El Gobierno y las prepagas están en una puja por el nivel de aumento que tendrán las cuotas de los planes de salud. Las empresas esperaban que -tal como dicen que se les había prometido meses atrás- se les permitiera incrementar los precios un 9% en septiembre, pero recibieron ahora la noticia de que una resolución habilitaría una suba de 7,5% y en octubre. Así se lo dijeron a LA NACION varios directivos de la actividad.

En el sector afirman que la diferencia no es menor y sostienen que con una inflación anual acercándose al 40% no podrían cubrir los aumentos de sueldos y de los precios de insumos y otros bienes.

Hoy al mediodía, las diferentes cámaras que agrupan tanto a las prepagas como a los prestadores de servicios (clínicas y centros de diagnóstico) se reunirán para intentar acordar una estrategia común. Al menos cinco fuentes consultadas ayer no descartaban que pudiera haber medidas como un lockout patronal de 24 horas la semana próxima, o la aplicación de copagos (sumas adicionales que debe pagar el paciente para ser atendido).

Mientras tanto, las empresas esperan una respuesta a su pedido de audiencia con el secretario de Comercio, Augusto Costa. En rigor, los pedidos de autorización para la suba de precios se le presentan a la Superintendencia de Servicios de Salud, que dirige Liliana Korenfeld. Pero según la ley de prepagas, el trámite debe pasar por Economía, y de allí habría salido la decisión de autorizar el 7,5 por ciento.

A mitad de año, las cámaras de prestadores firmaron un acuerdo con el sindicato de la sanidad, por una recomposición salarial en tres etapas: un aumento de 18% desde julio, otro de 10% en octubre y el último, de 3%, para febrero de 2015. Como los porcentajes se aplican de forma acumulativa, el alza total será de 33,7%. El salario básico de una enfermera de piso, hoy de $ 7434, pasará a $ 8422,72 cuando todo el acuerdo esté cumplido.

Las prepagas son dueñas de varias clínicas y centros de atención, y en esos casos el convenio afecta de manera directa. En los casos en que no es así, los prestadores reclaman un ajuste de los aranceles a cargo de las prepagas. Pero éstas argumentan que no pueden dar mejoras si no obtienen más recursos de las cuotas de sus afiliados.

Este año hubo ya dos subas de cuotas. La primera, de 5,5%, fue autorizada en febrero, en respuesta a los reclamos del sector por la suba de costos que significó la devaluación de enero. La segunda llegó en julio (aunque con vigencia retroactiva a junio) y fue de 9%. Si finalmente se autoriza el 7,5%, el acumulado en el año será de 23,6 por ciento.

En la reunión sectorial de hoy estarán las entidades Acami, Ademp, Cempra y Cimara (prepagas) y también las que agrupan a prestadores, como Adecra y Cedim, y la Federación Médica de la Capital Federal..