kuznetsov tiene 302 metros de eslora y fue botado en 1985. Es el único portaaviones de la Armada rusa. Su pista cuenta con los flamantes cazas MiG-29 y helicópteros Ka-52 adaptados especialmente a la lucha aeronaval.

El jefe del comité de Defensa de la Duma o Cámara de Diputados, Vladimir Komoédov, explicó que el portaaviones podría ser utilizado en la operación aérea rusa en Siria. Su traslado “tiene lugar en el momento adecuado si la situación operativa los requiere y es necesario apoyar a nuestros soldados en Siria”, dijo.

Desde el 30 de septiembre de 2015, Rusia realiza una campaña de bombardeos en Siria –cuyo régimen es aliado de Moscú–, adonde también ha enviado personal de tierra, en la que es su primera intervención militar directa en el conflicto en el país árabe.

El número de efectivos rusos en Siria, la gran mayoría de ellos pertenecientes a fuerzas especiales, va en constante aumento. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), más de 3.000 nuevos combatientes rusos han llegado en el último mes a Siria para unirse a las fuerzas de su país, que colaboran con las tropas del gobierno de Damasco. Esto le permitió al Ejército sirio recuperar las posiciones perdidas ante el ISIS.

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