La caótica situación que se vive desde hace años en los penales de la provincia de Buenos Aires se intensificó en las últimas semanas con algunos sucesos trágicos y violentos que desembocaron en sendas denuncias por parte de la Comisión por la Memoria bonaerense.

A la preocupación por la muerte de un interno que falleció días atrás electrocutado en la Unidad Penal 15 de Batán, se sumó una presentación de hábeas corpus que presentó la entidad por un simulacro de fusilamiento acontecido en la penitenciaría de Sierra Chica.

Según la Comisión, el domingo 1 de marzo pasado, en horas de la madrugada, un grupo de detenidos fue sacado de sus celdas por el personal y luego fuertemente golpeado. “Con sus rostros tapados, puestos de rodillas y con escopetas en su cabeza, en plena acción de carga y descarga, recibieron amenazas de muerte constantes. Ha sido un simulacro de ejecución extrajudicial acompañado de torturas no solo psicológicas sino físicas” sentenció la organización.

De acuerdo a la denuncia presentada, esto sucedió “como consecuencia de algunas medidas que habían tomado los internos en su pedido de ser trasladados a otras unidades carcelarias para tener más cerca su núcleo familiar”. Entre esas modalidades de protesta, varios de los reclusos habían iniciado una huelga de hambre.

La Comisión alertó finalmente que “desde la gestión penitenciaria se instauran prácticas de delegación de la violencia con la finalidad de establecer un control sobre la población, basado en la sumisión y humillación constante, para luego de producirse incidentes, intervenir en forma directa reprimiendo los conflictos suscitados”.