Durante la madrugada del 25 de octubre, luego de una jornada tensa, el Gobierno consiguió que la Cámara de Diputados le diera media sanción al proyecto de ley del presupuesto para 2019. Para ayudar a que conseguir el apoyo de algunos diputados que responden a los gobernadores de sus provincias, la jefa de Estado bonaerense, María Eugenia Vidal, debió postergar algunos de sus reclamos a la Nación. 

Incluso, el diputado oficialista Luciano Laspina reconoció ayer: "Buenos Aires es la provincia que más esfuerzo hace con esta ley, ya que tiene que hacerse cargo de algunas cosas que nosotros le transferimos a las provincias, pero que le pegan más fuerte como, por ejemplo, el tema de los subsidios al transporte". Para matizar, Laspina añadió: "Lo que se está haciendo con las provincias es mejorar el federalismo". Uno de los reclamos más fuertes tiene que ver con el llamado Fondo del Conurbano, del cual Vidal reclama un ajuste de 19 mil millones de pesos en favor del distrito que gobierna.

Este fondo es un mecanismo creado por el ex presidente Carlos Menem, por a pedido de su vice, Eduardo Duhalde, en 1992. En principio, se había establecido que el 10% de lo recaudado anualmente por el Impuesto a las Ganancias sería destinado a financiar obras de carácter social en la provincia de Buenos Aires. Según explica el sitio Chequeado.com, en los primeros cuatro años este dinero fue girado a la Provincia sin tope alguno, pero, a fines de 1995, se puso un "techo" de $650 millones anuales. Además, se estableció que, si se llegara a recaudar más de ese monto, el excedente sería distribuido entre el resto de las provincias. El problema es que este tope nunca se modificó y, por la inflación, la provincia de Buenos Aires pasó de recibir un 96% de lo recaudado por el Fondo en 1996 a sólo el 1,5% en 2016. Graciela Camaño: "¿Qué carajo quieren, que estalle el Conurbano?"

El espíritu de esta herramienta era compensar a Buenos Aires dado que, se considera, es la provincia que más aporta a la recaudación y la que menos recibe. En el día de ayer, el ministro de Gobierno de Vidal, Joaquín de la Torre, manifestó su bronca por el Presupuesto: "Es una injusticia política dejar a la provincia con menos dinero. No es razonable que el dinero que generan los bonaerenses se reparta entre los gobernadores", afirmó.

Sin embargo, la gobernadora decidió masticar su bronca y apoyar la votación, de manera tal que el oficialismo no tuviera una derrota política en un tema crucial, en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. No obstante, algunos legisladores nacionales, que fueron votados en distrito bonaerense, sí pegaron en el grito en el cielo. Por citar un caso, la diputada por el Frente Renovador, Graciela Camaño, afirmó en medio del debate: "Quieren que estalle el Conurbano". 

Según Camaño, el recorte presupuestario que sufrirá la Provincia será de alrededor de 41 mil millones de pesos. Asimismo, a través de su cuenta de Twitter, la diputada añadió que por la eliminación del Fondo Sojero los municipios tendrán "7 mil millones de pesos menos".

Desde el Gobierno nacional, no obstante, buscan tener algunos gestos con Vidal, dado que se trata de la figura de Cambiemos con mayor popularidad. Días atrás, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich anunció una compensación por los subsidios que se recorten: "Hemos avanzado en un fondo compensador, para atender los desequilibrios que pudieran existir, un acompañamiento en este proceso, que se suma a los ingresos que ya estaban previstos". Asimismo, esta mañana Vidal se mostró junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio. En lo que pareció un gesto de distensión, ambos recorrieron una importante obra cloacal que lleva cadelante una tuneladora de AySA, en la localidad de Dock Sud, Avellaneda, y que forma del Sistema Riachuelo, que aspira a mejor la calidad de vida de unos cuatro millones y medio de personas.