Un Premio Nobel para aguantar el ajuste

Un Premio Nobel para aguantar el ajuste
Sumida en la peor crisis de su historia, la Unión Europea (UE) recibió ayer el Premio Nobel de la Paz. Fue por su contribución a la democracia, la reconciliación y los derechos humanos en el Viejo Continente durante los últimos 60 años.
En lo que se consideró un fuerte respaldo a la lucha del bloque por su supervivencia, el Comité Nobel destacó, para otorgarle el galardón, el papel que cumplió la UE a favor de la paz. “Durante un período de 70 años, Alemania y Francia han combatido en tres guerras. Hoy una guerra entre ambos países es impensable. Esto demuestra cómo, por medio de esfuerzos bien intencionados y construyendo una relación de confianza mutua, los históricos enemigos se han convertido en estrechos aliados”, explicó el comité en un comunicado. Según el texto, la caída del Muro de Berlín hizo posible que se incorporaran a la Unión Europea varios países del centro y del este de Europa, abriendo una nueva era en la historia europea. “La división entre el este y el oeste llegó a su fin, la democracia se fortaleció, muchos conflictos étnicos se han solucionado”, detalló.

El comité reconoció que el bloque está atravesando por graves dificultades económicas y financieras, pero no se pronunció sobre el creciente rechazo popular a sus planes de ajuste fondomonetaristas para evitar la quiebra de los grandes bancos de la región. “Actualmente la UE sufre graves dificultades económicas y problemas sociales considerables”, dijo el presidente del comité, Thorbjoern Jagland, al anunciar la decisión en Oslo. “Este es un mensaje a Europa para que haga todo lo posible para asegurar lo que ha logrado y seguir adelante”, subrayó el noruego. Jagland, cuyo país paradójicamente no es miembro de la UE, resaltó que el bloque de 27 países y las instituciones que precedieron a la UE contribuyeron durante más de seis décadas a promover la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos.

Nacida de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial y bajo el impulso de los seis países firmantes del Tratado de Roma en 1957, la UE fue entonces bautizada Comunidad Europea. A pesar de las crisis que se produjeron durante su crecimiento, unió los destinos de antiguos enemigos para convertirse en el mayor mercado común y la primera potencia económica del mundo, donde la libre circulación de bienes, personas, servicios y capitales estaba garantizada. A lo largo de los años, el proyecto se expandió hasta englobar a 27 Estados. De los países integrantes del bloque regional, 17 establecieron incluso una unión monetaria conocida como la Eurozona.

Como era de esperar, los principales líderes de Europa recibieron con regocijo el premio otorgado al bloque entre 231 candidatos, entre ellos disidentes rusos, líderes religiosos que trabajan por la reconciliación entre musulmanes y cristianos y las Abuelas de Plaza de Mayo. El premio fue una sorpresa en un momento en que la solidaridad europea se enfrenta a su mayor desafío en décadas, ante las profundas divisiones en el seno de la Unión, donde los países del Norte, ricos y liderados por Alemania, se muestran reacios a acudir en ayuda de los países del Sur, ahogados financieramente por una deuda excesiva y sometidos a políticas de austeridad. Un test de solidaridad, cuyos resultados todavía no se dieron a conocer, ya reveló profundas grietas en el proyecto europeo, que no goza de gran prestigio en la opinión pública y que suele ver a Bruselas, la capital de la UE, como un mundo distante y burocratizado.

El galardón consiste en una medalla, un diploma y un cheque de ocho millones de coronas suecas, unos 930 mil euros, un 20 por ciento menos que el año pasado. La UE sigue en la lista del Nobel de la Paz a las tres mujeres a las que se lo otorgaron en el 2011, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, la también liberiana Leymah Gbowee y la activista yemení Tawakkul Karman. El presidente norteamericano, Barack Obama, lo recibió en el 2009 y el vicepresidente de Estados Unidos durante la gestión de Bill Clinton, Al Gore, lo ganó en el 2007.

Esta edición de los Nobel comenzó el lunes con la concesión del premio de Medicina al británico John Gurdon y al nipón Shinya Yamanaka. Continuó el martes con el anuncio de que el premio de Física recayó en el francés Serge Haroche y el estadounidense David Wineland. Los estadounidenses Robert Lefkowitz y Brian Kobilka fueron galardonados el miércoles con el Nobel de Química. Y, el jueves, se dio a conocer que el de Literatura lo ganó el autor chino Mo Yan. Tras el anuncio de ayer, la presente edición de los Nobel se cerrará el lunes, con la entrega del premio de Economía.

De acuerdo con la tradición, la entrega de los premios Nobel se realizará el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte del químico sueco, Alfred Nobel, en dos ceremonias paralelas. En Oslo se entregará el de la Paz y en Estocolmo los restantes.

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