En un día llovió en Mendoza 25% más de lo esperado para el año y como consecuencia, las calles volvieron a colapsar. A los baches que forman parte del paisaje habitual, se sumaron otros tantos que quedaron al descubierto a raíz de las intensas precipitaciones que se registraron el lunes y el martes.

Según explican los expertos, por la gran descarga de agua se producen filtraciones que debilita la base del pavimento y se producen socavones de gran magnitud. La falta de tierra no permite la absorción del agua lo que genera un desplazamiento de la misma.

Pero el problema va más allá, toda la basura que a diario se tira en la vía pública van a parar a las acequias lo que provoca taponamientos. Incluso, aseguran que existen alcantarillas que no llevan a ninguna parte y colectores aluvionales mal diseñados que no logran cumplir su fin: el desagüe de las calles.

Los directores de obras públicas de los municipios del Gran Mendoza coincidieron que los estragos de esta lluvia no fueron tan alarmantes como las consecuencias sufridas en el mismo periodo del año pasado.

Los más de 50 milímetros de agua que cayeron en 24 horas causaron verdaderos piletones en zonas donde se estaban produciendo trabajos de pavimentación y en calles donde los pozos que se bachean vuelven a colapsar con cada lluvia.

El Corredor del Oeste y la ruta Panamericana, las calles Balcarce y Alvear y Rodriguez Peña de Godoy Cruz, Darragueira en Chacras, en el Plumerillo en Las Heras, Las Cañas y Acceso Sur y Cobos de Guaymallén y España entre Rivadavia y Montevideo y Garibaldi y Rioja de Ciudad, entre otros, fueron los sectores afectados.