El presidente Mauricio Macri aprovechó la visita de Estado a Brasil para expresar su compromiso en favor de la lucha contra la corrupción, y pidió ayer a las máximas autoridades judiciales brasileñas toda la información que atañe a la Argentina en el gigantesco escándalo de sobornos de Petrobras, también conocido como las investigaciones de la operación Lava Jato.

"Para nosotros lo más importante es saber cuanto antes quiénes son en la Argentina los que están involucrados en la Lava Jato. Estamos atentos a recibir toda la información del caso y sumarnos a este proceso de transparencia que ocurre en América latina", señaló Macri en su reunión con la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Carmen Lucia Antunes Rocha, y en la que participaron también otros ocho jueces de la Corte y el procurador general de la República, Rodrigo Janot,

La semana pasada, la propia Antunes Rocha aprobó una de las piezas clave de las investigaciones del petrolão: el acuerdo de delación premiada que firmaron con la justicia 77 ex ejecutivos de la compañía Odebrecht condenados por haber dado coimas a directivos de Petrobras y políticos de diferentes partidos, a cambio de jugosos contratos con la petrolera estatal.

Todo el material, hasta ahora en secreto de sumario, pasó a la Procuraduría General de la República, que puede pedir que se profundice en más investigaciones sobre las declaraciones dadas por los arrepentidos o realizar denuncias contra los políticos envueltos en el multimillonario esquema.

Filtraciones

Según filtraciones a la prensa que tuvieron lugar hace dos meses, entre los mencionados en el acuerdo de delación premiada de Odebrecht como beneficiarios de sobornos -para ellos o para sus partidos políticos- están el presidente Michel Temer, quien mantuvo un encuentro ayer con Macri, y varios de sus ministros, así como los ex mandatarios Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, destituida el año pasado.

También figuran nombrados los actuales titulares del Senado, Eunício Oliveira, y de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, con quienes el mandatario argentino también tuvo ayer sendas entrevistas protocolares.

En diciembre del año pasado, Odebrecht, otrora la constructora más grande de América latina, ya había admitido públicamente que pagó unos US$ 1000 millones en sobornos a funcionarios de al menos 12 países, entre ellos la Argentina.

En nuestro país se habrían repartido unos US$ 35 millones, aunque por el acuerdo que se mantiene en secreto con las autoridades judiciales de Brasil, Estados Unidos y Suiza, aún no se conocen los nombres de los funcionarios que recibieron coimas.

Hasta el momento, las investigaciones en la Argentina apuntaban a algunas figuras de las administraciones kirchneristas, como por ejemplo el ex ministro de Planificación Julio De Vido; el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, y su testaferro y asesor Manuel Vázquez.

Sin embargo, en las últimas semanas fue también salpicado el actual jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas. Uno de los primeros arrepentidos en la causa de Petrobras, el cambista brasileño Leonardo Meirelles, declaró que había realizado en 2013 transferencias por US$ 600.000 a una cuenta a nombre del argentino. Arribas negó que hubiera recibido esa suma de dinero y sólo reconoce un pago por US$ 70.000 por la venta de unos muebles que tenía en un departamento de su propiedad en la ciudad de San Pablo. El presidente Macri lo ha respaldado con vehemencia.

Según el grupo de funcionarios argentinos que acompañaron al mandatario en esta visita, el caso de Arribas no fue tratado en ninguna de las reuniones de las que participó el Presidente ayer en Brasilia.