"Promover la ciencia es una política de Estado y desarrollo"

"Promover la ciencia es una política de Estado y desarrollo"
El presidente del Conicet, Roberto Salvarezza, anunció en Rosario la creación de dos institutos de primer nivel. Un convenio que benficia a la UNR y a la investigación local

"Hay un modelo de desarrollo que busca sustituir importaciones, crear tecnología y exportar con valor agregado. Para ello se debe involucrar a la ciencia y a sus innovaciones, y tener capacidad para producir conocimientos", afirmó sobre el proyecto que en este campo sostiene en la Argentina el presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Roberto Salvarezza. El funcionario llegó a Rosario para firmar con el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Darío Maiorana, un acuerdo para la creación de dos institutos de investigaciones de punta.

Se trata de los institutos de Investigaciones para el Descubrimiento de Drogas, que tendrá sede en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), y el de Investigaciones en Ciencias Agrarias, que ubica a la Facultad de la UNR, situada en Zavalla, como la primera en el país en esta materia (ver aparte).

Multidisciplinario. "Son centros temáticos, creados con un enfoque multidisciplinario, que permiten abordar la solución de problemas complejos con miradas desde distintas disciplinas", definió el presidente del Conicet al referirse a estos proyectos. Salvarezza es doctor en bioquímicas (UBA), fue director del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas, y cuenta con una destacada trayectoria en el área de nanociencia y nanotecnología.

"Pensar un Conicet separado de la universidad es inconcebible, se deben complementar y lograr una integración mayor", profundizó Salvarezza en una charla con La Capital, acompañado por el rector Maiorana y el investigador del IBR Claudio Fernández.

El rector de la UNR destacó la necesidad de asociarse con este consejo nacional para beneficiar el trabajo académico y de investigación: "Siempre es buena la asociación entre ambas entidades; además estas firmas son un reconocimiento a la capacidad técnica y formación de recursos humanos de la UNR. Las universidades debemos asociarnos al Conicet, es estratégico. El Consejo financia la ciencia y la tecnología y los que otorgamos títulos para los investigadores somos las universidades".

Por su parte, y en la misma línea de pensamiento, Salvarezza sostuvo que "el Estado argentino promueve la ciencia y tecnología, ello favorece el crecimiento del Conicet y su capacidad para avanzar en cuestiones como la formación de recursos humanos altamente calificados, la transferencia de tecnología y la divulgación de la ciencia en la sociedad".

Presupuesto. El presupuesto para el área de investigaciones en ciencia y técnica alcanza hoy a los 4 mil millones de pesos, mientras en 2003 era de 200 millones. El Conicet cuenta en la actualidad con 7.550 investigadores y 9.100 becarios. En tanto, la cifra de doctores formados pasó de 300 en el año 2003 a 1.000 en 2012. "Proteger y alentar a quienes trabajan en la ciencia se traduce en una mejor calidad de vida para la sociedad", resaltó Salvarezza, que está al frente del Conicet desde 2012.

Un dato concreto de cómo la ciencia es parte de un proyecto de desarrollo nacional fue el que mencionó el director del Laboratorio Max Planck de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular de Rosario, Claudio Fernández: "La prueba de que la ciencia es tomada como política de Estado la vemos en el proyecto firmado en Rosario para las investigaciones de fármacos. Se produce con inversiones del Conicet, la universidad pública y los Ministerios de Planificación, Ciencia, Salud y Educación. No nace de un solo ministerio, sino que es apoyado por muchos sectores que trabajan en una firme política nacional".

El investigador explicó entonces que "más allá de lo material, como el aumento del presupuesto, la labor del científico está presente en el Estado como una actividad importante y reconocida como intelectual, científica y de tecnológica".

Política sostenida. También advirtió que "la Argentina siempre ha tenido recursos; la diferencia es que ahora hay una política concreta y sostenida que genera un ambiente de desarrollo. No es que ahora el sistema es perfecto y los recursos humanos son formidables, esos recursos siempre estaban, pero se decidió realizar un proyecto de desarrollo con tecnología y ciencia. La nueva gestión se encontró con un sistema científico destruido y desmantelado, pero se empezó a recuperar al personal, a la infraestructura y se aplicó una política".

Como dato recordó que "en 2003 había 3 mil investigadores, de los cuales sólo 500 eran menores de 40 años. Hoy son 8 mil los científicos y la mitad es menor de 40. Con más gente y más jóvenes, el futuro es distinto".

También mencionó el aumento de inversión que recibieron las escuelas técnicas. Según dato del Ministerio de Educación de la Nación, en 2003 la inversión fue de 6,7 millones de pesos, mientras en 2012 se destinaron mil millones de pesos, "en capacitación, equipamiento o infraestructura para la educación técnica".

Democratización. De acuerdo con una investigación de la Unesco, un 52 por ciento de los investigadores en Argentina son mujeres; en Venezuela llegan al 55; al 49 en Cuba, y en países como Chile son el 32 por ciento, al igual que en México. Mientras en Italia es de 35 y en el Reino Unido representan un 38 por ciento.

Al ser consultado sobre esta estadística, Roberto Salvarezza afirmó que en el Conicet hay más mujeres que hombres. "Cuidamos el tema género, pero ellas también —continuó— han logrado tener un mejor posicionamiento en la carrera, porque antes, por el compromiso con el hogar, se las dejaba en categorías de investigación más bajas, mientras las de mayor importancia y conducción estaban en manos de hombres. La mujer recobró espacio y respeto en el sistema científico argentino".

"En su tarea de promocionar la ciencia, la entidad desarrolla un programa para captar el interés de la comunidad en la investigación. Hay una incentivación de las vocaciones científicas y se busca que se comprenda su papel social", señaló Salvarezza.

Sobre este mismo debate que incluye pensar cómo lograr que cada vez más chicos y jóvenes se interesen por las ciencias y desde la escuela, Maiorana opinó que "a la ciencia también hay que darle un formato atractivo, que comunique. Los planes del secundario no son adecuados para el nivel de atención de los chicos. Estamos enseñando a una generación multimedial con métodos de siglo pasado. No es cierto que los chicos no piensan o no leen, pero acceden a sitios con avances científicos y se les enseña con tiza y pizarrón".

Trabajo y territorio. Al debate se sumó el investigador Claudio Fernández, quien resaltó la experiencia de la Plataforma País Ciencia (PPC), realizada en Granadero Baigorria, donde en 2013 se comenzó con actividades de comunicación científica. "El dilema es defender la política en ciencia en los laboratorios, publicando en prestigiosas revistas, o también concientizando a la gente sobre una actividad importante para mejorar la calidad de vida", señaló.

"En el territorio y con las problemáticas cotidianas de la gente, los chicos ven que la ciencia puede transformar su vida de todo los días en forma positiva, que algo que se llama Conicet trabaja en eso y que los investigadores no somos genios, sino personas que trabajamos de científicos", advirtió. "Cuando hablamos de democratizar al conocimiento —amplió— sabemos que hay pibes que no acceden a la ciencia, que debe ser de todos. Además de aumentar la matrícula universitaria y que entren los hijos de los trabajadores, también hay que hacer que terminen sus estudios y se reciban".

Y al final concluyó: "Me siento con derecho de expresarme políticamente, porque soy parte de un proyecto político. Nuestra lucha no es un relato épico, eso era durante los 139796798590, hoy es normal hacerlo porque hay un claro desarrollo científico y voluntad política".

Sobre el Conicet. El Conicet es un organismo que fue creado por decreto ley 1291, del 5 de febrero de 1958, respondiendo a "la percepción socialmente generalizada de la necesidad de estructurar un organismo académico que promoviera la investigación científica y tecnológica en el país".

Su primer presidente fue el notable científico Bernardo Houssay.El investigador, quien fue ganador del premio Nobel de Medicina del año 1947, imprimió a la institución una visión estratégica expresada en claros conceptos organizativos que mantuvo a lo largo de más de una década de conducción.

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