Las promesas del ecoparque de Hernández fueron a parar a la basura

Las promesas del ecoparque de Hernández fueron a parar a la basura

A más de medio año de que el Municipio anunciara la construcción de un pulmón verde en la cantera ubicada entre las calles 514 a 520, y de 25 a 31, el predio continúa siendo utilizado para acopiar residuos.

 

Tras los reclamos de asociaciones vecinales y de la comunidad de la localidad de José Hernández por la avanzada contaminación de la cantera ubicada entre las calles 514 a 520, y de 25 a 31, el Municipio había anunciado en 2016 la construcción de un parque verde con fines ambientales y ecológicos. Lamentablemente, al día de la fecha, lo único de ecológico que tiene este lugar es una reserva natural de roedores. 

En este contexto, vecinos de la zona se comunicaron con la redacción de este diario para denunciar que, pese al acta de compromiso firmada por el intendente Julio Garro, en el predio siguen entrando camiones para verter residuos. Por este motivo, esta localidad de 7.000 habitantes reclama a las autoridades comunales una solución urgente al masivo basural a cielo abierto en el que se convirtió la cantera. 

En torno a las falsas promesas de la creación de un pulmón verde, Zulema Jemio, una vecina de calle 513 entre 24 y 25, expresó: “El ecoparque quedó en la nada. Nos habíamos ilusionado con esta idea, creyendo que iba a traer limpieza”. 

En un primer momento, según comentó la vecina, se alambró el predio, pero eso no impidió que se continuara tirando basura. “En verano emerge un olor tremendo y está lleno de ratas. Acá viven muchos chicos y gente grande que no pueden estar expuestos a las enfermedades”, denunció Jemio.

Por su parte, Celeste Arias, integrante de la asamblea vecinal No más basural a cielo abierto en José Hernández, explicó: “El intendente se comprometió a sanear el terreno, cercarlo y poner seguridad, pero nunca se controlaron los desechos que tiran las empresas privadas que trabajan alrededor de la zona. No están haciendo nada y, mientras tanto nosotros vivimos entre las ratas, moscas y con enfermedades respiratorias”. 

En ese sentido, la vecina recordó cuando, hace dos años, se prendió fuego el basural y vecinos terminaron sufriendo complicaciones en sus vías respiratorias.

Como una forma de detener el avance del basural, Arias viene realizando diferentes acciones para concientizar sobre el peligro ambiental que representa la acumulación de desperdicios. “El ecoparque es un sueño que creo que mis hijos no van a ver. Lo que pedimos urgente es la reparación y el saneamiento del terreno, después vemos si hay lugar para el parque”, exigió.

Finalmente, Arias evidenció una situación más que preocupante en torno a la problemática: como docente, tiene algunos alumnos que viven a la vera de la cantera. “Reclamamos que muden a esas familias de ahí porque puede explotar en cualquier momento. Esto es una bomba de tiempo”, concluyó la vecina, indignada.

Una problemática con historia

Desde la década de 1980, a partir de la construcción del distribuidor Pedro Benoit, se destinaron grandes predios de Hernández para la explotación minera extractiva. Esto dio origen a una zona de canteras que, con el paso de los años, provocaron un impacto ambiental inconmensurable, vulnerando los derechos constitucionalmente consagrados no solo de los habitantes del lugar sino de todos los ciudadanos platenses. 

Los predios actuales de la cantera en cuestión tienen en su origen un acta Compromiso del año 2006 que involucraba a los propietarios de los lotes a utilizarlos para la deposición de distintos materiales provenientes de la poda realizada por las delegaciones municipales, para ir generando, de ese modo, un relleno natural. 

Con el paso del tiempo, la finalidad de dicho compromiso se fue distorsionando hasta convertir la cantera en un depósito de residuos de todo tipo, incluyendo sólidos urbanos.

Si bien es cierto que los vecinos aseguran que en la actualidad ya no se tiran residuos domiciliarios en grandes cantidades, la verdad  es que el espacio sigue siendo un peligroso foco infeccioso.

 

 Eso sí, la basura apenas se ve: se encuentra tapada por altos cañaverales salvajes que crecen sin ningún control en la zona. 

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