Prejuicios sobre el macrismo y la tristeza de las petroleras ricas

Prejuicios sobre el macrismo y la tristeza de las petroleras ricas

El gobierno de Macri apuesta al mercado para fijar los precios de la energía, que siguen siendo un desvelo en la recta final del mandato. Pero tampoco en este ámbito de la gestión las cosas son tan lineales como sugerían los prejuicios, ya que Cambiemos no pudo abandonar toda forma de intervencionismo ni sostiene un romance promiscuo con el empresariado, que está lejos de ser un bloque homogéneo.

 

La administración macrista no pudo abstenerse de intervenir activamente en la dinámica de los precios del gas y la electricidad, ya que es imposible instaurar un mecanismo para hacerlo sin el patrocinio estatal. Y es sabido que el capital no tiene corazón: los ejecutivos pueden votar amarillo pero como hombres de empresa su único Norte es maximizar la renta, más allá de quién ocupe en este momento el sillón de la Casa Rosada.

 

 

Mañana se larga en la Bolsa de Comercio la primera de las dos jornadas de licitación del gas para distribuidoras para el año que correrá desde el primer día de abril. Una compulsa pública en la que éstas se encontrarán con productores a través de mecanismos pautados por el ente regulador. El precio mayorista de este carburante clave surgirá de ese encuentro y no de una norma oficial que lo fije compulsivamente.

 

 

¿Por qué pensar que las empresas que participarán de la subasta no estarán felices con esta apuesta de mercado? Sin embargo, hay más de un ejecutivo malhumorado.

 

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En principio, porque las transacciones quedarán transparentadas y esa falta de reserva incomoda. Luego, porque los contratos que celebrarán petroleras y distribuidoras a un año de plazo darán a éstas últimas hasta 65 días para pagar el producto, 10 menos de los que se requieren hoy pero 35 más de los que propuso el Gobierno nacional en origen, tal como querían las productoras.

 

 

El precio acordado para un metro cúbico en el período estival, cuando el producto sobre y es más barato, obligará a las productoras a vender 2,5 metros en el invierno al mismo ("bajo") precio. Una mecánica para forzar el abastecimiento y una baja del valor promedio. La dinámica fue diseñada por el ente regulador, acción necesaria para delimitar la cancha en la que empezará a funcionar un mercado electrónico y concentrado. Hay más definiciones oficiales urticantes para el bloque patronal.

 

 

El precio en dólares que resulte quedará fijo entre abril y octubre y, si alguien le teme a una próxima devaluación, tendrá que contratar un seguro de cambio. Otro ítem que las empresas están incluyendo en el cómputo para definir hasta cuánto están dispuestas a pagar el gas o a cuánto les cierra venderlo.

 

 

La gestión macrista aprendió. No hay resto para transferir el costo de un eventual nuevo tipo de cambio al usuario final ni para que el Estado afronte este costo como lo hizo a mediados del año pasado, asumiendo una obligación millonaria que sólo atenuó con el pago en cuotas desde el mes de octubre, en pesos y ajustables por la tasa pasiva del Nación.

 

 

Mauricio Macri entendió que su presencia no basta para seducir capitales y aunque su gobierno es empático con la lógica empresaria, sabe que para prolongar su estancia en la Casa Rosada otro período necesita las inversiones tanto como los votos de ciudadanos ajenos a esos modos de razonamiento y con otras urgencias. Su equipo comprende que gobernar es arbitrar entre intereses contrapuestos en beneficio de la mayoría y eso los obliga a determinaciones a veces contradictorias a sus preferencias. En lenguaje de café, porque no le queda otra.

 

 

Odian los subsidios a la oferta, pero no vieron otra forma de alentar las inversiones en Vaca Muerta que reeditar una versión remozada del Plan Gas aplicado por el kirchnerismo. Con la misma claridad, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, vio que no tiene fondos suficientes para sostener ese programa en la versión original y recortó el beneficio.

 

 

Esto hizo que Tecpetrol, la firma con mejor performance productiva en el yacimiento Vaca Muerta, decidiera frenar inversiones para producir solamente los 8,5 millones de metros cúbicos por día que sí tendrán subsidio, que presente un recurso administrativo para discutir la decisión oficial y que haga públicas ambas determinaciones.

 

 

Claro que no cabe verlo con la lógica maniquea de telenovela.

 

 

Aquello no significa que la energética de la empresaTechint haya roto con el macrismo ni que el Gobierno nacional esté enemistado con el empresario Paolo Rocca. Son solamente escarceos en una batalla por posicionar un negocio privado condicionado por decisiones y, en parte, fondos estatales.

 

 

Amén que hay otras cuestiones pendientes ligadas al gas no convencional que condicionan las cajas y los ánimos, como la construcción y operación de un gasoducto que traiga el nuevo gas desde el Sur o plantas de licuefacción para exportarlo.

 

 

Y otras tantas definiciones inmediatas que condicionan otros negocios. Por ejemplo, cuánto costará el gas para generar electricidad o el destinado al GNC y en qué medida este carburante, cuya demanda empezó a alentarse, seguirá siendo potestad de las distribuidoras gasíferas, que hoyempezarán a jugar en una nueva versión de mercado.

 

 

 

No se trata de odios ni de amores. Sólo de dinero.

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