A nuestra Provincia llegaron las obras. Las que traen esperanza y las que cumplen sueños. (…) Las obras que confirman que sí, se puede vivir mejor”. Ese relato cándido, semejante a la introducción a un cuento de hadas, se multiplica en las publicidades oficiales del gobierno de María Eugenia Vidal y, en lo que respecta a La Plata, se jacta: “Terminamos la construcción del derivador de la avenida 31, que permitirá trasladar las aguas de lluvia del arroyo Regimiento al arroyo El Gato”.

La finalización -informa la web bonaerense- habría ocurrido en julio de 2016, pero en realidad en el primer semestre del año solo se concluyó la primera de siete etapas: el tramo que va desde el arroyo El Gato hasta la calle 527.

Así se desprende de los datos brindados por el Departamento de Seguimiento de obras del Ministerio de Infraestructura, a cargo de Edgardo Cenzón, a los que tuvo acceso Hoy. En ellos se comprueba que, al 31 de agosto de 2016 (última fecha actualizada), las tareas todavía se encuentran en ejecución.

Por ejemplo, el tramo que ocupa la calle 34 a la 36 está “neutralizado” por interferencia del gasoducto, la principal entrada del gas no solo a la ciudad sino también al polo petroquímico de la región, encontrándose en ese estado desde hace un año, mientras que las restantes tuvieron distintos grados de avance y la última (la etapa VI-B) ni siquiera se inició.

“Miente, miente quealgo queda”

Desde la Asamblea Inundados de Tolosa tomaron la frase atribuida al jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels, para apuntar contra el gobierno bonaerense: “Miente, miente que algo queda”, se quejaron, al tiem­po que reclamaron “información clara para la población”.

Es que ellos, como víctimas y habitantes de la zona donde el 2 de abril de 2013 tuvo epicentro la peor tragedia de La Plata, son veedores de las obras y pudieron acceder al detalle de la subejecución provincial, sensiblemente reflejada en el área hidráulica, cuyo director es Mario Gschaider, un funcionario que ya estaba en la gestión anterior. La problemática, a su vez, fue anticipada por diario Hoy en su informe del 3 de octubre pasado (ver aparte), destapando un escándalo que no hizo más que precipitar la salida de Cenzón del edificio de calle 7. 

“Nos sorprende que hablen de una obra terminada cuando solo se concluyó un tramo”, lamentó a nuestro diario Alejandro Albano, miembro de la asamblea tolosana.

“Las obras están prácticamente paralizadas”, apuntó, por su parte, José Rusconi, integrante de la asamblea vecinal de Barrio Norte. La sentencia se apoya en un informe elaborado por técnicos y veedores nom­­brados por las autoridades bonaerenses: la nueva administración provincial habría ejecutado apenas un 5% de los trabajos, si se piensa que recibió un avance del 39% y, a la fecha, se estaría en el 44%. En tanto que, de 65 obras proyectadas para la región, por impericia de la gestión saliente y la entrante, solo 11 se habrían finalizado (ver infografía).

“El cambio no llega. Sigue la preocupación, la incertidumbre y no sabemos cuánto caudal de lluvia podremos soportar una vez finalizados los trabajos”, dijo Albano.

En tanto, Rusconi aseveró: “Nos mienten para que caigamos en la trampa, pero sabemos que faltan más de la mitad de las obras”. No obstante, en la Provincia prometen concluirlas a fines de 2017. “A este ritmo es imposible, creemos que es parte de promesas electorales”, ante la inminencia de los comicios legislativos, interpretó Rusconi, y concluyó: “Falta mucho por hacer para evitar otro 2 de abril”.

Negociados, subejecución y renuncia

En el gabinete de María Eugenia Vidal argumentan que “razones personales” habrían motivado la salida de Edgardo Cenzón del Ministerio de Infraestructura. Pero en realidad, hay algo más que eso: ineficacia para ejecutar las obras y espurios negociados en la obra pública que salen a la luz, tal como reveló diario Hoy semanas atrás.

Así, bajo el título “Nicky” Caputo y el manejo de la obra pública bonaerense, en la edición del 27 de septiembre pasado se informó que en la Provincia, Cenzón estaría replicando viejas prácticas de la política. A saber: la cartelización, con el aval del Estado, de un puñado de empresas amigas del poder para quedarse las obras, tal como ocurrió durante la década kirchnerista. Un claro ejemplo de esta situación registraría en la Dirección de Vialidad, cuyo titular es Mariano Campos, que responde a Cenzón y a quien, al igual que a su jefe, se le atribuyen estrechos vínculos con el empresario de la construcción Nicolás “Nicky” Caputo, socio comercial, contratista y miembro de la “mesa chica” del Presidente Macri.

En tanto que, en la nota titulada  “Alarmante retraso en el inicio de las obras”, del 3 de octubre, informamos que al término del primer semestre del año, cuando ya se debería haber ejecutado el 50% del presupuesto, el Ministerio dirigido por Cenzón solo implementó el 12,9%; mientras que apenas el 11,93% fue aplicado al Control de Inundaciones, lo que no hizo más que colocar en el ojo de la tormenta al director provincial de Hidráulica, Mario Gschaider, que estuvo en la gestión anterior y es cuestionado por la grave problemática que atraviesa la Provincia en materia de inundaciones. El primero en dar el portazo habría sido Cenzón, mientras no se descartan nuevas renuncias. Reacios a reconocer la realidad, alegarán “motivos personales”.