El rojo en el presupuesto de la UNT es cada vez más intenso. Los gastos fijos enfrentan a los funcionarios del rectorado con los decanos. Especialmente, con aquellos que les vienen sacando en cara que el presupuesto del rectorado es excesivo y no se reduce. Esta tensión tuvo su punto cúlmine durante la última reunión del Consejo de Decanos, presidida por el vicerrector, José García. 

Según relataron fuentes universitarias, los funcionarios Leandro Díaz y Miguel Ángel Carletti, secretario y subsecretario del área Económica Administrativa, llegaron a la reunión con una planilla en la que se detalla lo que se va ejecutando del presupuesto desde enero hasta septiembre (incluida la proyección a diciembre) en gastos de servicios, funcionamiento y sueldos. Allí se observa que más de $ 2.800 millones se contemplaban para teléfono, luz, gas, agua, seguros (estudiantil y automotor), vigilancia, pasantías, autoridades, docentes, no docentes, alquileres y funcionamiento. 

Lo que causó malestar es que esa planilla incluía la distribución de los gastos mencionados en las 13 unidades académicas y en las siete escuelas experimentales. O sea, lo que le cuesta al rectorado cada facultad y cada escuela experimental. Según los cálculos de los funcionarios del gabinete, el 78,5% del presupuesto anual (más de $ 2.884 millones) se va en las facultades y escuelas, y el 21,5% (unos $ 620 millones) corresponde a los gastos del rectorado. 

Esta exposición generó críticas, discusiones y terminó por disolver la reunión. Entre los argumentos -detallaron algunas fuentes- muchos decanos consideraron que era una falta de respeto la presentación de esa planilla y aprovecharon para recordarle al vicerrector que desde hace cuatro meses las unidades académicas no vienen recibiendo los $ 70.000 mensuales que les corresponden para gastos de funcionamiento. Hubo algunos decanos que se opusieron con más vehemencia al informe. Entre ellos, el de Ciencias Económicas, José Luis Jiménez, y la decana de Piscología, Rosa Castaldo. 

Criterios

Lo que más indignó a algunos decanos fue la manera en que distribuyeron los gastos de servicios, pasantías y funcionamiento, asignándoles a las 13 facultades exactamente la misma cifra. Por ejemplo, de luz $ 499.000, de gas $ 3.149, de agua $ 79.722, de seguros de automotor $ 36.118 y de funcionamiento a todas les calcularon $ 700.000 anuales. La observación fue que algunas facultades ni siquiera contaban con vehículos propios o que el consumo de luz, gas, agua, teléfono y funcionamiento variaba en cada una. Las únicas columnas que representaron los datos particulares fueron las de sueldos de autoridades, docentes y no docentes. En algunas también figuraron los alquileres. Según la planilla, por ejemplo, las facultades de Ciencias Exactas y de Medicina son las de mayor gasto en sueldos. Son las más “caras” para el rectorado: Medicina con unos $ 272,5 millones y Exactas con $ 264 millones por año. 

A las escuelas experimentales no les incluyeron los servicios de la UNT; sólo se consignaron los gastos de funcionamiento ($ 350.000 a cada una) y los salarios docentes, no docentes y el monto de alquiler, en el caso de la escuela de Bellas Artes, que no tiene sede propia. 

Negativo

Esta planilla que generó la ira de algunas autoridades académicas fue una especie de continuación de otro informe que presentó la Dirección General Administrativa de la UNT en la última reunión de la Comisión de Hacienda del Consejo Superior. Se trata de la ejecución presupuestaria de enero a junio, que refleja que el déficit semestral alcanzado es de $ 272 millones. Si se proyecta ese valor a diciembre, señalaron algunos de los consejeros, en diciembre la UNT podría cerrar el año con $ 450 millones abajo. A esta cifra hay que sumarle el déficit estructural que arrastra la universidad, calculado en $ 700 millones, que significó graves observaciones de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) de la Nación. 

Incluso, las autoridades de la UNT están a la espera de un informe que técnicos de esa cartera nacional deben remitir y que mostraría cuáles son los números reales. En junio Danya Tavela, subsecretaria de Políticas Universitarias de la Nación, manifestó preocupación por la situación financiera de la gestión de Alicia Bardón, lo que llevó a proponerle un relevamiento de las cuentas, que iba a estar listo para fines de agosto. 

La UNT ocupa el quinto lugar en el presupuesto que cada año la Nación asigna a las universidades. Antes están la UBA, Córdoba, La Plata y Rosario. Para 2016 la cifra era de casi $ 2.500 millones (no incluye el aumento por los acuerdos salariales). Desde principio de año la UNT viene reclamándole a la Nación que le gire los montos correspondientes a los contratos-programa y la ejecución del 100% cada mes.