Preocupa a las cooperativas de agua el crecimiento de las perforaciones clandestinas

Preocupa a las cooperativas de agua el crecimiento de las perforaciones clandestinas

Las maniobras indebidas en el cordón hortícola de la Región favorecen el desperdicio del recurso y contaminan las napas.

Las perforaciones para obtener agua de riego crecen sin control en las zonas de producción hortícola, según advierten las cooperativas de los servicios sanitarios de la Región que ofrecen la prestación al margen de la empresa Absa en tres localidades platenses. A las instituciones, cada una con miles de usuarios, les preocupa el peligro de contaminación del suelo que esos trabajos clandestinos implican.

Días atrás, la inquietud alcanzó a la asamblea ordinaria de la Federación de Cooperativas de Agua Potable (Fedecap) y sus representantes hablaron de ir con la preocupación a las autoridades una vez que la nueva gestión provincial se afiance en las funciones.

Según lo que observan los dirigentes de las Cooperativas de Agua Potable de Gorina, Olmos y Abasto, en el cordón hortícola no todos los pozos se realizan con los respectivos controles oficiales y cada vez son más, en ese sentido, las maniobras que buscan obtener agua desde el acuífero Puelche, la tercera napa en profundidad, la más segura en cuanto a calidad y cantidad y de la que se proveen el suministro las entidades que lo distribuyen en esas tres localidades.

“En el sistema cooperativo de operadores de agua potable, somos cuidadores del agua; nos preocupa el recurso y siempre exigimos que se realice el control de las perforaciones a la Autoridad del Agua, que las autorice y haga después un seguimiento de los trabajos, que se inspeccionen. No vemos que eso se esté haciendo y tenemos algún temor por la calidad de nuestras prestaciones”, planteó el presidente de la Cooperativa de Gorina, Antonio Máspoli.

Aseguran los dirigentes de las cooperativas locales que por razones de costos y hasta de comodidad, para satisfacer las necesidades de los cultivos, hay productores que en lugar de realizar la extracción de agua desde el acuífero Pampeano (se halla en el segundo nivel de las napas), con rendimiento para la agricultura, según opinan, lo hacen a partir del Puelche. Esa tendencia tiene un doble perjuicio; por un lado se contamina la capa que recarga los tanques de los socios de las prestadoras y por otra parte se desperdicia un recurso que, se sabe, no es renovable. “Un pozo que cuesta 3 millones de pesos lo hacen por un millón; cuando empieza a fallar lo tapan sin seguir los protocolos de sellado y así la napa subterránea se arruina, cuando para el riego de las quintas se podrían usar napas más superficiales”, explica Máspoli.

USO RACIONAL

El sistema de distribución de las cooperativas es medido, una modalidad de uso y de facturación que, entienden en esas operadoras, contribuye al uso racional del recurso. Desde esa perspectiva se advierte también por las perforaciones clandestinas. “Nuestros usuarios se cuidan mucho, porque si hay excedente, eso se paga”, puntualizó Clemente Rey, secretario de la Cooperativa de Agua Potable de Olmos, quien resaltó el malgasto del agua por parte de la industria y la agricultura regionales. “En la zona oeste de La Plata es mucho lo que se desperdicia porque, por ejemplo, para el riego, en lugar de poner una bomba chica, con la que obtendrían la cantidad necesaria, sacan de más, tiran lo que les sobra y así dilapidan el agua potable”, añadió el dirigente.

De acuerdo a la estimación de las cooperativas, en las localidades bajo ese esquema de provisión de agua se utiliza una cuarta parte del suministro que presta Absa en el resto de la Ciudad. En términos numéricos, las familias usuarias del sistema consumen, en promedio, no más de 150 litros diarios, contra los 600 litros que se gasta en una vivienda, por caso, del casco urbano platense.

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