La UE no puede consensuar una respuesta a la purga y persecución política en Turquía

Los últimos acontecimientos en Turquía levantaron las alarmas en la UE, en especial las afrentas a la libertad de la prensa y el debate sobre la pena de muerte en el país.

Los cancilleres de la Unión Europea (UE) se reunieron este lunes para discutir cómo avanzar en la relación con Turquía, pero no lograron acordaron una posición común sobre el futuro de la candidatura de Ankara al bloque comunitario y qué postura tomar ante la masiva purga y los ataques contra la oposición en ese país después del fallido golpe.

Los ministros europeos abordaron en Bruselas por primera vez los últimos acontecimientos en Turquía que han levantado las alarmas en la UE, en especial las afrentas a la libertad de la prensa y el debate sobre la pena de muerte en el país, tras el fallido golpe de Estado de julio pasado.

Mientras que algunos países, como Reino Unido, pidieron moderación, Austria se mantiene firme en reclamar la suspensión de forma inmediata de las negociaciones con Ankara.

"Cuando se trata de los derechos humanos y el estado de derecho, Turquía se ha ido alejando cada vez más de Europa", dijo el canciller austríaco, Sebastian Kurz, antes de la reunión.

"Esta Turquía no tiene lugar en la UE", afirmó, citado por la agencia de noticias DPA.

Por su parte, Londres pidió cautela.

"No hay que reaccionar de forma exagerada y en contra de nuestro interés común", dijo el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson.

La posición de Alemania, según fuentes diplomáticas anónimas, fue parecida a la de Reino Unido.

El ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, no hizo ningún comentario público sobre el debate, que su homólogo austríaco calificó de "muy intenso", pero según fuentes que estuvieron en la reunión, instó a no cortar los canales de comunicación en vista de la importancia que tiene la política de seguridad de Turquía.

 Turquía es candidato para ingresar en la UE desde 1999, pero el proceso de negociaciones ha sido lento.

Su candidatura parecía haberse reactivado este año cuando el gobierno de Recep Tayyip Erdogan firmó un acuerdo con la UE para recibir a miles de refugiados deportados y sellar por completo su frontera para frenar el avance de cientos de miles de demandantes de asilo provenientes de Medio Oriente y Asia Central, principalmente.

Bélgica, uno de los gobiernos considerados moderados dentro de la UE, también se expresó muy crítico contra Turquía.

La "gran cantidad " de detenciones debería ser un motivo para repensar la relación con un país así, comentó el ministro de Relaciones Exteriores belga, Didier Reynders, quien a su vez pidió que el dinero que se utiliza para las negociaciones de adhesión sea destinado a proyectos de la sociedad civil.

El canciller luxemburgués, Jean Asselborn, por su parte, se desmarcó y advirtió que la UE estaría "cometiendo un grave error si interrumpiera las negociaciones de ingreso".

"Creo que mucha gente en Turquía pone el foco en la UE para salir de una vez por todas de ese agujero", señaló.

Al final de la jornada, el resultado de la reunión de cancilleres es que no hay una posición común.

Muchos países de la UE temen que si se suspende el proceso de ingreso de Turquía al bloque europeo, este país pueda abandonar la cooperación en la crisis de refugiados, que junto con los controles en la ruta de los Balcanes han frenado dramáticamente la llegada de refugiados e inmigrantes a suelo europeo, a costa de mayores peligros y sufrimientos para la mayoría de estas personas.

Además, crece el repudio popular y de líderes europeos contra la política de purga del gobierno del presidente Erdogan que desde el fallido golpe del 15 de julio pasado despidió, suspendió, trasladó o arrestó a más de 100.000 personas, principalmente dentro del Estado.

Erdogan señaló como cerebro de la intentona a su ex aliado y predicador autoexiliado en Estados Unidos, Fethullah Gulen; pero dentro del país también inició además de la purga, una persecución masiva de presuntos simpatizantes de Gulen y de los golpistas que alacanzó a medios de comunicación y periodistas.

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