Proyecto oficial le pone un plazo al cambio de las tarjetas de micro

Proyecto oficial le pone un plazo al cambio de las tarjetas de micro

Lo presentó el gobierno municipal en el Concejo Deliberante. Los micros sólo aceptarán la SUBE. Las empresas deberán comercializarlas y el Ejecutivo informará los puntos de entrega.

Cuando el prometido reemplazo de las tarjetas sin contacto por las SUBE parecía olvidado, el gobierno municipal presentó ayer un proyecto de ordenanza para la implementación del sistema.

Una vez aprobada la norma, los usuarios tendrán 90 días hábiles para canjear unas tarjetas por otras: las SUBE, que deberán ser comercializadas por la Unión Transitoria de Empresas El Libertador, son las únicas que se permitirán en los colectivos locales.

El proyecto busca autorizar al Departamento Ejecutivo a suscribir con Nación Servicios SA el “Convenio Específico para la Implementación del Sistema Unico de Boleto Electrónico (SUBE)”.

La ordenanza autorizará a Nación Servicios a “retener por cuenta y orden de la Municipalidad de General Pueyrredon la totalidad de los importes correspondientes a tributos municipales que graven a las empresas concesionarias que se encuentren incorporados a la tarifa del transporte urbano colectivo de pasajeros, como así también los montos correspondientes al Fondo Municipal de Transporte” (la recaudación destinada al arreglo de las calles por las que circulan los colectivos).

El Ejecutivo deberá informar a los usuarios los puntos donde se podrán canjear las tarjetas que cesan en su utilización para la entrega de las SUBE.

A su vez, la UTE-El Libertador dará de baja todas las tarjetas sin contacto del orden local, por lo que los empresarios deberán retirar los equipos lectores de esos plásticos que están instalados en los colectivos.

El proyecto oficial llega después de que se vencieran los plazos originales establecidos por esta y la anterior gestión municipal para que la SUBE quede como el único sistema de pago a bordo de los micros.

Esta tarjeta, que se utiliza en diversos medios de transporte de distintos puntos del país y permiten un conocimiento de los patrones de movilidad de los usuarios, empezaron a ser usadas en Mar del Plata en enero de 2015. Desde ese momento conviven con las de aproximación o sin contacto.

Incumplimientos

La gestión de Gustavo Pulti había previsto que en un año realizaría un reemplazo total de unas tarjetas por otras, pero ese primer plazo no se respetó. Tampoco el que dio la Dirección General de Transporte a principios de este año, en el inicio de la administración de Carlos Arroyo: el 30 de junio.

Uno de los principales críticos de esos incumplimientos fue el concejal del Frente para la Victoria Marcos Gutiérrez, que en julio presentó un pedido de informes sobre el proceso de transferencia.

“El Sistema Unico de Boleto Electrónico tiene como objetivo primordial facilitar el acceso al sistema de transporte público mediante una herramienta tecnológica de utilización masiva que soslaye los inconvenientes que presentan los sistemas de pago actualmente vigentes, lo que permitirá mejorar la calidad de vida de los usuarios y de la población en general, en el entendimiento de que la prestación del servicio público de transporte, por su difundido y masivo uso, es una de aquellas actividades que mayor incidencia tienen”, sostenía entre los fundamentos.

Mencionaba que el nuevo sistema ampliaría las formas de recarga de la tarjeta y permitiría conocer en tiempo real la cantidad de pasajeros transportados, la ubicación de las unidades y su frecuencia. Claro que esos beneficios, por su uso parcial y restringido, todavía no se observan en Mar del Plata. De hecho, el pedido de información surgió a partir de las reiteradas quejas de los usuarios por las dificultades para adquirir o recargar las tarjetas SUBE.

El sistema “constituye también una herramienta de obtención de información de crucial importancia para el Estado nacional que, entre otros objetivos, fortalece las tareas de planificación, haciendo posible un uso más eficiente de la red de transporte público a partir del conocimiento de los patrones de movilidad de los usuarios del sistema”, agregaba Gutiérrez.

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