Posibles internas en el radicalismo rionegrino y renuncia de Darío Berardi a su candidatura

Posibles internas en el radicalismo rionegrino y renuncia de Darío Berardi a su candidatura

VIEDMA: Si bien todos los pronósticos previos parecían asegurar que la Unión Cívica Radical se aprestaba a definir sin mayores tensiones al nuevo presidente en reemplazo del renunciante Horacio Massaccesi mediante un acuerdo entre las distintas líneas para evitar una nueva confrontación interna, el hecho de que primero se acordara una prórroga de la presentación de listas hasta el próximo jueves, e inmediatamente plantearan la solicitud de color para eventualmente medir fuerzas en las urnas, plantea desde ya una alternativa que se asoma como irreversible.

La última instancia se jugaría el miércoles venidero, cuando se encuentren en Viedma Darío Berardi, ex legislador provincial y actual titular del comité capitalino, candidato a presidente de la UCR por la lista Rosa Verde y Blanca (en recuerdo de la bandera de la revolución del Parque impulsada por Além e Irigoyen, allá en el lejano gobierno de Juárez Celman, y el flamante intendente de Ingeniero Huergo, Miguel Ángel Martínez. 

Se pudo saber que Berardi sostendrá su nominación a titular del partido en una lista única de consenso y en caso contrario, que primer el criterio de la lucha interna no participará de la confrontación en carácter de candidato.

Es decir que hay en marcha un cambio de posiciones y criterios sobre este capítulo que se avecina en el sufrido radicalismo rionegrino, donde sobre su maltrecho ámbito los consensos brillan por su ausencia.

Hasta ahora lo que se daba como cierto era que existía un generalizado acuerdo con pocas disidencias entre las distintas líneas del partido que se inclinaban a favor de la candidatura de Berardi, que en gran medida aparecía como un reconocimiento a su tarea política y parlamentaria, y por extensión al rol cumplido por la dirigencia de Viedma, que permitió retener la municipalidad, que oportunamente aseguró para el radicalismo, el ex intendente Jorge Ferreira.

Desde el punto de vista electoral en Viedma constituyó una excepción en el marco comparativo de los adversos resultados obtenidos por la UCR aquel 14 de junio del año anterior, junto con un reducido puñado de comunas del mismo color. 

No debe olvidarse y escapar de este somero análisis, que aquella perfomance donde del radicalismo apenas alcanzó el tres por ciento de los votos emitidos, también resaltó como contraste la victoria de José Luis Foulkes en Viedma, dirigente convertido desde ese momento en un punto de referencia obligado en la UCR

Por esa y otras razones Foulkes fue distinguido primero como titular del Foro de Intendentes y después como presidente de la convención provincial. Y seguramente por pertenecer al mismo sector la mayoría de los jefes comunales radicales y otras franjas del partido comenzaron a partir de la convención de Darwin a mencionar el nombre de Berardi en el máximo cargo de la conducción para reemplazar a Massaccesi por los ochos meses que faltan para cubrir ese mandato incumplido-

Pero confirmando aquello de que en política no hay cuestiones definitivas, en los últimos días se han comenzado a percibir, primero en la última reunión partidaria en Viedma y después en otra correspondiente a un sector definido después, aprestos de dirigentes que no comulgan con la candidatura de Berardi, y que se están inclinando por la figura del intendente Miguel Ángel Martínez.

Este grupo esta integrado por conocidos dirigentes de General Roca como la ex legisladora provincial María Inés García, la ex diputada nacional Cinthya Hernández, y otros como Juan Carlos Vallés y Mercedes Flouriach de Viedma, Hugo Medina de Cipolletti, Aníbal Fernández de Bariloche Ringo González, del Alto Valle y otros conocidos nombres del radicalismo. Desde el punto de vista de los principios, en grandes líneas, todos hablan de la renovación del partido, su fortalecimiento el recambio de dirigentes, facilitar la participación y el debate sobre los grandes temas y el destino de la UCR.

Pero más allá de estas disquisiciones, hay otras cuestiones mas profundas que ya han sobrepasados los límites del radicalismo, y son temas que se conjugan en todos los corrillos políticos que existen y proliferan en esta súper politizada Rio Negro.

Por ejemplo, dirigentes cercanos a Berardi sostienen que en esta puja declarada dentro de la UCR están quienes –los dirigentes de la lista Roja y Blanca-aspiran a ocupar a la conducción del parido para ponerlo a disposición o entregar su sello al PRO por intermedio del influyente y máximo referente del partido “macrista” en Río Negro, el diputado nacional Sergio Wisky.

En cambio y como réplica, los nucleados en torno a Cynthia Hernández, María Inés García y otros planos dirigentes acusan a sus correligionarios de la lista Rosa, Verde y Blanca de tener altos grados de compromisos con el gobernador Weretilneck y que sus ansias de conducir el radicalismo, es someter al partido a los intereses del oficialismo que representa el titular del poder ejecutivo provincial, Juntos Somos Río Negro.

Es posible que ambas opiniones que cada mensajero transmite con convicción tenga mucho condimento de las visiones conspirativas que se escuchan habitualmente, que no son tan reales como aparentan, pero esas son en definitiva los ejes conceptuales que se jugarán en el curso de este febrero recién iniciado aunque nadie los formule a la luz del sol.

El miércoles venidero se reunirán en Viedma Darío Berardi y Miguel Ángel Martínez convertidos en los polos de esta complicada coyuntura radical que aparece peligrosamente inclinada hacia otra confrontación interna que seguramente no será bien recibida por los afiliados, agotados por ser convidados de piedra en este tipo de conflictos amenazan con no tener fin.

Nada hay definitivo, y pocos creen en la “renuncia a la candidatura” de Berardi vaticinando la presentación de su lista en la que estaría acompañado en la vicepresidencia primera por un jefe comunal de la línea sur y otro prestigioso dirigente, “para probar en este radicalismo actual, quien es quien en cada ciudad, pueblo o paraje”. 

Como dijo un viejo radical a un grupo de sus correligionarios. “No hay que asombrarse, el radicalismo parece tener margen todavía para descender un poco más hacia el abismo”.

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