Al PSOE lo corre el tiempo

Al PSOE lo corre el tiempo

En pleno debate interno, los socialistas se plantean convocar al Comité Federal un día antes de que comience la nueva ronda de consultas para ver si Mariano Rajoy es nombrado presidente o los españoles deben votar por tercera vez.

El partido socialista español (PSOE) tiene que decidir esta semana si permite o no que gobierne el conservador Partido Popular (PP) dirigido por Mariano Rajoy, en medio de un virulento debate interno que amenaza con fracturar a la principal fuerza de la izquierda española.

La decisión de investir presidente a Rajoy hará necesaria la convocatoria del Comité Federal, el máximo órgano del partido entre congresos de la formación socialista, dirigida en la actualidad por una gestora provisional tras la dimisión de su secretario general, Pedro Sánchez.

En pleno debate interno, los socialistas se plantean el domingo 23 de octubre como la fecha para convocar el Comité Federal, un día antes de que el rey Felipe VI comience una nueva ronda de consultas para ver si hay posibilidad de elegir a un presidente de gobierno o se debe llamar por tercera vez a elecciones.

Entre los partidarios de la abstención se apunta al presidente de la gestora, Javier Fernández, y a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, de gran influencia en el partido por ser su región la federación más importante del PSOE. Ayer los socialistas andaluces, en la reunión de la dirección regional, defendieron abiertamente la abstención para facilitar la investidura de Rajoy, a la vez que insistieron en que hay que respetar lo que decida el Comité Federal.

La figura más destacada de los partidarios del “no” es el líder de los socialistas de Cataluña, Miquel Iceta, quien ayer afirmó que “entre Rajoy o nuevas elecciones, nuevas elecciones”. “En el PSOE no hay nadie que quiera que Rajoy sea presidente”, dijo el líder de los socialistas de la región de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, e insistió en que lo que se discute no es esto, sino si Rajoy será presidente “ahora o dentro de 55 días”, tras la celebración de unos terceros comicios.

Pero incluso entre los partidarios de la abstención hay posturas diferentes. Unos apuestan por una abstención “técnica”, para evitar terceras elecciones, sin que suponga un apoyo al futuro gobierno de Rajoy, mientras que otros proponen una “mínima”, que la llevarían a cabo solo los once diputados necesarios para no impedir la investidura.

Como última opción, se baraja la ausencia de once representantes en el momento de la votación, lo que posibilitaría la reelección del candidato del PP y permitiría mantener el “no” en el Comité Federal.

Con estas perspectivas, la próxima reunión del máximo órgano del PSOE se presenta como un nuevo escenario de discusión interna que puede debilitar aún más a un partido que no ha dejado de perder votos y escaños desde 2008. Mientras tanto, entre cargos electos del partido –sobre todo alcaldes y concejales– y un sector de la militancia se mantiene la movilización por el “no” y a favor de consultar a las bases acera de la postura del PSOE en la próxima votación de investidura.

En medio de este debate, el presidente del gobierno en funciones y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, aseguró ayer que está tranquilo a la espera de que los socialistas decidan si permiten su investidura y apeló a la prudencia en este asunto. “Vamos a esperar”, señaló.

El PP tiene 137 diputados, que junto con el apoyo de los 32 escaños de Ciudadanos (liberales) y el de una diputada canaria, le daría 170 votos a favor, en un Congreso donde la mayoría absoluta está en 176 síes.

En esta situación, necesita la abstención de los 85 diputados del grupo socialista o de parte del mismo, ya que los nacionalistas catalanes y vascos se han negado a apoyarlo.

Después de más de 300 días con un ejecutivo en funciones, se agotan los plazos, ya que si el 31 de octubre no hay elegido un nuevo jefe del gobierno, tendrían que convocarse nuevas elecciones. Serían las terceras en doce meses, tras las del 20 de diciembre de 2015 y las del 26 de junio de 2016, algo inédito en la política española de los últimos cuarenta años.

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