En la provincia todos miran a Cristina

En la provincia todos miran a Cristina

La última semana del primer mes del año electoral comenzó a despejar el panorama sobre las candidaturas nacionales en territorio bonaerense, no tanto porque se hubieran presentado o lanzado los candidatos, sino mas bien porque está configurado un escenario que puede tener variaciones según la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner decida presentarse o no en las legislativas.

 

Para el peronismo, la potencia electoral de la ex mandataria se ha convertido en un verdadero problema, sobre todo en algunos distritos del conurbano en lo que a medida que cae la imagen de Mauricio Macri, recupera terreno e intención de voto CFK, alcanzando según algunos consultores cercanos al kirchnerismo, más de 40 por ciento de los sufragios si las elecciones fuesen hoy.

Pero incluso número más moderados de entre el 20 y el 25 por ciento, como los que manejan los sondeos del oficialismo, la ubican como una de las dirigentes con mayor piso, lo que le permitiría sortear cualquier interna, en cualquier escenario y contra cualquier candidato. 

Sin embargo, ese piso alto es a su vez un techo muy bajo para las aspiraciones del PJ tanto provincial como nacional, un 30 por ciento podría incluso significar un triunfo en las generales si efectivamente el electorado está dividido en tercios, pero impediría la irrupción de nuevas figuras y, según especulan en los espacios que bregan por la renovación, el PJ estaría condenado a ser arrastrado a una derrota segura en 2019, con CFK como figura excluyente.

Los kirchneristas más moderados, que comparten el diagnóstico con el resto del peronismo, esperan que será la propia ex mandataria la que no exponga a cumplir ese papel y elija mantener una posición expectante pero sin ser candidata o compitiendo por la provincia de Santa Cruz a la que define como "mi lugar en el mundo", lo que permitiría descomprimir la situación bonaerense y, llegado el caso, nacionalizar la elección con una mayor grado de presencia de Cristina si fuera necesario.

Florencio Randazzo y Daniel Scioli, los otros dos potenciales candidatos, ya evalúan en la intimidad la chance de tener que convivir y no competir con Cristina y preparan a sus cuadros políticos para actuar en consecuencia si ese finalmente es el plan de contingencia.

En el Frente Renovador también miran atentamente los movimientos de la ex jefa de Estado, fundamentalmente porque el plan original era forzar una elección con supremacía femenina en la que compitieran Malena GalmariniMargarita StolbizerElisa Carrió y por supuesto CFK, sin embargo el plan se abortó rápidamente porque el massismo no logró instalar la discusión sobre la paridad en el Congreso Nacional y a nivel provincial son cada vez mayores los rumores de que la justicia trabaría la iniciativa dejando las cosas como hasta ahora.

El plan B era justamente jugar a las escondidas con la candidatura del ex intendente de Tigre, pero esa chance también desapareció porque todas las miradas están puestas sobre la líder kirchnerista, a lo que se suma otro interrogante que enciende luces de alerta en la filas del Frente Renovador.

En el caso de que finalmente Cristina desista de su candidatura, el PJ podría ordenarse y probablemente lo haga, a través de una interna partidaria que defina los nuevos liderazgos e incluso perdiendo la elección de medio término, defina quien o quienes serán los referentes que comenzarán a recorrer el camino hacia el 2019 y en ese escenario, una mayoría importante de dirigentes renovadores apostarían por su vuelta al partido.

Para evitar esa fuga, Sergio Massa podría adelantar su candidatura y comprometer a la dirigencia a hacer público su acompañamiento o bien retornar el mismo al PJ y competir internamente, algo que negó como posibilidad en varias oportunidades y que además le significaría la ruptura de acuerdos políticos que mantiene con el PRO a nivel nacional y provincial, maquillados bajo el nombre de “acuerdos legislativos de gobernabilidad”.

Pero también el oficialismo espera por CFK y María Eugenia Vidal sabe que si no hay reactivación económica, muy a pesar de su buena imagen se pueden complicar las chances de obtener un triunfo, lo que en términos de gobernabilidad podría representar una verdadera debacle para el gobierno.

Si los números acompañan la gestión, en Cambiemos confían en instalar un candidato desconocido y guardar figuras como Jorge Macri y Elisa Carrió para el 2019, pero con un panorama poco alentador en ese sentido, la gobernadora apostará a plebiscitar su gestión y  de ser necesario poner “toda la carne en el asador”.

El panorama se vuelve complejo si a problemas económicos se suma una candidatura de Cristina, que como dijimos en los primeros párrafos incluso con su techo bajo podría conseguir un triunfo, haciendo trastabillar a la alianza de gobierno, que quizá no esté preparada para asumir una derrota a manos de la responsable de la “Pesada Herencia”.

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