Presos K: cómo es la vida de Jaime, Báez, López y Pérez Gadin en la cárcel de Ezeiza

Presos K: cómo es la vida de Jaime, Báez, López y Pérez Gadin en la cárcel de Ezeiza

Están en el mismo pabellón, pero en celdas diferentes. Sus rutinas y convivencia. Todos reciben asistencia psicológica.

 

Están los cuatro en el penal de Ezeiza. En celdas de dos metros de ancho por tres de largo. Permanecen desde hace meses, dejando atrás sus lujosas y millonarias propiedades que supieron adquirir durante el kirchnerismo. Los “presos K” conviven de a momentos, se diferencian por su alimentación, por lo que leen, por las actividades que realizan dentro del penitenciario. Lázaro Báez, Ricardo Jaime, José López y Daniel Pérez Gadín reciben asistencia psicológica, no son de los internos que más cantidad de visitas reciben. Sus días en la cárcel transcurren lejos del poder y sin el paraguas del kirchnerismo.

La rutina es la misma para todos: el día comienza temprano a las 8, tienen la obligación de limpiar sus celdas, ocuparse de su ropa y mantener el orden en los espacios comunes. Todos cumplen con las tareas estipuladas y según señalaron a Clarín fuentes oficiales “ninguno es conflictivo y todos respetan las normas impuestas”. Se alojan en el Módulo 6 pero en diferentes pabellones, Báez y Pérez Gadín se encuentran en el mismo lugar y López junto a Jaime en el pabellón lindante.

Presos K: cómo es la vida de Jaime, Báez, López y Pérez Gadin en la cárcel de Ezeiza

Ricardo Jaime, exsecretario de Transporte quedó detenido el 3 de abril. Foto: Pedro Lázaro Fernández.

Ricardo Jaime fue el primero en ingresar al Penal de Ezeiza el 3 de abril de 2016. Fue el primer preso por corrupción del kirchnerismo. Fiel a su perfil, es el más ordenado de todos los internos de su pabellón. Es el primero en limpiar su celda. “Siempre está impecable” relataron a este medio fuentes oficiales. En el pequeño espacio donde tiene algunos libros y sus remeras ordenadas por color, el ex secretario de Transporte sólo se queja de una cosa: que el personal penitenciario le desordena la ropa durante las requisas.

Por estar condenado Jaime tiene la obligación de participar de uno de los talleres que ofrece el Penal. El millonario ex funcionario K eligió el taller de armado y confección de bolsas de papel madera. No falta nunca.

Aunque en Ezeiza hay una biblioteca en la que varios internos terminan haciendo consultas sobre sus causas, ninguno de los “presos K” asiste a ella, ni solicitaron libros. Jaime manifestó al personal del penitenciario que tenía ganas de estudiar abogacía, pero finalmente no se inscribió para iniciar la carrera.

Presos K: cómo es la vida de Jaime, Báez, López y Pérez Gadin en la cárcel de Ezeiza

Lázaro Báez, preso hace nueve meses. Foto: Pedro Lázaro Fernández.

A la imagen de Jaime esposado, la siguió la de Báez, que quedó detenido el 5 de abril por lavado de dinero. A diferencia de otros internos llegó sin nada. En el penal le dieron un cepillo de dientes, un rollo de papel higiénico, una toalla y pasta dentífrica. Por semanas fue lo único que tuvo, quizás con la expectativa de que pronto saldría de allí.

Con el correr de las semanas comenzó a pedir ropa, pero según contaron a Clarín, de los presidiarios es el más austero: "Es campechano, anda la mayor parte del tiempo de jogging" y tiene unos pocos pantalones y remeras. Durante el invierno se quejó del frío y su familia le envió camperas de pluma.

Ordena diariamente su celda y después suele lavar en la pileta del espacio común su ropa. Báez no se resiste a las charlas con los psicólogos pero conversa poco con los 20 residentes de su pabellón. “De un gran temple, no se quebró nunca desde que llegó”, contaron quienes lo vieron durante estos nueve meses que lleva detenido. El tiempo transcurre entre libros de política, de historia española y los expedientes de las causas en las que está investigado.

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