Proyectan una baja de 2% en el PBI y 30% de inflación

Proyectan una baja de 2% en el PBI y 30% de inflación

El Gobierno no tiene demasiado margen para dejar atrás la recesión en 2015 por el cepo cambiario, el atraso del dólar y la alta inflación, que condicionarán el escenario electoral de octubre próximo, según diversos analistas.

 La mayoría de los economistas consultados por LA NACION prevé que el año próximo se repetirá un escenario de recesión, con una caída de 0,5 a 2% del PBI, junto con una inflación superior al 30% anual, más allá de las medidas que pueda adoptar el Poder Ejecutivo en su último año de mandato. El dólar oficial se ubicaría a fin de año entre 10,4 y 13 pesos y el desempleo, entre 9 y 11%. Según indicaron, esta situación condicionará el humor social de cara a los comicios presidenciales.

Francisco Gismondi, de la consultora Empiria, dijo que "el Gobierno no podrá dejar la recesión atrás durante 2015; este año dejará un arrastre de casi dos puntos porcentuales, y aunque la segunda mitad del año puede ser mejor, porque las expectativas de un nuevo gobierno pueden atraer inversiones, saldremos de la recesión recién en 2016. El 2015 será mediocre si hay financiamiento, o malo, si no lo hay".

Gabriela Nudel, de la Fundación Capital, señaló que el Gobierno intentará "hacer políticas de ingresos focalizadas sobre distintos segmentos necesitados del Estado, pero es poco probable que se aleje el escenario recesivo, porque el atraso cambiario con cepo afecta en general a la inversión y las exportaciones netas, y a la situación social actual, con caída del salario real y destrucción de empleo y del consumo".

Ricardo Delgado, de Analytica y miembro del equipo de Sergio Massa, sostuvo que "el Gobierno seguirá confiando en políticas que ya demostraron tener muy poco impacto, como el estímulo fiscal y los acuerdos para potenciar la venta de bienes durables, pero el principal determinante de la recesión es la fuerte caída del consumo asociada a la pérdida del salario real y de empleo causadas por la inflación. Por lo tanto, sin un plan de estabilización de precios creíble, la recesión seguirá su curso".

En cambio, el economista Agustín D'Attellis, de la corriente oficialista La Gran Makro, opinó que "se continuarán tomando medidas de estímulo a la demanda a través de la política fiscal expansiva, recuperación del crecimiento del consumo logrando un incremento del poder adquisitivo de los salarios, manteniendo en niveles lógicos los incrementos nominales, mientras se continúa trabajando en la convergencia hacia niveles más bajos de la tasa de inflación". A la vez, "se avanzará también con planes y programas de carácter redistributivo y con medidas que apunten a dinamizar el sector de la construcción, no sólo a través de planes específicos, sino también con la recuperación del crédito hipotecario. El esfuerzo en fortalecer y dinamizar el mercado interno debe ser muy fuerte, teniendo en cuenta un contexto externo que apunta a tornarse más desfavorable en 2015".

Por su parte, Gastón Rossi, director de LCG, dijo que "el Gobierno no tiene demasiadas herramientas disponibles: después de haber tenido una política fiscal extremadamente expansiva en los últimos años, el margen de maniobra por ese lado luce muy acotado. Sí creo que utilizará el atraso cambiario para moderar en el margen la dinámica inflacionaria y elevar el poder de compra en dólares de los salarios, y será más flexible en materia de pauta salarial".

Fausto Spotorno, economista del estudio Ferreres, consideró que "la mejor medida sería habilitar las importaciones y después seguramente intentará reforzar la obra pública, pero no creo que tenga demasiado éxito".

En cuanto a las posibilidades de llegar a un acuerdo con los holdouts, la mayoría opinó que son escasas. Delgado dijo que "hay que asumir alguna probabilidad de que no haya arreglo: con la apertura heterodoxa de la cuenta financiera que se viene haciendo con los swaps con China y préstamos de otros bancos centrales, el Gobierno confía en esta pax cambiaria; además, la recesión y un perfil de vencimientos de deuda fuertemente concentrados en el último trimestre de 2015 le dan cintura al Gobierno para esquivar la situación. Sin arreglo, se profundiza la recesión con alta tensión en los mercados financieros, que sólo podrá ser apaciguada por la eventual expectativa de cambio de ciclo político".

En tanto, Rossi consideró que, el anuncio del jueves pasado de emisión del Bonar 2024 "es la señal más clara de que el tema holdouts va a quedar para el próximo Gobierno". Para Rossi, "la diferencia entre acordar y no acordar es la disponibilidad de dólares que tendrá la economía en 2015, lo que permitiría relajar parcialmente los controles a las importaciones y a los giros de utilidades al exterior, y disiparía los riesgos de un nuevo cimbronazo cambiario".

En tanto, D'Attellis dijo que "el acuerdo con el conjunto de los holdouts no depende de una decisión de la Argentina, debido a que los fondos buitre parecieran estar dispuestos a trabar cualquier tipo de negociación con la pretensión de cobrar la sentencia tal cual indica el fallo del juez Griesa".

Nudel afirmó que "si llegan flujos de dólares, cuanto más significativos sean, menor presión cambiaria habrá y el Gobierno podrá seguir atrasando el tipo de cambio como una suerte de ancla inflacionaria"..

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