Gustavo Posse y Daniel Salvador pelean por quedarse con la conducción de la UCR bonaerense, cargo que Ricardo Alfonsín dejará vacante a mediados de año.

Fuentes del partido adelantaron a LPO que el intendente de San Isidro y el vicegobernador bonaerense son los dirigentes que aparecen con más chances de suceder al hijo del ex presidente, aunque por ahora es una contienda silenciosa.

Las charlas entre correligionarios se precipitarán en los próximos días hasta que empiecen a tallar en las negociaciones pesos pesados como Enrique Nosiglia, Ernesto Sanz, Federico Storani, Jesús Rodríguez, Carlos Becerra, hombres de consulta para el distrito provincial.

Salvador, por la envergadura de su cargo y por ser uno de los beneficiados de la victoria pro Macri surgida en Gualeguaychú, pica en punta. Quiere volver a la conducción del partido, ya que fue presidente del mismo entre 2008 y 2010, en una época de poca trascendencia para el radicalismo.

Salvador quiere volver a conducir el radicalismo bonaerense -fue presidente entre 2008 y 2010- apalancado en que es el dirigente de esa fuerza con el cargo más importante.

A Posse, más vinculado al vecinalismo y con pasado reciente en el massismo, no le faltan pergaminos. Es de hecho el alcalde radical que gobierna el mayor distrito de la provincia.

El intendente vuelve a pisar fuerte en la UCR ahora que el PRO le camina San Isidro. Es más, como informó LPO, depende de los hombres de Guillermo Montenegro para sacar proyectos. El embajador en Uruguay sigue de cerca la política del distrito y quiere volver a pelear la intendencia en 2019.

“Por ahora son charlas y creo que los dos son buenos candidatos. En definitiva el planteo es promover la unidad del radicalismo sobre la base de la profundización de Cambiemos y del espíritu de Gualeguaychú”, sostuvo a LPO un dirigente de peso nacional.

Tanto allegados a Salvador como gente del entorno de Posse en San Isidro confirmaron las aspiraciones de sus jefes, aunque ellos por ahora no lo manifestaron públicamente.

De hecho, en los últimos días hubo una reunión entre Storani, Salvador y el diputado nacional Alejandro Echegaray en donde se discutió la necesidad de promover un esquema de renovación en el distrito, aspirando a fortalecer Cambiemos sin alejarse de la identidad de la UCR.

La idea es “poner en valor al partido en la coalición de gobierno”, porque está un poco “aletargado”, comentaron fuentes radicales.

El radicalismo debe seguir cambiando el chip si no quiere quedar afuera de la rosca. Por lo pronto, su acoplamiento a Cambiemos lo devolvió a la arena política, que había quedado sepultado con la caída de De la Rúa.

En la última elección, la UCR pasó de 300 municipios a tener cerca de 500 en todo el territorio nacional. Ahora está peleando por poner al presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM) que está en pleno proceso de negociaciones entre el Gobierno y el peronismo. Allí suena fuerte Ramón Mestre, pero también el massista Saenz y el PRO amaga con poner algún macrista de paladar negro.