La pulseada de los científicos

La pulseada de los científicos

En el Ministerio de Ciencia, las organizaciones de la comunidad científica se reunieron con funcionarios para garantizar la continuidad de los más de 500 investigadores víctimas del ajuste presupuestario. El próximo miércoles habrá una movilización al Conicet.

 

 La negociación por los más de 500 investigadores excluidos de la carrera del Conicet por un recorte presupuestario, pese a que superaron todas las instancias de evaluación para ingresar, comenzó ayer y la perspectiva es que sea extensa. Después de haber tomado durante cinco días el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a fines de diciembre, las organizaciones de científicos consiguieron el compromiso oficial de que ninguno de los afectados se quedará sin trabajo y que a todos se les extenderán las becas durante este año, pero lo que nunca se resolvió fue dónde se instalarán: eso es parte de lo que comenzó a negociarse ayer entre los funcionarios y los investigadores.

El ministro de Ciencia, Lino Barañao, expresó públicamente que el Conicet “tiene un límite”, y que “si se incorporan investigadores al ritmo que lo hacía el gobierno anterior –del cual él fue ministro–, en tres o cuatro años ya no se podrán incorporar más”. El miércoles de la semana que viene habrá una concentración frente al Conicet cuando su directorio realice la primera reunión de 2017: allí se definirá el número y la extensión de las becas a los damnificados, que deberían ser hasta diciembre. 

En la explanada de MinCyT, a las 10.30 ya había gente, pancartas, banderas y micrófonos. El ministerio informó que a las 11 empezaría la Comisión mixta de seguimiento, tal cual estaba previsto. El primer roce se dio cuando agregaron que solamente recibirían a cuatro representantes, desconociendo el acta acuerdo de diciembre, que aceptaba a más de diez. “Tomamos ese gesto como una provocación”, dijo Alejandro Muntó,     de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP). 

La Red federal de afectados (RFA), Científicos y universitarios autoconvocados (CyUA), Becarios empoderados, Ciencia y técnica argentina, ATE-Conicet, y los sindicatos de profesores Conadu y Conadu Histórica, además de JCP, son las organizaciones que tomaron parte del conflicto y tienen representación en las reuniones. 

“La reunión era preparatoria para discutir cómo irá avanzando la comisión, pero hay varios datos a remarcar. El número de afectados tuvo un error: a los 508 iniciales se le agregaron nueve casos más, pero a la vez se le restaron 19, compañeros que pensaban que estaban adentro del acta acuerdo y ahora se enteran que no. El ministerio no ofreció respuesta alguna por ese grave fallo”, explicó Muntó, que participó de la reunión.

“Una cuestión importante es que quieren individualizar el problema, hablar ellos con cada investigador por separado: eso es justamente lo que no queremos, cuando los trabajadores negocian colectivamente negocian mejor”, dijo Nuria Giniger, de CyUA de Buenos Aires, y remarcó: “El acuerdo así se destroza”.

Guido Giorgi, de RFA de Capital, una organización surgida este año, dijo que el Gobierno los reconoció como “interlocutores válidos, algo que es muy importante”. Respecto a dónde irán a trabajar los investigadores reincorporados, Giorgi contó que, según lo expresado por los funcionarios en la reunión, “no van a hacer un régimen especial, nos quieren incorporar a esos organismos –institutos descentralizados o universidades públicas– adaptándonos a su normativa, escala salarial y forma de funcionamiento”. “Queremos que los 498 compañeros que ellos reconocen, más los 19 que ‘se equivocaron’, investiguen en el Conicet –afirmó–. Las condiciones laborales queremos que sean óptimas, no tener investigadores con contratos basura.”

Muntó se refirió a la convocatoria para ingresar a carrera del investigador de este año, que debería haberse publicado el año pasado y todavía no está. “El miércoles 15 nos vamos a movilizar para que abran la convocatoria, además queremos saber las vacantes que se van a concursar –exigió–. Tememos que haya un año sin ingresos al Conicet.” Giniger opinó que “la cuestión es política, el achicamiento de la planta del Conicet es un tope al sistema científico, que afecta al desarrollo del país. Se compran al exterior productos científicos  que se podrían hacer aquí”.

“Otra cuestión que denunciamos –agregó Muntó– es el recorte de las becas 2016, los resultados muestran que se retrocedió un 16 por ciento en relación con el 2015.” 

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