Política y negocios: las cifras más polémicas de Fútbol Para Todos

Política y negocios: las cifras más polémicas de Fútbol Para Todos

El programa que transmite al fútbol argentino cuesta $ 4 millones por día y desde su creación, en 2009, el Estado desembolsó $ 6.127 millones. Cómo el discurso de un negocio rentable chocó contra la realidad de un gasto irrecuperable, en una historia de poder que incluye a Cristina Kirchner, Julio Grondona, Jorge Capitanich, Diego Maradona y hasta a Marcelo Tinelli.

Casi cuatro millones de pesos por día. Ese dato quizás sea el que mejor grafica el enorme costo presupuestario que le demanda al Estado nacional financiar el programa Fútbol para Todos. Y es, también, el punto de partida en la investigación que nos motivó a escribir el libro titulado Fútbol para Todos. La política de los goles, que publica Editorial Sudamericana. 

Desde el acto realizado el 20 de agosto de 2009 en el predio de Ezeiza de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inaugurando el nuevo proyecto cerca del titular de la AFA, Julio Grondona, y del entonces técnico de la Selección, Diego Maradona, hasta las últimas negociaciones, fallidas, con Marcelo Tinelli para que se hiciera cargo de las transmisiones de los partidos, todo lo ocurrido en los primeros cinco años de contrato del Fútbol para Todos se reseña en el libro. A continuación, algunos pasajes de una historia en la que se entremezclan la pasión, los negocios y el poder. 

Charla decisiva en Olivos

Tras el receso invernal, a mediados de 2009, en plena crisis económica global y saturado por las presiones recibidas desde Futbolistas Argentinos Agremiados para que los clubes saldaran las millonarias deudas que mantenían con los jugadores, en una reunión privada con la Presidenta en la quinta de Olivos, Grondona recibió una oferta que no pudo rechazar.

- ¿Cuánto necesitás?, le preguntó Cristina a “Don Julio”. 

- 500 millones, respondió el titular de la AFA.

- Perfecto, te vamos a ofrecer 600, pero no nos uses para renegociar, cerró CFK.

Ese diálogo, breve pero definitivo, motivó una reflexión de Grondona que aún recuerdan en su círculo íntimo: “Menos mal que apareció esta mujer, porque si estaba el ‘boludo’ del marido no hubiéramos llegado a un acuerdo”. La relación del “Jefe” con Néstor Kirchner era endeble, ya que el expresidente miraba con recelo al dirigente por haber sido designado al frente de la AFA en 1979, en plena dictadura militar. Sin Kirchner, que se mantuvo ajeno a las charlas y ni siquiera fue a la inauguración del programa, negociar resultó mucho más sencillo.

La AFA y la Rosada se convirtieron, así, en socios por conveniencia. Mientras a la entidad madre del fútbol local le hacía falta dinero rápido, al Gobierno lo seducía la posibilidad de quitarle al Grupo Clarín lo que consideraba un gran negocio: las transmisiones de los torneos de fútbol de primera división. El conflicto del campo, la crisis mundial y la incipiente Ley de Medios impulsada por el kirchnerismo representaron de algún modo la génesis de un largo enfrentamiento con el multimedios, que todavía sigue vigente.

Por entonces, Clarín tenía el 50% de los derechos por televisación codificada de los campeonatos, ya que había creado la firma TSC junto a Torneos y Competencias. El cachet que se pagaba a la AFA entonces era de $ 241 millones anuales, lo suficiente para hacer un buen negocio, que distaba, sin embargo, de la creencia general de que se trataba de un producto muy redituable, según aseguran fuentes cercanas a la empresa. 

La llegada del Gobierno, casi triplicando la oferta, sentenció toda posibilidad de que TSC pudiera igualar esa cifra. Si bien hubo un intento por mejorar los ingresos que percibían los clubes, quedó muy lejos de los $ 600 millones que Grondona había pactado con el Estado. Así, luego de que la AFA rompiera unilateralmente un vínculo que tenía firmado hasta 2014, se inició uno nuevo, que culminará en 2019. 

Gasto irrecuperable

Cuando Cristina presentó en Ezeiza el nuevo Fútbol Para Todos, vaticinó que el programa iba a generar ingresos propios. De aquel pomposo discurso sobresale un extracto: “He escuchado y he leído que el fútbol iba a ser subsidiado por el Estado, los que escriben esto saben que el fútbol es un negocio extraordinario que no necesita ser subsidiado, sino simplemente tener la oportunidad de participar en las ganancias que él mismo produce como evento deportivo, como espectáculo cultural de todos los argentinos. La misma comercialización del producto va a exceder el contrato; por eso, hemos planteado que en lo que exceda, el 50% será destinado a la AFA y el 50% a la promoción de nuestro deporte olímpico”.

Sin embargo, en muy poco tiempo el Fútbol Para Todos pasó de ser una promesa de un negocio lucrativo que iba a financiar los deportes olímpicos, a una simple herramienta de propaganda política. Así fue que en tan sólo siete meses elex presidente Néstor Kirchner decidió de manera unilateral bajar la persiana del negocio publicitario -la única forma de financiar el programa con recursos propios- y abrir la ventanilla para una catarata de spots de campaña del Gobierno nacional.

Desde el 2 de septiembre de 2009, cuando ingresó a las arcas de la AFA el primer centavo proveniente del Fútbol Para Todos, el Estado invirtió $ 6.127 millones. De aquellos $ 600 millones iniciales se pasaron, con escalas intermedias y reasignaciones de partidas, a $ 1.410 millones en 2014. Esa cifra, equivale a $ 3,86 millones diarios que Jefatura de Gabinete gira para tener los derechos del fútbol argentino. La suma deja afuera los costos logísticos y de transmisión con empresas entre las que se reparten la producción y post producción de los encuentros. Según un pedido de informes realizado recientemente, en concepto de producción, sólo en 2012 se gastaron $ 147,7 millones extras. 

Lo que viene en el FPT

A pocos días de que la legisladora porteña Graciela Ocaña radicara una denuncia en la Justicia contra Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina y Jorge Capitanich por haber estado a cargo de la Jefatura de Gabinete durante estos años y autorizado el envío de fondos del Fútbol para Todos a la AFA, el polémico programa parece gozar de buena vida con vistas a las elecciones presidenciales de 2015.

Aun con el kirchnerismo duro fuera de escena hasta 2019, cuando vence el contrato, se prevé que precandidatos como el diputado nacional Sergio Massa o el gobernador bonaerense Daniel Scioli conserven el Fútbol para Todos, quizás con leves retoques. Tal vez el más crítico con el programa haya sido el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, quien en su momento anticipó que, de llegar a la Presidencia, buscaría devolver el negocio a manos de privados. En el sector ven improbable que ese proyecto del macrismo pueda concretarse ya que, advierten, ninguna empresa podría cubrir los costos que hoy están saliendo del Estado para costear el fútbol. n 3D

*Periodistas de El Cronista y autores de Fútbol Para Todos. La política de los goles.

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