En Resistencia las víctimas fatales confirmadas oficialmente por los incidentes de esta semana fueron dos. En la capital coinciden las voces que dan cuenta de que habrían sido cuatro o más. Ricardo Romero y el subcomisario de la policía local Christian Vera, son las víctimas fatales reconocidas. Ambos terminan emparentándose en su destino trágico. Un mismo final trazado por la muerte en la capital chaqueña.

Debilidad. El Subcomisario tenía un apodo que lo llevaba desde la infancia en La Leonesa -localidad ubicada a 90 Km de Resistencia-, donde nació: le decían Quiti. A los 11 años ya manejaba la camioneta familar y ayudaba a su padre Walter en la cosecha del tabaco rubio. Todas las tardes, cuando bajaba el sol, Quiti pasaba, religiosamente, a buscar a su hermanita Romina por el Jardín de Infantes. Mientras tanto desarrollaba su otra vocación: el baile. Tanto es así, que llegó a ser profesor de folklore y llegó, acompañando a sus alumnos, a la mítica Cosquín. Además de esa pasión por el folklore, el baile le sirvió para conocer a Cecilia, su mujer y madre de su hija Milena, que a los seis años se quedó sin su padre.

El Quiti creció y se transformó, por obra y gracia de los amigos, en Gringo y en 1995 comenzó la carrera de Ciencias Económicas, aunque al poco tiempo la abandonó: no le gustaba. Allí fue que decidió ingresar a la Escuela de Oficiales de la Policía del Chaco. Su primer trabajo fue en la ciudad de General San Martin, en el Chaco profundo, y luego en la Escuela de Policía de la provincia como Instructor. Además pasó por diversas comisarías de Resistencia, participó en la división Grupo de Choque y, finalmente en la Dirección de Investigaciones Complejas.

Sus amigos, compañeros de trabajo y familiares coinciden al definirlo: alegre, divertido y familiero.

El martes 10 a las 6:30 de la mañana una bala perforó su chaleco protector, durante los enfrentamientos que se registraron sobre la avenida Edison y la Calle, 16 de la zona sur de Resistencia. El Quiti cayó mal herido. Había querido parar la locura desatada entre los grupos de saqueadores y los comerciantes que disparaban al bulto para repeler. Se había negado a dejar desprotegida la ciudad por la protesta salarial. Christian Vera no resistió las diversas intervenciones quirúrgicas en su ingle, donde penetró el plomo, y falleció en el Hospital Perrando. Fue enterrado con honores.

De “For Ever”. A Ricardo Romero no se lo conocía tanto por como figuraba en el documento de identidad. “Maca” le decían y era una marca registrada en el Barrio Tiro Federal de Resistencia, en donde desde los 12 años comenzó a trabajar como vendedor ambulante de frutas. Otro signo distintivo era su fanatismo por Chaco For Ever. Según sus amigos “era la razón de su vida”

“El pasaba con la moto, camino a su trabajo y se encontró con un disparo en la cabeza”, cuentan sus amigos. Fue el lunes, tenía 23 años y nunca llegó a su frutería.Cayó en la Calle 15 y Obligado, tras recibir un balazo en la cabeza, dicen que de un comerciante que se defendía del saqueo. Murió desangrado, instantáneamente. Romero y Vera encontraron la muerte a un par de cuadras de distancia, en una jornada que Chaco difícilmente pueda olvidar.