El programa Hambre Cero recuperó a 9816 desnutridos

El programa Hambre Cero recuperó a 9816 desnutridos

El ministro de Derechos Humanos de Misiones, Edmundo Soria Vieta destacó que el programa Hambre Cero ya tiene a 9816 personas, desde bebés a adultos, recuperados de la desnutrición. Asimismo, todavía persisten 806 personas con algún grado de desnutrición, conformando un núcleo duro que incluye enfermedades congénitas, parálisis cerebral o malformaciones viscerales y metabólicas.

Soria Vieta indicó que la constante inversión social que realiza el Estado misionero rinde sus frutos, ya que decayó el número de ingresos al programa nutricional. Cuando se lanzó, entraban al plan 300 personas por mes, mientras que ahora se registran menos de cien, dato que cobra relevancia si se compara con los 26 a 27 mil nacimientos que se registran por año, de los cuáles el 23 por ciento son de embarazos adolescentes –cerca de cinco mil-, con predisposición a los partos prematuros, lo que generalmente deriva en nacimientos con algún grado de desnutrición.

Soria Vieta confirmó que el plan Hambre Cero se ampliará en las comunidades guaraníes para incluir a chicos con Riesgo de Bajo Peso, con el objetivo de evitar que caigan en la desnutrición aunque técnicamente estén en un percentil por encima del peso requerido para la edad. La inclusión de chicos en Riesgo de Bajo Peso podría ampliarse después, anticipó el ministro.

El ministro destacó el compromiso del Gobierno provincial en la atención integral de los Derechos Humanos en Misiones. Además de ser una de las pocas provincias con un ministerio específico, es la única que cuenta con una dirección exclusiva dedicada al estudio de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que atienden a cuestiones tan básicas para la dignidad humana como la alimentación, la salud, la vivienda, el trabajo, la educación y el agua.

En ese marco, Hambre Cero es un programa con un enfoque que prioriza la no discriminación e igualdad, participación e inclusión.

“El programa Hambre Cero encarna con sus acciones la asistencia como un derecho, abordando las familias en estado vulnerable y que en su núcleo alberga un menor, adulto mayor o discapacitado con algún problema de desnutrición”, indicó Soria Vieta.

El ingreso al programa es a través de Salud Pública y los controles antropométricos que se realizan en los Centros de Atención Primaria de la Salud y en los hospitales.

En total, se controlaron 406.883 menores de 19 años y 44.129 adultos. Automáticamente, 10.623 personas ingresaron al programa Hambre Cero, de los cuáles 9.817 fueron recuperados. Actualmente, está en tratamiento el dos por mil de la población controlada.

Del núcleo duro conformado por 806 casos, el 19 por ciento tiene entre dos y cinco años, el diez por ciento de cinco a 18 años y el quince por ciento, de seis meses a dos años. En el grupo de aborígenes se concentra un once por ciento y los mayores de 60 son otro nueve por ciento. En tanto, el 13 por ciento son discapacitados.

Los niños incluidos reciben leche por dos vías: de forma directa a través de Salud Pública y con el control de los equipos sociales de las intendencias. Además se les entrega alimentos.

Ya se realizaron 3.150 soluciones habitacionales, entre plan Techo, pisos y cerramientos. En el mismo sentido, ya se construyeron 53 viviendas para las familias que tienen chicos incluidos en el programa. Se pretende duplicar esa cifra este año. También se construyeron 170 baños instalados, que reemplazaron a las letrinas.

Soria Vieta destacó otro dato saliente del plan Hambre Cero, que es la capacitación de las madres y padres. En 2014 se entregaron 800 certificados de escolaridad, el 90 por ciento en terminalidad primaria.

Se firmó un convenio entre Derechos Humanos y el Consejo General de Educación estableciendo la responsabilidad de realizar seguimientos coordinados de ambas instituciones para garantizar la trayectoria y la terminalidad de los estudios de los niños titulares de derechos como así también sus padres y tutores.

La inclusión educativa es apoyada con una beca de 150 pesos mensuales acreditados en las tarjetas alimentarias. “Este incentivo busca valorar el esfuerzo diario de estos adultos. La terminalidad educativa permitirá que los padres se conviertan cada vez más en actores protagonistas del cambio de sus propias vidas y las de sus hijos alcanzando el fortalecimiento familiar”, sostuvo Soria Vieta.

Hambre Cero fue valorado por la UNICEF, la Universidad Torcutato Di Tella y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, que evaluaron y realizan seguimientos del programa. “El especialista Bernardo Kliksberg también elogió la capacidad del Estado de articular este programa con decisión política que une a la estrategia con financiamiento”, precisó Soria Vieta.

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