Sin su póquer, la Argentina evalúa jerarquías alternativas

Sin su póquer, la Argentina evalúa jerarquías alternativas
Lesionados Messi e Higuaín, la selección no contará con su mejor versión ofensiva ante Perú; desde las 20, Sabella probará variantes con Palacio y Lavezzi; vuelve la defensa titular ante un débil adversario

Nunca nada será igual sin Leo Messi. Pero la Argentina ya demostró que su potencial no se agota en el crack rosarino, sino que la profundidad del plantel es capaz de ofrecer soluciones. Pero tampoco estará Gonzalo Higuaín. La débil exigencia de un desmotivado Perú, en la anteúltima estación de las eliminatorias, no supone riesgos. Igualmente la selección deberá encontrar respuestas entre su abanico de recursos para certificar que es amplia su plataforma de desarrollo. Nuevamente el equipo de Alejandro Sabella no dispondrá de su mejor recurso, el arsenal ofensivo, por eso será otra ocasión para analizar jerarquías alternativas.

Desde el 6 de febrero de este año que Los Cuatro Fantásticos no comparten la titularidad; ese día, la selección derrotó 3 a 2 a Suecia, en Oslo, y a partir de entonces la Argentina ha sido capaz de llevar esa mochila con naturalidad y convicción. Pese a haberse debilitado el excepcional poder de fuego albiceleste, no se resintieron los resultados: la selección jugó siete partidos (ganó cuatro y empató tres), en los que convirtió 16 goles. Dos lecturas positivas: el equipo demostró que puede reacomodarse a sus ausencias, y Sabella en cada actuación sostuvo la ambición pese a no contar con la intimidatoria energía de su póquer.

La estructura colectiva a veces rechina, pero la intensidad en el juego, asociada con un clima de amistad y una personalidad ganadora, le han permiten a la Argentina imponerse en la región y también ante varas más altas como en el amistoso con Italia. Desde las 20, ante Perú, buscará corroborarlo. Y también asegurarse el primer lugar en las eliminatorias, un mérito que no otorga ningún título, pero se sabe que a nadie amarga un dulce.

Con Agüero y Di María (lucirá la cinta el jugador actualmente más en forma del equipo) como emblemas, Palacio y Lavezzi dejarán sus butacas alternativas para asumir una función estelar. Jamás partieron juntos los cuatro, por eso observar cómo se complementan encierra alguna intriga. Hay un dato contundente que no debe ignorarse: de las 56 conquistas de todo el ciclo Sabella, quienes no estarán contra Perú marcaron 20 (Messi) y 13 (Higuaín) goles. Un abismo frente a un tanto de Lavezzi y todavía ninguno de Palacio.

No se trata de un análisis iluminado concluir que la Argentina sin Messi nunca será la misma. Por cierto, esta noche se cortará una fabulosa e histórica seguidilla de la Pulga: ha jugado consecutivamente 35 partidos por las eliminatorias sudamericanas (3 para 2006; 18 para 2010 y 15 para 2014). Nadie como él.

Aún con otros nombres, el ataque se las ingenió a partir de su variedad y riqueza individual. La retaguardia casi siempre atravesó contratiempos, ya que el modelo arrastra crujidos defensivos porque sus actores no reúnen la clase de sus compañeros ofensivos. Al menos esta vez Sabella alineará su fondo preferido, con Zabaleta, Fernández, Garay y Rojo, algo que no podía hacer desde el 0-0 con Colombia, en junio pasado. Incluso, el DT le renovará la confianza a Romero en el arco, pese a que no ataja en Monaco, su club. Los otros retoques estarán en el medio, una región vital para el técnico, tanto que Gago y Mascherano, los ausentes, son considerados por Sabella como "el corazón del equipo". Banega y Biglia, con características licuadas de ambos, intentarán maquillar dos pérdidas casi tan significativas como las de Messi e Higuaín.

Justo hoy se cumplen dos años de la última caída albiceleste con el equipo A, el de los legionarios europeos (0-1 con Venezuela, en Puerto La Cruz). Y la adversidad que esta noche propondrá Perú no supone un riesgo: eliminado del lote que sueña con el Mundial, el equipo de Sergio Markarian -se marchará al término de las eliminatorias- apenas presentará dos futbolistas experimentados, Claudio Pizarro y Juan Manuel Vargas, y el resto serán jóvenes, jugadores locales o con poco rodaje internacional. Perú, que hace cuatro años casi provoca la defunción del ciclo Maradona, bajará la mirada y aceptará su suerte.

A ocho meses de la Copa del Mundo pasa inadvertido, pero esta noche la selección jugará su anteúltimo cotejo en el país antes de zarpar para Brasil. Es que ya quedan muy pocos ensayos: el cruce con Uruguay del martes en Montevideo, dos amistosos el mes próximo en la gira por Estados Unidos, un choque con Rumania en Bucarest en marzo de 2014 y algún rival que oficie de despedida allá por mayo del año que viene, en la antesala del Mundial. La Argentina está a cinco partidos de la Copa.

De todos modos, con el equipo ya clasificado y frente a un oponente sin encantos, la invitación no parece muy atractiva. Y la ausencia de Messi trajo un daño colateral, por cierto esperable: hasta anoche quedaban demasiadas entradas en el Monumental, a diferencia de lo ocurrido en el anterior paso de la selección por Núñez, en junio, ante Colombia, cuando los tickets se agotaron un día antes del encuentro y la recaudación estableció un récord que superó los 13 millones de pesos. El partido con Perú tal vez no deje huellas, pero sí confirme los pasos que viene dando Sabella.

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