Precios y financiamiento, siembra y destrucción de rastrojos, y genética fueron los aspectos centrales analizados por el gobernador y unos 50 invitados que llegaron al Salón Obligado de Casa de Gobierno, cerca del mediodía de ayer.

Todos esos temas hoy podrían ser trasladados por el mandatario chaqueño al ministro de Agricultura de la Nación, Norberto Yauhar, y al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en una reunión que hasta ayer no estaba confirmada pero que Capitanich adelantó ante los medios, ya que existe un pedido de audiencia con el titular de la cartera productiva nacional.

Esas dos dependencias Agricultura y Comercio- son las que el gobernador considera que podrían ayudar en la organización del Mercado Algodonero S.A. (Mercal), una herramienta fundamental para otorgar previsibilidad a los precios y fortalecer cada eslabón de la cadena algodonera, empezando por la producción.

“Esta fue la primera de una serie de reuniones, porque queremos revitalizar el funcionamiento de la cadena algodonera y de esta mesa”, resaltó Capitanich tras el encuentro a puertas cerradas, al que sólo pudieron acceder los invitados para la ocasión.

Así, el gobernador ratificó la importancia que para el Chaco y para el país tiene el algodón como cultivo estratégico y de profundas raíces sociales y de tradición.

Organización del Mercal

“Sería importante llegar con el Mercal funcionando para la próxima campaña”, respondió Capitanich ante la pregunta de NORTE. Explicó en ese orden que el mercado lleva impresos dos aspectos: el funcionamiento institucional, vía decreto del Poder Ejecutivo Nacional, y la puesta en marcha sin decreto.

“Es necesaria la concurrencia del sector para apoyar y apuntalar esto”, dijo sobre la segunda hipótesis. “Entiendo que el decreto es muy importante, pero también existen otras opciones que nos permitirán potenciar el uso del mercado”, afirmó.

El análisis de precios y financiamiento, en el marco del futuro Mercal, insumió la mayor parte de las dos horas de reunión. Es que la provincia pretende reunir las más modernas herramientas tecnológicas para la cotización del producto. Y esa organización significa tener instrumentos para el registro de los contratos, acuerdos con otras bolsas de comercio del país e impulsar el funcionamiento de una cámara arbitral, con el laboratorio de análisis de calidad. Además, “para garantizar producción es necesario unir las voluntades de toda la cadena productiva del país”, resaltó.

En ese orden, confirmó que el ministro de Producción iniciará gestiones con laboratorios autorizados y habilitados, con la auditoría del INTA, para coordinar distintos aspectos de la cadena vinculados con las semillas y la fiscalización. Para Capitanich, fue una “fructífera reunión”, que logró juntar a todos los actores de la cadena algodonera.

Luego del encuentro y ante los medios, adelantó gestiones ante los actores más fuertes de la cadena algodonera localizados en Buenos Aires y que tienen directa incidencia en la fijación del valor de la fibra.

“Es necesario establecer acuerdos con toda la cadena”, sostuvo, al dimensionar las características de un mercado atomizado.

La siembra 2013/14

Cuando todavía no se recolectaron las magras 156 mil hectáreas sembradas en esta campaña algodonera, pocos son los que arriesgan un pronóstico para la próxima siembra. Es que la superficie dependerá de una “multiplicidad de factores”, entre los cuales se anota el Fondo Algodonero y los recursos que la Nación destina a las provincias productoras por la vía de la Ley 26.060.

En este punto Capitanich explicó que existe un problema, ya que los productores no tienen capacidad financiera para devolver los recursos recibidos. Además, el fondo se volvió insuficiente para el financiamiento de cada campaña, teniendo en cuenta el actual esquema de precios. “Hoy puede financiar 16.000 a 20.000 hectáreas, pero no se hacen con el paquete tecnológico de la calidad requerida”, admitió.

Por eso defendió un modelo de financiamiento “con el arbitraje de tasas de interés que signifique minimizar la intervención del Estado”. Luego, consideró que llegar al piso de 200 mil hectáreas sería una buena performance para la próxima siembra, considerando la mala campaña 2012/13.

Datos dispares, según la entidad que haga el cálculo, la demanda doméstica nacional de fibra de algodón oscila entre 140 mil toneladas y 180 mil. “Si la demanda es de 140 mil, Argentina seguramente puede tener autoabastecimiento”, consideró Capitanich. En ese contexto, admitió que “Chaco ya no tiene la hegemonía del mercado algodonero nacional”, dada la significativa reducción en el área algodonera chaqueña y la mayor participación de otras provincias.

Por eso subrayó que es necesaria “la capacidad institucional para generar los incentivos que hagan prosperar al cultivo”. Resaltó también la oportunidad que tiene la provincia para fortalecer el proceso de industrialización, aprovechando la caducidad de los regímenes de radicación industrial que favorecían a las provincias cuyanas y del NOA. “Se abren expectativas favorables porque el precio internacional no es malo”, sostuvo.

Los presentes

Junto a Capitanich, encabezaron la reunión el ministro de Producción, Enrique Orban; el subsecretario de Agricultura, Pablo Baluk; el presidente de la Bolsa de Comercio, Manuel García Sola; el presidente de UCAL, Vladislao Romanchevsky; Eduardo Delsin, Luis Pelegrino y Diana Piedra del INTA; representantes del Consejo Económico y Social; Roberto Coño, de la Cooperativa La Unión de Sáenz Peña; representantes de CARVAL, Instituto Nacional de Semillas (Inase), asociaciones de desmotadoras, industrias textiles y cooperativas de diferentes localidades.

También asistieron representantes del Consejo Profesional de Ingenieros Agrónomos, comercializadores de fibra, profesionales del Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (Senasa), directivos Fiduciaria del Norte y Compañía Logística del Norte (Colono).