Presos secuestran a presos en Boulogne Sur Mer

Presos secuestran a presos en Boulogne Sur Mer
Desde la cárcel, llaman a familiares de otros internos y reclaman un depósito para “no lastimarlos”. Hay un pedido de informes en la Legislatura.
"Hola, te llamo desde el Penal. Tenemos secuestrado a tu familiar Fulano de Tal en el pabellón X (los nombres verdaderos y el pabellón se omiten por razones de seguridad). Sabemos que tenés la plata que te pedimos y más vale que hagás lo que te decimos. Vas a hacer el siguiente giro bancario de 20 mil pesos. Si no lo haces, matamos a tu familiar, ¿está claro?".

A grandes rasgos, palabras más o menos, éste es el mensaje que desde teléfonos celulares algunos internos de la cárcel Boulogne Sur Mer envían a parientes de otros detenidos para sacarles dinero.

Hasta el momento, las autoridades penitenciarias y del Gobierno han detectado al menos dos casos de este tipo y se han movido con extrema cautela para no poner en riesgo la vida de las víctimas ni de sus familiares.

Los casos registrados ocurrieron el 25 y el 31 de agosto de este año y, una vez que las autoridades tomaron conocimiento de esto, hicieron las denuncias penales correspondientes en una Fiscalía de Delitos Complejos. Una vez que el legislador del PJ Federal, Daniel Cassia, se enteró de lo mismo, llevó adelante un pedido de informes en la Legislatura. (ver aparte)

Modus

Los presuntos secuestros que se llevan adelante rejas para adentro se parecen demasiado a los llamados secuestros virtuales, en los que internos de distintas cárceles del país llamaban por teléfono a casas particulares donde atendían personas -que a veces conocían y a veces no- para extorsionarlas al asegurarle que tenían secuestrados a uno de sus seres queridos. En estos casos, el bien exigido por los secuestradores virtuales tenía que ver con tarjetas telefónicas.

En los secuestros entre presidiarios, el mecanismo se modifica levemente pero el monto de dinero exigido se modifica exageradamente ya que en los casos comprobados en la cárcel Boulogne Sur Mer, las sumas eran de 10 mil y 20 mil pesos de acuerdo con las denuncias.

Según Sebastián Sarmiento, a cargo del servicio Penitenciario de la Provincia, "este tipo de delitos son extremadamente complejos y se dan dentro de lo complejo que puede ser la convivencia de los internos en cualquier penal de la Argentina. Por eso hemos sido cautos a la hora de actuar".

Saben quién es quién

De todos modos, se sabe que el mecanismo llevado adelante en el penal Boulogne Sur Mer, tiene que ver con el conocimiento con que cuentan ciertos internos acerca del patrimonio o la posibilidad económica concreta que tienen los familiares de otros presos a la hora de hacer efectivo el pago en un caso de secuestro extorsivo.

Como en todo ámbito cerrado, donde todo el mundo sabe lo suficiente de todo el mundo, algunos presos no tardan en darse cuenta cuál de sus colegas de encierro tiene afuera el dinero suficiente como para que sus familiares puedan pagar. "Eso es lo que aparentemente sucedió", como explica Sarmiento.

Por su parte, Romina Ronda, subsecretaria de Justicia de la Provincia, otra de las funcionarias que trató el tema con la discreción que lo requiere, indicó que si bien "este tipo de casos no se da asiduamente en las cárceles locales, sí sabemos de sucesos similares que ocurrieron en centros penitenciarios del resto del país".

"Por lo que sabemos, es una modalidad frecuente que tienen como víctimas (los presos secuestrados) a quienes cargan con delitos que tienen que ver con el narcotráfico", según cuenta la joven funcionaria.

Los dichos de la funcionaria tienen que ver con que al menos en los dos casos que trascendieron en referencia a este tema, las dos víctimas estaban detenidas por delitos vinculados con el narcotráfico. Y existe -tanto en el inconsciente colectivo de alguien privado de su libertad como de alguien libre- que los narcos manejen bastante dinero: estén o no presos.

Los casos

En los dos sucesos de los que tomaron conocimiento las autoridades se llegó a la conclusión de que el mecanismo usado por los presos-secuestradores era muy parecido, "pero eso no llega a ser suficiente como para denunciar el caso con nombres; es muy difícil determinar quién hizo esa comunicación", contó Sarmiento.

Del mismo modo, el funcionario dijo que en uno de los dos casos, fueron los familiares del preso-secuestrado, quienes le hicieron saber de lo que sucedía. Cuando las autoridades penitenciarias dieron con el nombre de la víctima, fueron hasta el pabellón donde estaba y notaron, fehacientemente, que el detenido tenía marcas que indicaban que había sido atacado "con lo que es muy probable que ese preso haya estado inmovilizado en su mismo pabellón mientras los otros internos llamaban por teléfono a sus familiares", explicó otra fuente consultada por este diario.

Igual, el interno que fue víctima del hecho en ningún momento denunció a sus secuestradores, tal vez muy al tanto de lo que puede costar ser catalogado de "buchón" en una cárcel. Por su seguridad, ese preso fue trasladado de ese pabellón y llevado a otro donde se encuentra más a resguardo.

Se supo que sus familiares llegaron a temer tanto por su pariente secuestrado en la cárcel que estaban convencidos de hacer efectivo el pago del rescate, con tal de que no le pasara nada. El pago, finalmente, no se concretó.

Entretanto, los dos casos se encuentran en Delitos Complejos, bajo secreto del sumario y caratulados como "extorsión en grado de tentativa". Desde que las autoridades tomaron conocimiento de esta práctica inédita, tomaron más medidas de seguridad al respecto. A tal punto que, de momento, no se han registrado nuevos secuestros de presos.

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