Procrear: quiénes son los que esperan cumplir el sueño de la casa propia

Procrear: quiénes son los que esperan cumplir el sueño de la casa propia
El anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de la creación del Fondo Fiduciario Público denominado Programa de Crédito Argentino (Procrear) del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar ilusionó a miles de familias que, por fin, vieron cerca la posibilidad de poder cumplir el sueño de la casa propia.
Pero en Mar del Plata, en donde está prevista la construcción de 250 viviendas con una inversión de aproximadamente 101 millones de pesos, la situación es compleja: el lugar elegido para emplazar las viviendas es el predio de la Canchita de los Bomberos, dos manzanas descampadas ubicadas en el barrio Parque Luro; y los vecinos de la zona norte se resisten al emprendimiento.

Uno de los argumentos que sostienen es válido y, de hecho, la Justicia los avaló con una medida cautelar que ordenó el cese de las obras hasta tanto el municipio de General Pueyrredon realice la correspondiente evaluación de impacto ambiental: esas manzanas situadas detrás del futuro Museo de Arte Contemporáneo constituyen el único espacio verde existente en un gran tramo del norte de Mar del Plata y desde hace más de tres décadas piden que se convierta en una plaza.

No obstante, también es cierto que varios de los vecinos que participan de las distintas protestas dicen "tener miedo" a que en la zona se instale "un barrio como el Centenario", al que señalan como "nido de la delincuencia". Y aunque las autoridades de la sociedad de fomento aclararon en reiteradas oportunidades que el reclamo es sólo por la preservación de un espacio verde, el mensaje predominante es el primero.

Inclusive, lo mismo ocurrió cuando se barajó la posibilidad de que se utilizaran los terrenos fiscales que quedaron libres en la zona de Paso y Sarmiento, tras la reubicación del asentamiento precario denominado Villa de Paso. Pero, ¿quiénes son los posibles adjudicatarios de esas casas y qué piensan cuando escuchan ese tipo de expresiones?

Leonardo tiene 34 años, una hija de 16 meses y es preceptor en una universidad de periodismo. Desde hace tiempo alquila un departamento en el barrio San José y espera ansioso salir sorteado para poder llegar a una de las viviendas del Procrear que se construirán en Mar del Plata. "Ojalá tenga lugar para una parrillita", se ilusiona.

"Entiendo a la gente que pide tener un espacio verde y también que tengan miedo de quedarse sin agua, porque todos sabemos que eso es algo habitual en verano, cuando la ciudad se llena de gente", comenta. Sin embargo, admite que le duele "cuando se dice que el complejo va a ser como el Centenario o que serán viviendas sociales, como si eso fue algo malo". "La gente es gente, sea del barrio que sea", asevera.

Otro que espera poder tener su vivienda propia es Mariano, un docente universitario de 37 años. A su entender, los vecinos de Parque Luro "tienen un montón de prejuicios" pero cree que ello es producto de "la falta de información". "Se han formado un estereotipo errado de adjudicatario y la realidad que los beneficiarios del Procrear podrían ser sus hijos, primos u otros familiares", analiza.

Gisele, de 31 años, es profesora de Literatura y en poco tiempo se convertirá en madre. "Decidimos anotarnos porque es una línea de crédito muy accesible, de las que no hay en el circuito bancario. Es evidente que el beneficio es enorme, con lo difícil que es reunir toda la plata para comprar uno, ya que la venta de terrenos e inmuebles todavía está dolarizada", explica.

En cuanto a la resistencia de los vecinos de Parque Luro a que se construyan las viviendas del Procrear en la Canchita de los Bomberos, la docente destacó que "si los vecinos de todos los barrios hubiéramos ofrecido resistencia a que nuevas familias puedan instalarse, Mar del Plata no habría crecido como lo hizo". "Siempre hay alguien que gana y alguien que pierde. La solidaridad se trata también de saber que algo se pierde por el bien de otro", destaca.

A su vez, Gisele lamenta el hecho de que se diga que la zona "se va a convertir en un Centenario". "En principio, que el plan Procrear exige una capacidad de pago para ingresar: una serie de formalidades y un mínimo de ingreso mensual con el que, lamentablemente, no cuentan muchos de los habitantes del barrio Centenario. Y, por otra parte, no debería estigmatizarse así a un complejo que se va a crear gracias a una buena política del Estado", opina.

"Comprendo sólo el punto de vista de la falta de espacios verdes, pero eso se debe a un error o negligencia en la planificación de la ciudad, que existe, claro. Sin embargo, no creo que sea exactamente eso lo que asuste a la mayoría de los vecinos, sino la amenaza que encuentran en la instalación de nuevas familias, ya que piensan que su barrio se convertirá en un barrio menos exclusivo. Es una visión por demás egoísta", afirma por último.

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