Proponen tasas ambientales para envases no retornables

Proponen tasas ambientales para envases no retornables

Es un proyecto de ordenanza para desalentar el uso de botellas plásticas. También gravarían a los vendedores de neumáticos. El impuesto tiene una originalidad: es “redimible” si el productor colabora en la recuperación y en el reciclado de este tipo de residuos.

Los envases plásticos no retornables y los neumáticos tendrán que pagar una tasa ambiental en la ciudad de Córdoba para financiar sus propios sistemas de reciclado, según un proyecto de ordenanza de los concejales oficialistas Lucas Balian y Juan Balastegui (Juntos por Córdoba).

La tasa ambiental apunta también a quienes, sin producir estos materiales en la ciudad, sean proveedores o los comercialicen a escala mayorista.

La iniciativa deja en manos del Ejecutivo fijar el monto de la tasa, que los autores no dudan que se trasladará a los precios de los productos, un efecto que no consideran indeseado. “En el caso de los envases no retornables queremos desalentar su uso y estimular el de los envases retornables”, explicó Balastegui a La Voz.

No existen estudios recientes de caracterización de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en la ciudad. El último dato, del informe elaborado por los investigadores Lorena González, Pascale Naquin y Jacques Mehú, del instituto de estudios medioambientales francés Provademse, es de 2014. Allí se relevó que el 11 por ciento de los RSU son plásticos y que 1,6 por ciento son envases de tipo Pet. El caucho representaba el 0,26 por ciento del total de RSU que llegaba al enterramiento. Si se proyectan estos porcentajes a las 747.778 toneladas que recibió Piedras Blancas en 2017, 119.520 toneladas son de Pet y 19.422 son neumáticos usados.

El proyecto tiene un componente original: devuelve la tasa a quien colabore en el sistema de recupero, reciclado y reintroducción de botellas y en el tratamiento de neumáticos fuera de uso.

Para el caso de los envases plásticos no retornables, lo formula de esta manera: “Para cada botella plástica gravada con esta tasa se fijará la tarifa que determinará la autoridad de aplicación, valor que se devolverá en un porcentaje del 90 por ciento a quien recolecte, entregue y retorne las botellas”. Parecida formulación se establece con los neumáticos. Y en ambos casos deriva a la reglamentación el mecanismo para esta recolección y reutilización de materiales, que pone en manos del Ejecutivo. Hoy esta tarea le tocaría al programa Recuperando Valor, encargado de la recolección de residuos y de la diferenciada.

Balian y Balastegui destacan esta característica. “La novedad que se propone es la creación de una tasa ambiental ‘redimible’, que recaerá en aquellos que introducen estos productos en el ejido municipal, a partir de la responsabilidad que implica ser generador primario del pasivo ambiental, y que implicará una devolución para aquellos que los recolecten y los entreguen en los lugares dispuestos a tales efectos, ya sea que esta tarea la realice el mismo introductor o un tercero. Este impuesto encierra finalidades puramente parafiscales, pues no tiene un objeto recaudatorio, sino, por el contrario, persigue, por un lado, generar incentivos para el uso responsable de este tipo de productos y, por el otro, busca generar el financiamiento de un sistema de recolección y de traslado paralelo”, señalan los concejales.

En los fundamentos del proyecto, los autores afirman que la tasa que quieren crear tiene carácter “pigouviano”. ¿Qué significa esto? Los impuestos pigouvianos se definen como aquellos que “buscan lograr que el costo marginal privado (lo que le cuesta al productor producir) más el impuesto sea igual al costo marginal social (lo que le cuesta a la sociedad que produzca)”. En otros términos, estas tasas son las que buscan incorporar los costos de las llamadas externalidades a la producción. Se los denomina así en honor al economista británico Arthur Pigou, quien propuso que se enfrentaran las externalidades dentro de los costos de producción para corregir los denominados fallos de mercados como, por ejemplo, la contaminación (con ecotasas) o los daños a la salud del tabaco.

¿Para qué se podrían utilizar estos residuos reciclados? “Algunos ejemplos de las potencialidades que tienen son la producción de ladrillos plásticos para la construcción de viviendas o la venta de caucho para la producción de asfalto para obra pública, entre varios otros”, explican.

“Las botellas plásticas no retornables y los neumáticos fuera de uso son parte de los residuos sólidos urbanos. La cantidad de estos productos que son introducidos a diario en el ejido municipal, junto a las pautas de consumo y utilización actuales, plantean el desafío de no solamente retirar del espacio público los elementos desechados, sino de reciclar lo obtenido y reintroducir los múltiples subproductos que se pueden obtener a partir de estos, fomentando la economía social”, sostienen Balian y Balastegui.

La ordenanza prevé un período de 90 días para que la autoridad de aplicación presente un proyecto de implementación al Ejecutivo. Con esa ventana de tiempo, de ser aprobada la iniciativa de los concejales mestristas, esta tasa ambiental llegaría a ser cobrada por el gobierno del próximo intendente, Martín Llaryora.

 

Cazuelas vacías. El primer relevamiento detectó que falta un 20 por ciento del arbolado. Intimarán a los frentistas. (La Voz/Archivo)

Continúa el censo de árboles: ahora en Villa Cabrera y en el Cerro

En una nueva etapa del censo del arbolado público en la ciudad, un grupo de becarios de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, de la Universidad Nacional de Córdoba, iniciará un relevamiento en los barrios Villa Cabrera y Cerro de las Rosas, de acuerdo con lo que informó la Municipalidad de Córdoba.

Los estudiantes universitarios estarán identificados, ya que llevarán pechera, credencial y portarán un teléfono para registrar las condiciones de la planta, las que se podrán ver en el portal oficial Gobierno Abierto. Este acuerdo entre el municipio y la casa de altos estudios también permite a los vecinos ingresar a la app Nuestros Árboles y registrar la planta y sus datos. 

Durante la inspección, los alumnos anotarán datos sobre cantidad de árboles, condiciones, faltantes, estados de las cazuelas y veredas, entre otra información.

En marzo pasado, la Municipalidad de Córdoba y la Facultad de Ciencias Agropecuarias habían finalizado la primera etapa del censo de arbolado en la ciudad, la que reveló que en las veredas de 15 barrios de esta Capital falta más de 20 por ciento de los árboles, y en su lugar hay cazuelas vacías.

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