Poseidón: sospechan de 2 empleados de la planta por el cargamento de 110 kilos de cocaína

La Fiscalía Federal pidió la indagatoria del jefe y del encargado de la planta. Creen que sabían del cargamento del estupefaciente hallado en Puerto Madryn en 2013.

El fiscal federal de Rawson, Fernando Gélvez, le pidió al juez Hugo Sastre que llame a declaración indagatoria a Ángelo Eduardo Casas Armanetti, jefe de planta de la pesquera Poseidón en Puerto Madryn, y a Cristian Fabián Torrado, alias “Pajarito”, encargado de planta de la firma. Ya habían declarado pero como testigos.

Gélvez considera que tuvieron responsabilidad en el hallazgo de 110 kilos de cocaína, camuflados en cajas de langostinos. Por esta causa ya están procesados Alejandro Pennisi, Omar “Cura” Segundo, Juan Burgos y Nicolás Seoane. Y se espera la extradición del español Alfredo Aranda Barberá.

De acuerdo al pedido, Casas y Torrado habrían participaron en el almacenamiento de la cocaína entre el 14 de mayo y hasta el 10 de junio de 2013. Y probablemente conocían el contenido de los envases que llegaron de Mar del Plata y que Seoane pidió preservar en las cámaras frigoríficas.

“Sabían que el langostino era de mala calidad y que no servía para exportar ni para consumo del mercado interno, tal circunstancia fue transmitida en varias oportunidades a Seoane y a pesar de ello se la mantuvo hasta que fuera incautada”, interpretó Gélvez.

Según el fiscal, tras revisar el expediente y las vinculaciones entre los protagonistas, se “incrementa” la situación de Casas y Torrado como “presuntos partícipes criminales en los hechos”. Los cargos podrían encuadrar en almacenamiento de estupefacientes.

Los dos mencionados “recibían y controlaban las mercaderías que llegaban a la planta de la empresa para ser colocadas en las cámaras frigoríficas”. En este escenario, “no pudieron desconocer después de tantos días de permanecer el langostino en mal estado que contenía cocaína su permanencia allí, y además eran sabedores del mal estado de los mariscos y se lo habrían hecho saber a Seoane”.

“Mantener una mercadería de inútil colocación en el mercado internacional e interno, cuestión acreditada por los testimonios de los expertos, cuesta dinero porque las cámaras frigoríficas consumen energía eléctrica, amén de estar imposibilitado el lugar para colocar otra mercadería por la cual se abonaban sumas de dinero, exceptuada a la mercadería que contenía cocaína”.

Gélvez recordó que “no se le cobró nada a Seoane por mantener tal mercadería por ese lapso en las cámaras frigoríficas”. Y más allá de que el trabajo del jefe y del encargado de planta es conocer qué mercadería ingresaba y cuál era su depósito, controlar esos objetos, entrada y salida, “es imposible que desconocieran la permanencia del estupefaciente en almacenamiento y en tal lugar”.

“Sabían que el langostino no era apto para consumo ni que tenía el tamaño adecuado para ser exportado, dejándosela a esa mercadería no obstante lo apuntado, varios días en las cámaras frigoríficas de la empresa a pérdida de dinero y comunicándole además tal circunstancia a Seoane”.

Para el fiscal, es probable que ambos, por su actividad y distribución de funciones en Poseidón, conocieran el comprometedor contenido de las cajas, “cuestión conocida no sólo por Seoane sino también por Segundo y Pennissi”.

Otro protagonista

En otro orden, Gélvez apeló la decisión de Sastre, que dictó falta de mérito de Rubén Lev, en su momento imputado por comercio y transporte de estupefacientes por el caso. El fiscal federal pidió que la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia procese a Lev por almacenamiento de droga, por los hechos presuntamente cometidos en mayo y junio de 2013 en Mar del Plata y Puerto Madryn.

Según la causa, a pedido del español Salvador Parra Gómez, Lev guardó y refrigeró la carga de langostinos con cocaína en su empresa “Leter Alimentos” un viernes a la mañana. Fue retirada un lunes a primera hora. Lev reconoció la mercadería pero según su versión, no sabía de la droga. Es carga se llevó a Poseidón en un camión Mercedes Benz conducido por Diego Naddeo.

Según declaró Lev, la mercadería –llevada por Burgos- se recibió y se guardó en la cámara “para bajar al frío por el favor que le solicitó Parra, a lo cual accedieron por ser conocido de un cliente; lo único que se hizo fue tomar la temperatura de la mercadería y pinchar las cajas”. El langostino con droga estuvo almacenado al menos dos días en esa empresa.

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