Dos policías entre once condenados por venta organizada de droga

Dos policías entre once condenados por venta organizada de droga

"La banda de la tía". Sentencias contra una red desbaratada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria en 2011 que controlaba una decena de puestos en La Cerámica y El Churrasco.

 

La Justicia Federal de Rosario condenó a una banda de comercializadores de droga establecida en la zona norte de Rosario, en los barrios La Cerámica y El Churrasco, donde controlaba una serie de bunkers de expendio de estupefacientes, en especial cocaína. La sentencia en juicio abreviado recayó en once personas, entre ellas una mujer conocida como "La Tía", que fue sindicada como jefa del elenco y declarada reincidente por haber recibido una condena por el mismo delito en el año 2004.

Como integrantes destacados del grupo figuraron dos policías en actividad del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II que brindaban tolerancia mediante el cobro de dinero al funcionamiento de los puntos de venta de esta red y que fueron detenidos tras recibir efectivo en uno de esos quioscos. Un tercer policía que llegó a juicio acusado de no reprimir el delito de venta de drogas pese a saber que allí se desarrollaba fue absuelto por el beneficio de la duda.

Conocida. Las actividades de la banda de Norma López, una mujer de 53 años a la que llaman La Tía, eran de visibilidad y conocimiento apabullantes en el barrio donde vivía. Las referencias a sus búnkers eran permanentes cuando finalmente una secuencia de allanamientos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) dejó al desnudo lo que los vecinos del barrio decían.

El 9 de noviembre de 2011 la PSA irrumpió en domicilios de Palestina 1848, Valle Hermoso 1868, Avalos y Superí, y Camino de los Granaderos al 2700, entre otros lugares en los que según las actas secuestraron droga, elementos de fraccionamiento y balanzas. Fueron nueve allanamientos. "Por hoy se acabaron los quiosquitos. Todo el mundo sabe a qué se dedican", decía un vecino de Valle Hermoso al 1800, donde tiene su casa Norma López.

La PSA venía siguiendo mediante escuchas telefónicas y otras acciones investigativas a una organización coordinada dedicada a este negocio ilícito. Un momento culminante de la pesquisa fue cuando detectaron al móvil 3723 del Comando estacionado frente a un búnker de La Cumbre al 1800. Fue entre las 20.40 y las 20.45 del 28 de agosto de 2011. Del bunker vieron salir a una mujer apodada "Tola" que se encontraba allí y entregar 200 pesos para que los policías se fueran.

Las escuchas determinaron que "La Tía", quien tenía el teléfono intervenido, ordenó a la mujer que les diera ese dinero a los policías para que se fueran. El seguimiento satelital por el GPS muestra que la patrulla estuvo efectivamente estacionada en ese lugar a esa hora por cinco minutos mientras estaba afectada al servicio.

Por este hecho los policías Miguel Angel Buljubasich y Daniel Fabián Shea fueron condenados a tres años y seis meses de prisión e inhabilitación funcional por el doble de ese tiempo. Teniendo obligación de patrullar la cuadrícula donde se estaba ese domicilio, dicen los jueces, facilitaron que ese lugar de expendio y otros de la zona siguieran funcionando, aprovechando su desempeño como agentes del Comando.

En el marco de esta pesquisa la misma fuerza de seguridad descubriría que el abastecedor mayorista de López era Ignacio Actis Caporale, alias "Nacho" u "Ojito". Este descubrimiento desencadenó un año después un operativo con más de diez detenciones en distintos puntos de Rosario, aunque Actis nunca fue localizado. También en esta causa la PSA advirtió las acciones de otro traficante mayorista de Granadero Baigorria: David Delfín Zacarías quien caería en septiembre de 2013.

Droga, dinero, vehículos. El juicio abreviado fue resultado de un acuerdo entre las defensas de los imputados, que aceptaron los hechos, y el fiscal federal Adolfo Villate, que los acusó. Resultó homologado por los jueces del Tribunal Federal Nº 1 Otmar Paulucci, Ricardo Vázquez y Luciano Lauría.

La causa se inicia con una denuncia con reserva de identidad ante la fiscal de Instrucción Liliana Bettiolo. "Norma López y los hijos de ella Beba, Bebé y Fai serían traficantes de cocaína del barrio La Cerámica de Rosario. Ahora siguen vendiendo, en Anchorís y Vieytes, por pasaje uno. Un patrullero pasó por el lugar y habrían arreglado con los que vendían. Venden a un costado de la vía, a un par de casas de la canchita de fútbol, donde preparan las bolsas de cocaína", reseñaba el denunciante.

Tras semanas de escuchas el juez Marcelo Bailaque dio lugar a los allanamientos a los domicilios que eran tanto bunkers como viviendas de los imputados. Las acciones hicieron aflorar no sólo la mercadería que vendían sino elementos que evidenciaban la capacidad económica del negocio ilícito. Entre ellos un VW Vento, un Chevrolet Vectra, un Peugeot 307, dos motos Honda y una moto Guerrero, decomisados a personas que no demuestran ingresos procedentes de actividades lícitas. También la policía secuestró entonces 57 mil pesos y 300 dólares en los lugares allanados.

Organizados. Como epílogo de la investigación a "La Tía" se le atribuyó ser organizadora o jefa de tráfico de estupefacientes por lo que fue condenada a seis años de prisión más una multa de 10 mil pesos.

En un segundo escalón fueron también fueron sentenciados Florencia "Beba" Rodríguez, Ramiro Balgane, Maximiliano Balgane, Julia Miranda y Sabrina Rodríguez a cuatro años de prisión cada uno por ser partícipes de comercialización de drogas de modo organizado por la participación de más de tres personas. También fueron condenados Liliana Peralta y Brian "Bebe" Rodríguez a tres años de prisión de ejecución condicional por partícipes secundarios de comercialización de drogas.

Duda. Por su parte, el policía Walter Darío R. fue absuelto por la duda. Se le había imputado omitir una actuación sobre una persona que había comprado droga en un puesto de venta la menudeo de la banda, en Palestina al 2000, mientras estaba a cargo del móvil 4381 de la policía de Rosario. Para el propio fiscal general no había certeza para condenarlo por tal delito.

Comentá la nota