El proyecto sobre huelgas no se aprobará por ahora

El proyecto sobre huelgas no se aprobará por ahora
La presión de los gremios que marcharon a la Legislatura y la interna del PJ obligaron a los autores de la polémica iniciativa a bajarla de los Asuntos Entrados.

El polémico proyecto de ley que propone limitar las medidas de fuerza gremiales para garantizar la prestación de servicios esenciales como la salud, no será aprobado, al menos por ahora.

La presión que ejercieron los gremios nucleados en las dos CGT locales, con una protesta que fue más ruidosa y amenazante que numerosa, determinó que fuera frenado, y su debate, postergado sin plazo para una eventual sanción.

Además de la manifestación de ayer en las inmediaciones de la Unicameral, también fue determinante el creciente rechazo interno para con la iniciativa; ya que a los siete delasotistas que habían adelantado su negativa, ayer se sumaron otros tres. Como está, el texto no recoge consensos ni los votos necesarios.

Si bien los autores de la polémica iniciativa (Oscar González, Carlos Gutiérrez y Sergio Busso) habían anticipado que el proyecto no se trataría ayer sobre tablas, las circunstancias los obligaron a recular aun más.

Tras recibir a la comitiva de secretarios generales que encabezó José Pihen, las autoridades de Unión por Córdoba ni siquiera pudieron lograr que el texto tomara estado parlamentario, paso formal necesario para que un proyecto pueda ser debatido en comisión o elevado al pleno en cualquier momento.

Además, el retroceso, que llevó al gremialista-legislador Pihen a proclamar el “triunfo” gremial, provocó un daño colateral en la organización parlamentaria. Como al proyecto en cuestión ya se lo había incluido en la lista de Asuntos Entrados, en el cuadernillo que se imprime con el Orden del Día y se distribuye antes de la sesión, los empleados legislativos fueron enviados a recuperar esos documentos, que fueron anulados y reemplazados por otros similares, en los que no figura el proyecto frenado.

Frenado, no desechado

Anoche, en diálogo con este diario, González dijo que el proyecto no había sido abandonado totalmente, porque hasta el gobernador había señalado que había que debatirlo. Y precisó: “El acuerdo que hicimos con los representantes gremiales es abrir el debate sobre el tema en cuestión, no ya sobre este proyecto, sino sobre el tema, es decir, sobre cómo garantizar los servicios esenciales, y vamos a continuar trabajando en ese sentido”.

Sobre la protesta de los sindicatos que tomaron el retroceso como un triunfo, el exjefe de Gabinete y actual presidente provisorio de la Unicameral señaló: “Los gremios vinieron a expresar su rechazo porque entienden que queremos cercenar la protesta social; pero lo nuestro no tiene nada que ver con eso, sino con garantizar los servicios esenciales”.

En ese sentido, manifestó que “de alguna manera hay que precisar qué es un servicio mínimo o esencial; por ejemplo, si sólo un accidentado gravísimo puede ser atendido por una guardia mínima o si también debe serlo un enfermo grave que viaja 200 kilómetros para hacerse un análisis”, especuló.

Acerca de la falta de apoyo de un grupo de legisladores de su propia bancada, González lo minimizó: “En la interna del bloque no hay problemas, es una ficción que haya desacuerdos. Nunca dijimos que el proyecto es intocable, es un primer paso, no tiene plazos de aprobación, no hay apuro”. Para González, recién el martes próximo se reunirá el bloque oficialista.

Movilización, bombas y paz

Con los secretarios generales del SEP, de Luz y Fuerza, de la UEPC y hasta de Camioneros y mineros, se movilizaron los cuerpos orgánicos en torno del Palacio legislativo, en pleno centro cordobés. Pero no pudieron llegar al parlamento porque la Policía había instalado vallas en las peatonales del entorno.

Hasta que la comitiva gremial ingresó a la Sala Regino Maders de la Unicameral, para obtener el compromiso de que el proyecto no se iba a tratar, los activistas hicieron llover decenas de bombas de estruendo sobre la Guardia de Infantería.

Cuando terminó la reunión, los sindicalistas ratificaron su posición: “Triunfamos: el derecho de huelga no puede ser regulado por la Legislatura”, dijeron. Pocos minutos después, la movilización se dispersó.

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