El policía que tomó rehenes en una sede municipal logró internarse, después de 24 horas de búsqueda, en el centro de salud mental del hospital de Plottier. No bien se estabilice emocionalmente, se comenzará con el trámite administrativo que derivará en su expulsión de la Fuerza por cesantía.

Sebastián Riquelme, a quien la fiscalía le formuló cargos por privación ilegítima de la libertad simple -en 14 casos- y calificada -por su ex pareja-, hecho que está agravado por el uso de arma de fuego y abuso de autoridad, se internó ayer al mediodía en el hospital de Plottier después de pasar por un par de instituciones que no lo admitieron por falta de camas.

“Es de no creer, el hombre estuvo desde las 17 hasta la medianoche en el Hospital Castro Rendón, donde no lo quisieron internar por falta de camas. Manifestó su voluntad en todo momento pero recién hoy al mediodía -por ayer- logró internarse en Plottier”, contó su abogado defensor, Gustavo Lucero, a LM Neuquén.

Riquelme no pudo cumplir de inmediato con lo convenido con la Justicia de internarse voluntariamente ese mismo día, por lo que -tras aguardar unas siete horas en Salud Mental del hospital Regional Castro Rendón- se fue a dormir a su casa. Finalmente, ayer al mediodía fue admitido en el hospital de Plottier.

Se espera que en este centro sea atendido por un psicólogo del Cuerpo Médico Forense para que le realice la pericias respectivas. De acuerdo con lo acordado, debería estar en la institución entre siete y diez días hábiles para que el profesional concluya el informe.

No bien le den el alta, Riquelme será autorizado por la Justicia a viajar a San Martín de los Andes, donde tiene familiares. El policía había solicitado a la jueza Mara Suste que le permita estar con su familia que vive en la localidad cordillerana, porque eso le ayudaría a estabilizarse. De acuerdo con lo que trascendió extraoficialmente el lunes, horas después del incidente en la delegación municipal, “este muchacho llevaba seis días sin comer porque no tenía plata y no quería pedir prestado porque le daba vergüenza.

Al salir del servicio esa mañana habló con el jefe de la Comisaría Cuarta (donde trabajaba), quien le consultó por su situación emocional con su pareja y le dijo que estaba todo encaminado y bien. Un rato después nos enteramos de que estaba tomando rehenes en la sede municipal”, contaron desde la jefatura a este medio.

Riquelme, que antes de ingresar a la Policía había sido soldado voluntario en el Ejército, será expulsado de la Fuerza, de acuerdo con lo explicado desde la institución.

“Poco es lo que podemos hacer para mantenerlo en la Policía. Un arma no le podemos dar bajo ningún concepto. Sí vamos a esperar que se estabilice y, después, se iniciarán las acciones administrativas correspondientes que derivarán en una cesantía”, confió la fuente policial cercana a la cúpula.

Por estas horas se están añadiendo las actuaciones legales al expediente administrativo que se le hará a Riquelme.