Cada vez que la protesta social gana las calles, el reclamo se traduce en graves trastornos en materia vial, generando verdaderos quebraderos de cabezas para los automovilistas y choferes del transporte público, que salen como pueden del laberinto urbano en que se convierte la Ciudad. Las cifras muestran que sólo en los últimos 14 meses, en La Plata se registraron 828 cortes de tránsito por manifestaciones, lo que constituye un promedio de casi dos por día. Esa altísima cantidad, que según las primeras tendencias de este año iría en aumento, se desprende de los datos aportados por la Comuna local, a través de la Central de Información (CeniT), un sistema informático en el que registra cada uno de los sucesos viales en la Ciudad. Su misión es “brindar (a los usuarios) notificaciones y datos que sirvan para mejorar la manera de transitar” (ver recuadro). Hay que aclarar que además de los cortes totales también se incluyen los parciales y las reducciones de calzadas, porque lo cierto es que todas esas circunstancias inciden en desorganizar la circulación vial. El relevamiento comprende los cortes por manifestaciones registrados entre enero de 2013 y febrero de este año (en lo que va de marzo se registraron 8 cortes). De los datos se desprende que mayo es, en esta materia, el mes más conflictivo: en 2013, en sus 31 días hubo 111 cortes en la Ciudad. En el otro extremo, enero es el mes de menor conflictividad, ya que se reportó sólo un piquete por protesta social el año pasado, aunque el 2013 empezó con un notorio aumento, con 17 (ver infografía). Un aspecto importante es que si bien el promedio es de dos cortes por día, fuentes municipales sostienen que hay jornadas demenciales en las que confluyen hasta diez episodios similares. Mientras que otros días, en especial sábados y domingos, prácticamente no se registran interrupciones. Asimismo, al ser La Plata sede de la administración provincial -en sus distintos poderes- y municipal, es un imán muy fuerte para las protestas callejeras, en especial al ser una ciudad donde la política y la protesta social y gremial están permanentemente activas. Además de expresar sus reclamos durante los días y las horas más críticas, los manifestantes suelen elegir, a la hora de hacerse escuchar, puntos especialmente sensibles para la circulación vial, con lo que consiguen mayor visibilidad. En ese terreno, el punto clave es la emblemática zona comprendida de calle 7 entre 47 y 50, que registró durante estos 14 meses un total de 45 cortes por manifestaciones, seguido por 7 entre 55 y 59 (fiscalías), calle 6 entre 50 y 54 (Gobernación) y 12 entre 49 y 54 (Municipalidad, Torres Administrativas) (ver gráfico). Bajo esa dinámica, los cortes jaquean el tránsito. Para la secretaria de Modernización y Desarrollo Económico de la Municipalidad, Alejandra Sturzenegger, “La Plata es una ciudad en la que si no es por los cortes, se circula, en cualquier horario. En la Ciudad tenemos dos problemas grandes: la doble fila y, sobretodo, los piquetes, que paran totalmente. Pero si no es por eso, circulás. En Buenos Aires, en una hora pico en cualquier avenida, tardás una hora en hacer diez cuadras. Eso en La Plata no pasa”. Cada corte obliga a desplegar una brigada de entre 4 y 6 inspectores municipales para reorganizar la circulación vehicular. Claro que lo primero es detectar el reclamo, porque no siempre los manifestantes avisan con antelación a las autoridades de sus intenciones. “Cuando lo hacen es más sencillo trazar una estrategia para desviar el tránsito y evitar embotellamientos”, explican. Sobre la mecánica de los cortes, Sturzenegger lamentó que hay ocasiones en que “cortan de a cinco personas y generan un caos que perjudica a miles”. Mayo es el mes más conflictivo: en 2013, en sus 31 días hubo 111 cortes en la Ciudad Así, cada día los piquetes y cortes por manifestaciones constituyen uno de los principales motivos del descalabro del tránsito y el descontento de los automovilistas. Tanto es así, que en los últimos días se reflotó la controversia y la propia presidenta Cristina Fernández pidió al Congreso una ley para ponerles freno. “Creo que todo el mundo tiene derecho a protestar, pero no cortando las calles e impidiendo que la gente vaya a trabajar. Tenemos que legislar sobre la convivencia urbana”, dijo la presidenta. En el plano local, el concejal Gabriel Bruera presentó recientemente un proyecto de ordenanza que busca regular los piquetes y garantizar la “libre circulación a las ambulancias y ómnibus que cumplen el servicio público de transporte de pasajeros”. Pero mientras avanzan las propuestas para regularlos, los piquetes siguen siendo los dueños de la calle.