Se prevé más caos aéreo por los vientos

El “efecto primavera” agrava el problema de las cenizas en la Ciudad. Ayer a la tarde hubo vuelos. Pero podrían seguir los trastornos por algunos meses.

Así como el polen cumple con su noble tarea de fecundar a las flores en primavera, la cenizas volcánicas estarán flotando sobre la Ciudad y gran parte de la Provincia cada vez que el viento sople fuerte en la Patagonia. Y eso ocurrirá bastante seguido, al menos en lo que queda de este mes y el que viene. Típico de esta estación del año, las ráfagas del sur del país levantarán el material más liviano que expulsó el Puyehue hace más de cuatro meses y que todavía está depositado en Río Negro, Neuquén y Chubut. Empujadas por el viento, las partículas formarán una nube sobre el área metropolitana. Las compañías aéreas, una de las industrias más afectadas por la actividad del volcán chileno, ya no proyectan en días sino en horas. Habrá que acostumbrarse a las cenizas y también a las cancelaciones y demoras de vuelos.

“Si hay viento en superficie y corrientes a más de 1.200 metros de altura desde el sudeste, una combinación habitual de la primavera en la Patagonia, vamos a seguir teniendo cenizas en Capital”. Así describió el fenómeno que vivieron los porteños los últimos días Héctor Ciappesoni, director del Servicio Meterológico Nacional (SMN). “Sólo si aparecen lluvias que logren asentar y mezclar el material volcánico con tierra es posible que no se repita esta situación. Pero llevará tiempo”, agregó Ciapessoni.

La nube de cenizas llegó ayer hasta Córdoba, sur de Mendoza, San Juan, San Luis, Entre Ríos, además de Santa Fe, tal como adelantó Clarín en su edición de ayer (ver La nube sigue...).

El Servicio Nacional de Geología y Minas de Chile advirtió que las cenizas del complejo Puyehue - Cordón Caulle pueden afectar el tráfico aéreo por meses dependiendo de las condiciones y variaciones de los vientos. Fernando Gil, jefe del Observatorio Vulcanológico de los Andes del Sur, explicó a la agencia AFP que el volcán chileno está en un proceso eruptivo menor pero que aún hay lava y que la columna que lleva poca ceniza –se mantiene en 4 kilómetros– puede quedarse mucho tiempo así. “El movimiento de cenizas es impredecible. No se puede determinar cuándo dejará de caer”, explicó Gil.

Como el problema de las cenizas viene para largo, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), apura la compra de tres medidores de partículas en el aire que colocará en Neuquén y Comodoro Rivadavia. Se sumarán al que ya funciona en Bariloche y la idea es que en tres meses, además, haya uno en Aeroparque. Se trata de un sistema que dispara un haz de luz que se proyecta al cielo y detecta la densidad de partículas en las cpasa de la atmósfera. De todas maneras, explicó Ciapessoni, no sirven para prever situaciones excepcionales como la del domingo, cuando la ceniza cubrió la Ciudad y Buenos Aires, y se cancelaron 146 vuelos entre el Jorge Newbery y Ezeiza. Juan Pablo Biondi, vocero de la ANAC, dijo que “la información que brinden los equipos estará a disposición de las empresas para que decidan operar o no sus vuelos”.

La erupción del volcán chileno borró del calendario la temporada de invierno de muchos centros turísticos del Sur, por ejemplo, Villa La Angostura. Allí no sólo no hay turistas sino que sus vecinos viven con un riesgo potencial de aluvión del material depositado en los cerros. En la meseta central de Chubut los pequeños productores agropecuarios están desesperados: las ovejas se mueren y las cenizas taponan los respiraderos de calefactores y se mete en los caños de agua.

Las compañías aéreas, aunque con intermitencias, también siguen sufriendo al Puyehue. Atentos al pronóstico del SMN, cada vez que el aire se pone denso por las cenizas suspenden las operaciones. Las pérdidas para las empresas locales ya ascienden a U$D 80 millones en los últimos cuatro meses, según fuentes del sector. “Sin contar el gasto de tiempo y recursos humanos”, indicaron desde una de las empresas consultadas por Clarín.

Los pasajeros que quedaron varados el domingo y ayer a la mañana están siendo reubicados de acuerdo a la disponibilidad de los aviones que partieron desde ayer a la tarde. “Es una temporada atípica en la que estamos sujetos a cómo sopla el viento. No podemos operar en tanto no esté disponible la información del SMN y la de nuestro equipo de proyección”, dijeron desde Lan.

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