El precio de la carne vacuna subió hasta un 30 por ciento en carnicerías locales

El precio de la carne vacuna subió hasta un 30 por ciento en carnicerías locales
Tal es el incremento en lo que va de 2014 ante una retracción en el ingreso de hacienda en el mercado de Liniers. Actualmente, el kilo de asado ronda los 60 pesos.

En vista de la situación económica reinante, las carnicerías locales aplicaron fuertes subas a la mercadería. Los aumentos fueron graduales hasta llegar al 30% en ciertos casos.

En un recorrido por carnicerías locales se observó un fuerte incremento en todos los cortes. En tal sentido, Ricardo Pomponio, de Carnes Argentinas, manifestó que en lo que va del corriente año, la suba de los cortes de carne oscila entre un 25 y 30 por ciento, dependiendo de la zona donde esté ubicada la carnicería.

“En Junín se sabe que de la vía del ferrocarril en dirección a Barrio Belgrano y demás, los precios son más baratos que en las carnicerías céntricas. En nuestro local, se venden las pulpas y el asado a 60 pesos, en tanto que la paleta a 55 pesos, la picada a 38 y el corte más caro es el lomo, a 75 pesos”, dijo.

Respecto a las razones de los incrementos, Pomponio opinó que en gran parte se debía a las especulaciones de los dueños del ganado, que dejan de vender, ingresando pocos animales en el mercado de Liniers lo cual provocó la suba de los precios.

Desde carnicería El Cirujano, manifestaron que la suba de precios rondó el 30 por ciento, sumados los tres aumentos que hubo este año, uno importante hace 15 días y otros dos posteriores, que fueron menores.

“Las pulpas y el asado que estaban a 58 pesos en diciembre último subieron a 67 y 68 pesos, respectivamente, debido a la gran inflación que hay en los precios de la canasta familiar. Sin embargo el consumo se mantiene, nosotros tenemos una muy buena clientela y estamos en un lugar céntrico de la ciudad”, explicaron desde dicha carnicería.

Aimar, cuya carnicería tiene su mismo nombre, explicó que el precio al público en sus locales tuvo una suba del 20 al 25 por ciento, “siendo razonable en los incrementos”, apuntó.

“El asado y las pulpas están a 60 pesos, y es lo que la gente más consume, una por tradición y en el caso de las pulpas, porque rinden más. El precio del caracú, por ejemplo, está entre los 25 y 30 pesos el kilo, la aguja o descargado, a 45 pesos, y las costeletas chicas, a 50 pesos. La gente no deja de consumir carne, aunque quizá compra un poco menos”, afirmó.

Expectativas

El secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, estimó que "a partir de esta semana va a empezar a bajar la carne al público", que luego de la fuerte devaluación de enero aumentó hasta un 30 por ciento.

El funcionario afirmó que el Gobierno le pidió al sector ganadero que bajara los precios porque consideraba que las estructuras de costos no convalidaban la suba.

Además, cuestionó a aquellos que guardan sus terneros de cara a la exportación y sostuvo que "tienen en la cabeza un tipo de cambio de 11 o 12 pesos todavía, porque miran el blue y no el tipo de cambio real".

Cabe mencionar que Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Carnicerías, días atrás manifestó que “debería haber algún límite porque la carne es un alimento básico”.

Como la carne se exporta, la cotización de la hacienda fluctúa con el valor del dólar. Al producirse una suba por kilo en el valor del ganado en pie, el precio en las carnicerías llega casi triplicado.

Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA), respecto a las causas del incremento, dijo: “La causa más inmediata es que estuvo ingresando poca hacienda porque hubo muchos días de lluvias abundantes en la zona ganadera”.

Schiariti estima, sin embargo, que los nuevos precios no podrán sostenerse mucho tiempo, “porque la gente no está en condiciones de absorberlos”. Claro que también sucede que, cuando cae el precio del novillo, los valores en las carnicerías no bajan. “Siempre es difícil que los comercios vuelvan al nivel anterior”, dijo el titular de CICRA.

Entre octubre y noviembre del año pasado, poco antes de la renuncia de Guillermo Moreno, la carne había pegado otro salto. En aquellos días, tras varios meses de estabilidad, los principales cortes tuvieron aumentos de entre el 20% y el 40%. El asado, por ejemplo, había pasado de $ 40 a entre $ 50 y $ 56 en los principales supermercados. El vacío había saltado de $ 45 a entre $ 60 y $ 70. El lomo había saltado de $ 65 hasta casi $ 100.

Aún así, según el último informe de CICCRA, el consumo de carne vacuna aumentó el año pasado un 9,4% hasta llegar a 64,1 kilos anuales por habitante. Lejos, por cierto, de los 90 kilos que los argentinos consumían de carne vacuna en la década del 80.

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