Por primera vez en seis años, bajó la venta de naftas

Se desplomaron las premium y el gasoil; menor actividad y precios, las causas

Un hecho muy poco frecuente sorprendió a las empresas petroleras en mayo. Por primera vez en al menos seis años cayó muy fuerte la demanda de combustibles en todo el país, claro indicador de la recesión en la que entró la economía argentina.

Uno de los productos más afectados fue el gasoil, el denominado "combustible del trabajo", que rigurosamente se desplomó. Según números que ya tienen algunas empresas, pero que todavía no se hicieron públicos, su consumo cayó 10% en mayo.

Las naftas, en tanto, mostraron una baja de 3,8% en la venta total, algo infrecuente en este mercado, que se caracterizó por crecer incluso en los malos momentos de la economía. Según los registros públicos de venta de combustibles, no se vive una situación similar al menos desde 2008.

A medida que fueron avanzando la recesión y los aumentos de precios (más de 30% este año), el paladar de los automovilistas se puso menos exigente. Las ventas de súper se mantuvieron casi estables en mayo, pero alentadas por la huida hacia ese producto de quienes hasta hace poco compraban nafta premium.

La combinación de ventas en baja y precarización del consumo no es exclusiva del mercado de combustibles. La historia se repite en las góndolas. La consultora CCR alertó sobre que mayo fue el quinto mes consecutivo con un descenso en la demanda de alimentos y bebidas.

En ese caso, la caída general en las ventas fue acompañada por un crecimiento en la demanda de productos de almacén (desde harinas hasta fideos secos, arroz, rebozadores, conservas, salsas y pulpas de tomate), algo que pone en evidencia un consumo menos sofisticado y concentrado en rubros básicos.

En el caso de los combustibles, los aumentos de precios tienen una parte de la responsabilidad por las menores ventas, según reconocen las petroleras, un sector liderado por YPF, Shell, Esso (Axion), Petrobras y Oil.

Las remarcaciones constantes llegaron por la devaluación y el encarecimiento del petróleo en el mercado interno, algo que se nota al momento de llenar el tanque. Hace años, había una brecha chica entre los precios de la nafta premium y la súper, pero eso ya no sucede. Por caso, llenar un tanque de 50 litros con la segunda en una estación de YPF de la ciudad de Buenos Aires cuesta $ 572,5, mientras que con la primera llega a $ 644,50; es decir, 12% más.

SIN NECESIDAD DE LLUVIA

La caída en las ventas también se repite entre los consumidores de gasoil, un combustible que en las mejoras épocas de la economía se caracterizaba por su escasez. A tal punto que le arrancó al entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, una de sus frases más célebres. "Va a llover gasoil", dijo en octubre de 2006, una promesa que tardó muchísimo en cumplirse.

Tomando cifras de mayo, la venta total de gasoil pasó de 1,192 millones de metros cúbicos (m3) en 2013 a 1,083 millones de m3 ese año, una baja de casi 9 por ciento. Pero a diferencia de las naftas, el producto premium registró un pequeño crecimiento, mientras que el de uso más extendido se desplomó 10%.

El gasoil suele ser definido como "el combustible del trabajo", dado que se utiliza en el transporte de pasajeros, de carga y en el campo. La menor actividad en esos sectores es, para los empresarios del sector, la principal explicación de la caída.

"Sí, se está vendiendo mucha menos nafta", resumió Rosario Sica, presidenta de Fecra, la federación que reúne a estaciones de servicio de casi todo el país. "Acá [en la Capital Federal] se siente menos, pero en el interior, mucho más. No digo muy lejos, a 60 kilómetros de la ciudad", completó. Según su percepción, en las bocas de expendio metropolitanas la menor demanda ronda el 6%, pero en las zonas más alejadas puede superar el 20 por ciento.

Los números de mayo hacen evidente un fenómeno que había comenzado a insinuarse en meses anteriores. Las ventas acumuladas en los primeros cinco meses del año muestran varios signos negativos. Si se mide el despacho total de combustibles, la caída es del 2,2%, con una caída de 5% en el gasoil. Mientras que las naftas mantienen un número positivo en comparación con el año anterior. Sus ventas crecieron 2,4% en el acumulado.

Una caída tan abrupta en las ventas no estaba prevista en los planes de las empresas, pero tampoco del Gobierno. Por temor a un faltante mayor, el ministro de Economía, Axel Kicillof, autorizó para este año importaciones de naftas sin impuestos por un millón de metros cúbicos, cinco veces más que los 200.000 de 2013, y otros 7 millones de metros cúbicos en el caso del gasoil.

El último aumento de precios ocurrió esta semana. El martes, YPF, que suma el 55% de las ventas de combustibles, subió un 4% en promedio sus valores en todo el país, algo que llevó el precio de la súper hasta los $ 11,45 y a $ 12,89 la premium en la ciudad de Buenos Aires. El mismo día, Axion, la compañía de los hermanos Bulgheroni y la china Cnooc, retocó sus valores en una proporción similar. Y anteayer lo hizo Shell.

Los aumentos de este mes se suman a un ajuste de 7% en enero, 6% en febrero, 6,1% en marzo, 5,4% en abril y 3,8% en mayo.

En el sector suelen decir que las subas de precios seguirán en línea con la marcha de la devaluación, ya que se trata de una industria con costos altamente dolarizados. Sin embargo, algunos de sus referentes reconocieron esta semana a LA NACION que deberán realizar las remarcaciones de aquí en más con mucho cuidado, porque la caída en la demanda los obliga a mejorar su precisión con los precios según las zonas..

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