El primer juicio por jurado en la ciudad tuvo veredicto absolutorio

El primer juicio por jurado en la ciudad tuvo veredicto absolutorio

Histórico debate oral en Mar del Plata Los seis hombres y las seis mujeres seleccionadas para impartir justicia consideraron que Roberto Echarry mató a su cuñado, Faustino González, en defensa propia. Hubo satisfacción entre los participantes.

"Me voy contento, hemos estado desde las 8 hasta las 21 y estamos todos satisfechos". La palabra de un hombre, miembro del jurado que llevó adelante el histórico juicio por el crimen de Faustino González, resumió el sentir de sus once compañeros, que ayer declararon no culpable a Roberto Echarry, el autor del hecho.

Para los seis hombres y las seis mujeres que tuvieron la enorme responsabilidad de impartir justicia, el imputado actuó en defensa propia cuando su cuñado, que habitualmente tenía comportamientos violentos, lo increpó en el pasillo de la casa que ambos compartían con sus respectivas familias.

Tal como lo había adelantado en su edición de ayer LA CAPITAL, en la audiencia de ayer hubo tres declaraciones: la del propio imputado y las de sus dos sobrinos. Es decir, los hijos de la víctima, que declararon en favor del victimario. Uno de los hombres dijo no tener rencor con su tío y que deseaba que quedase libre.

Vale recordar que Echarry asesinó de dos disparos a González, el 12 de agosto de 2014 y luego se entregó en la comisaría sexta. Según pudo constatarse a través de la investigación, la víctima era la ex pareja de la hermana del acusado, pero luego de la separación se rehusaba a abandonar el hogar familiar.

La cuestión había desatado una verdadera disputa, debido a que la casa que habitaba la pareja era la única herencia recibida por parte de la madre de los Echarry, y el lugar en el que vivían todos. Ubicada en calle 192 al 800, se trata de una típica propiedad horizontal (PH): un inmueble subdividido que compartían la familia del imputado, con su hermana y González, por entonces su cuñado.

Al separarse de la mujer, el hombre que se había desempeñado toda su vida en el sector frigorífico y que habitualmente llevaba un cuchillo entre sus ropas, se negó a abandonar la vivienda. De inmediato, comenzaron con Echarry las discusiones que derivarían en el crimen.

En el proceso judicial quedó demostrado, a través de los distintos testigos, que González era un hombre que presentaba comportamientos violentos y maltrataba a sus familiares. Por esa razón, inclusive sus hijos defendieron a Echarry, su tío.

Tras las declaraciones de ambos hombres, llegó la etapa de alegatos ante el juez Alexis Simaz, quien coordinó el proceso. Después, fue momento para que se retirara el jurado a deliberar el veredicto.

No culpable

Los seis hombres y las seis mujeres que fueron seleccionados para ser parte del jurado en el primer juicio de este tipo en la historia de la ciudad, concluyeron tras más de dos horas de discusión que Echarry actuó en defensa propia cuando asesinó a su cuñado, en línea con los recursos presentados por su abogado, César Sivo.

Echarry se emocionó y agradeció al jurado por su decisión. Luego, fue abrazado por su familia y sus defensores, quienes rompieron en llanto.

"A los que llamen para participar, les diría que no tengan miedo, que no duden", dijo un joven que formó parte del jurado durante un reportaje que realizó para el noticiero de Canal 2. Ocurrió que las entrevistas recién pudieron ser realizadas al final de la audiencia, porque las jornadas no habían sido públicas para preservar la identidad de los ciudadanos seleccionados.

Por su parte, Sivo se mostró conforme y alegre tras el veredicto absolutorio. "Siempre estuve de acuerdo con este tipo de juicios. Inclusive, he estado en países en los que se aplica, y es muy bueno que aquí también puede hacerse", dijo el abogado.

El caso

En horas de la mañana del martes 12 de agosto de 2014, González caminó por el pasillo del PH y se cruzó con Echarry. Entonces comenzaron a escucharse gritos, seguidos de las dos detonaciones producidas por los balazos que impactaron en el pecho de la víctima, de las que dieron cuenta los vecinos durante el juicio.

En cuestión de segundos, Echarry avisó a su mujer lo que había ocurrido y se dirigió directamente a la comisaría con el arma utilizada, un revólver calibre 22 para el cual no tenía permiso de tenencia ni portación. Los policías fueron hasta la casa y constataron que González estaba muerto.

Tras confesar la autoría del hecho, Echarry quedó detenido y la Fiscalía lo imputó por "homicidio simple". El acusado pasó unos días en la Unidad Penitenciaria Nº 44 de Batán, hasta que la Justicia le concedió el arresto domiciliario con salidas laborales, después de analizar el caso y considerar que se trataba de un hombre sin antecedentes penales. En esa condición llegó al histórico juicio, del que terminó yéndose en libertad.

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