El último martes 23 de diciembre, desde la provincia de Buenos Aires se anunció el envío de la Ley Impositiva 2020 a la Legislatura bonaerense. Conforme lo detallado desde el equipo del gobernador, Axel Kicillof, en ese momento, el borrador de la normativa contemplaba dos ejes centrales: aumento por inflación y segmentación de contribuyentes de acuerdo a capacidad  de pago. Allí, comenzó la novela.

Es que, desde el oficialismo provincial, con el antecedente del tratamiento sin conflicto del paquete de leyes de emergencia, confiaron en su pronta resolución en la jornada del jueves 26 de diciembre. Sin embargo, no fue así.

Claro está, los mismos dirigentes de Todos remarcaron a ultranza que la negociación dependía del reparto de cargos en el directorio del Banco Provincia (BAPRO), como suele ocurrir con cada negociación fuerte como la Ley de Leyes, por caso. Allí, nació la primera derrota política de Kicillof.

"Ya lo decía Perón, ni el gato acorrala el ratón", comentó a LaTecla.info un senador de la Unión Cívica Radical en la tarde del viernes cuando la sesión se cayó definitivamente. El mismo dirigente bonaerense subrayó: "se equivocaron en poner el valor de la negociación antes de sentarnos a negociar".

Es decir, Juntos por el Cambio tomó revancha de Todos por haber expresado públicamente cuáles eran los hilos de la negociación para conseguir el consenso; los cargos.

Como si fuera poco, en la segunda jornada de discusión legislativa, la estrategia de la Provincia buscó dar un giro sobre su eje para hacer mella en la división de la oposición. Otra derrota. "Vidal está de viaje y su jefe de Gabinete también", dijo Kicillof en el brindis de fin de año para hacer hincapié en la ausencia de líderes de la oposición. Y agregó: "hay muchos interlocutores". Eso mismo lo fortaleció con la derrota ya consumada: "hablamos con uno y desautorizaba al anterior con el que hablamos".

Sin Vidal y Salvai en la Provincia, los interlocutores validos escogidos por los líderes de la oposición fueron el senador Roberto Costa y el diputado Maximiliano Abad. A ellos, se sumaron los intendentes como Jorge Macri (Vicente López) y Julio Garro (La Plata), cada uno con sus intereses de por medio.

Claro está, cada uno de ellos con la sangre en el ojo por el precio público que le puso el Gobierno bonaerense. De esa manera, primó la búsqueda de una victoria política que deje al oficialismo mareado antes que la interna por el liderazgo de Juntos por el Cambio.

"Buscaron un suceso político y lo consiguieron", dijo el propio Kicillof que reconoció la derrota en la Legislatura con una conferencia de prensa en la que habló de responsabilidades antes los bonaerenses.

Así las cosas, con la primera derrota política en nueve días de Gobierno, la Provincia se prepara para buscar consensos y modificar la normativa. El punto en conflicto es el incremento del 75 por ciento del valor inmobiliario rural que, según gobernación, pagarían 200 contribuyentes y según la oposición lo harían 2 millones de personas.

"Si bajamos cerca de la inflación, estamos bien", señalaron desde el Senado donde radica la crisis política de Kicillof, gobierna en minoría y la tropa propia no hace grandes esfuerzos por buscar consensos.

Conforme lo comentado desde el equipo de Kicillof a LaTecla.info, habrá modificaciones en los números aunque no están definidos. "Si bajamos dos puntos, lo van a aprobar, el suceso político ya pasó", comentaron. La negociación comenzará en los próximos días y buscará llegar a la Legislatura el 7 de enero para ser sancionada y no el jueves 9 como se estipulo en un principio.