Si bien no existen tasas de incidencia alarmantes en Entre Ríos en cuanto a la cantidad de pacientes con tuberculosis, todos los años se diagnostican nuevos casos. En 2014 hubo 195 casos, en tanto, en 2015 sumaron un total de 202 en todo el territorio entrerriano. Para el cierre de este año se esperan números similares.

En este marco, el Ministerio de Salud de Entre Ríos a través del Programa Provincial de Agentes Sanitarios y el Programa de Control de la Tuberculosis, desarrolló una actualización de conocimientos sobre la enfermedad en las instalaciones de la facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos en Paraná.

En la oportunidad, participaron más de 40 agentes de Victoria, La Paz, Feliciano, San Jaime de la Frontera, María Grande, Paraná, Diamante, Federación, Hernandarias y Paraná Campaña, quienes evaluaron de qué forma se realiza la búsqueda activa de los pacientes para tratar de reducir la tasa de incidencia en la provincia.

La jornada contó con la disertación de la jefa del Programa de Control de la patología, dependiente de la Dirección de Epidemiología provincial, Alejandra Doval, quien destacó la función de los agentes sanitarios en la búsqueda activa de pacientes: "Son quienes detectan de forma temprana las enfermedades ya que recorren las viviendas y evalúan si deben ser derivados según los síntomas que presentan".

Por su parte, el jefe de división supervisión del Programa Agentes Sanitarios dependiente de la Dirección del Primer Nivel de Atención, Facundo Hirschfeld, indicó: "La convocatoria surgió a partir del aumento de casos en la provincia, e invitamos a todos los agentes para compartir nuevos conocimientos. La prevención, el control de la enfermedad y las formas de trabajo en los barrios fueron los principales ejes de debate y actualización".

Sobre la enfermedad

La tuberculosis es una enfermedad bacteriana causada por un germen. La bacteria suele atacar los pulmones, pero puede también dañar otras partes del cuerpo. Es una patología que se contagia de persona a persona.

El tratamiento dura por lo menos seis meses, con una fase intensiva en los primeros 60 días. Se realiza de forma oral, diaria y supervisada, esto es, controlar que el paciente tome la medicación, de cuatro a ocho pastillas por día, según el caso.

La mejor manera de prevenir la enfermedad es cortando la cadena epidemiológica, es decir, captando a tiempo a los pacientes y brindándoles el tratamiento, estudiando el foco de infección y realizando profilaxis a todos sus contactos.

"Lo ideal es que el diagnóstico y el tratamiento no se demoren. Por esto, el alerta de los equipos de salud en los efectores es cuando el paciente indica que ha tosido por más de 15 días. En ese momento comienza la sospecha, y luego se evalúan los demás síntomas como pérdida de peso, desgano, y fiebre nocturna, entre otros", finalizó diciendo Doval.