Las industrias exportaron poco más de 90.000 toneladas en los primeros seis meses, y cerca de un tercio de ese volumen se destinó al principal comprador, Venezuela
Uno de los destinos más perjudicados fue Venezuela, principal importador de leche en polvo desde la Argentina, con cerca de un tercio de las compras.
Según el presidente del Centro de la Industria Láctea (CIL), Miguel Paulón, la caída se debe a la menor producción de leche por parte de los productores. Los tamberos entregaron 7% menos materia prima a la industria en el semestre, y las lácteas recortaron exportaciones para “privilegiar el abastecimiento del mercado interno”, dijo Paulón a El Cronista.
En realidad, las empresas primero elaboran los productos frescos para el mercado local y, en menor medida, la exportación, y procesan como leche en polvo lo que pueden exportar y quieren conservar. Por eso la menor producción impactó más a la leche en polvo que a los demás productos.
Las exportaciones lácteas en general cayeron 10% en volumen y 16% en valor en el primero semestre, según un informe del ex dirigente rural y candidato a diputado nacional (PRO-Córdoba), Néstor Roulet.
Las exportaciones de leche fluida cayeron 12,2% en volumen y las de queso, 13,8% (con 17% de caída en valores).
El gobierno nacional puso en práctica el mes pasado una nueva disposición por la que las empresas deben solicitar permisos de exportación para casi la totalidad de los productos lácteos, cuando antes este requisito funcionaba solamente para la leche en polvo y los quesos.
Pese a la caída de la producción primaria, para Roulet “el mercado interno está sobreofertado”. Así y todo en junio, las industrias debieron pagar, en promedio, 40% más por litro de leche al productor respecto de igual mes del año pasado, alcanzando los $ 2,10 por litro.
Mientras los demás costos industriales también crecieron, fundamentalmente, la mano de obra y la energía, las lácteas también lucen el corset de los precios acordados con el secretario Guillermo Moreno.
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