Una veintena de particulares interpuso en los tribunales locales sendas demandas millonarias, en contra del contador Jorge Enrique Fuhr. Prima facie, se tratarían de procesos por cobro de pesos, ejecuciones fiscales, pedidos de quiebra, etc, precisaron fuentes judiciales.

Entre los demandantes, se encontrarían particulares, municipios y últimamente, el propio Estado provincial, que le exige el reintegro de más de $ 50.000.000 por evasión de impuestos.

Allí radica básicamente el panorama judicial del contador Fuhr, a quien Fiscalía de Estado y Procuración General del Tesoro solicitaron la devolución de más de $ 41.000.000, más otros casi $ 8.500.000 que se le reclama a un hijo, atribuyéndole ser titular de cuentas en euros, dólares y pesos, también por montos millonarios.

En segundo plano, la Dirección General de Rentas también motoriza otro proceso en contra de la esposa de Fuhr, en el orden de los $ 11.000.000, subrayaron fuentes judiciales. La familia es investigada desde el 2012, luego que dos ganaderos del interior acusaran al contador de intentar cobrarles cifras ‘usurarias’, tras un empréstito refrendado por más de $ 20.000.000.

Rentas

De inmediato, Rentas facultó a un grupo de contadores y técnicos, a fin de investigar si Fuhr estaba inscripto y cumplía las obligaciones de cualquier persona, a quien se le endilgan operatorias millonarias, al menos desde la última década.

Efectivamente, los bancos habrían informado -y detallado- cifras millonarias, aunque por el contrario, Rentas estableció que Fuhr no estaba inscripto ni habilitado para desempeñar tales actividades.

En la práctica, trascendió que Jorge Enrique Fuhr ‘trabajaba’ dineros ajenos, destinándolos a distintas inversiones: sorpresivamente, habría dejado de cumplir con lo pactado, generando así un aluvión de acreedores.

Hasta esta parte, el contador ya habría acordado pagos a largo plazo, aunque otros acudieron a la vía judicial para reencontrarse con sus dineros.

Vale destacar que los mismos son mucho más que la veintena; en la vereda de enfrente, se sitúan fuertes acreedores opuestos a toda exposición periodística, ya que la publicidad los ubicaría en un inevitable brete: de verse imposibilitados de justificar cifras millonarias en su poder.