Polémica por la poda invernal de árboles en los barrios porteños

Polémica por la poda invernal de árboles en los barrios porteños

Fueron intervenidos 60.000 ejemplares; las tareas son organizadas y controladas por las comunas; expertos y vecinos cuestionan las técnicas utilizadas, pero los responsables las justifican

 

Hace nueve años que Marcela Regueira reclama para que sean podados los plátanos de la calle 12 de Octubre, en el barrio de La Paternal, donde vive. "Causaron destrozos en las paredes, techos y pisos de mi propiedad. Son árboles de más de 20 metros de altura y están descontrolados", se indigna. Agrega que sólo logró que una cuadrilla "embelleciera la base de los árboles con una especie de cantero".

María Angélica Di Giácomo, de Recoleta, junta firmas en el sitio web Change.org para que "detengan ya mismo la mutilación de los árboles de la ciudad autónoma". Dice que, en las podas, se cortan ramas muy gruesas y que por los agujeros que quedan en los troncos entran agua y plagas. "Tomé fotos de las mutilaciones y me dirigí a la sede comunal, pero no tuve éxito con mi solicitud", se lamenta.

El contraste se repite. Aunque son muchos los vecinos que insisten para que las comunas poden los árboles, también son numerosos los que denuncian que la intensidad de muchas podas maltrata al arbolado.

Los árboles reducen la temperatura ambiental, aportan oxígeno, secuestran dióxido de carbono, filtran los rayos ultravioletas y retienen partículas, entre otras virtudes. Pero también rompen las ventanas de los edificios, tapan carteles de señalización, interfieren con el alumbrado público y, debido a la caída de sus ramas o troncos, constituyen un riesgo potencial. Por estas razones, necesitan un servicio de mantenimiento, que depende de las juntas comunales.

Del 12 de mayo al 31 de agosto se desarrolló en la ciudad la "campaña de poda invernal", que incluyó la intervención de unos 60.000 árboles. Y, aunque la época adecuada para podarlos depende de cada especie y de las necesidades particulares de cada árbol, durante el invierno se practican la mayoría de los cortes.

Sin embargo, varios especialistas consultados por LA NACION coincidieron en que con frecuencia se verifican podas inadecuadas, lo cual redunda en un deterioro de la salud de los árboles.

Volumen

"En general, la poda no está bien hecha", alertó el ingeniero agrónomo Carlos Anaya, miembro de la Sociedad Internacional de Arboricultura. Precisó que no debería podarse más de un 25% del volumen total de la copa, porcentaje que puede variar un poco en función a distintos aspectos. "Esto definitivamente no se cumple", advirtió.

La ingeniera agrónoma Ana Beatriz Guarnaschelli, profesora de la cátedra de dasonomía de la Facultad de Agronomía (UBA), indicó que tras las podas a veces se observan acortamientos muy drásticos de las ramas que no permiten una buena cicatrización, lo cual deja al árbol expuesto a hongos y compromete sus tejidos leñosos. "Así, en las grandes tormentas se caen las ramas más comprometidas", añadió.

Las veredas de Buenos Aires cuentan con unos 360.000 ejemplares. El fresno americano (141.820 ejemplares), el plátano (35.000) y el paraíso (26.000) encabezan el ranking, según datos del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.

Hasta 2013, la atención de los árboles porteños dependía de la Dirección General de Arbolado del gobierno central, pero desde entonces la responsabilidad fue descentralizada y transferida a las 15 juntas comunales. Ahora, cada una planifica la poda de su jurisdicción: en función a las directrices impartidas por su personal especializado (ingenieros agrónomos, técnicos en jardinería o en paisajismo), una empresa contratista ejecuta los trabajos. Las ramas cortadas son luego recogidas por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.

Las empresas que podan son: Urbaser (Comunas 1,8,9, 11 y 15), Mantelectric (Comunas 2, 12, 13 y 14), Ecología Urbana (Comunas 3, 4 y 5) y Casa Macchi (6, 7 y 10).

En Olleros y Villanueva, Belgrano, la poda de las tipas constituye "un caso perfecto de mala práctica", cuestionó Anaya. "La época es totalmente inadecuada: las tipas deben podarse cuando caen sus hojas, a principios de primavera", precisó. Sin embargo, esas tipas fueron podadas en julio. "Además, se eliminó la totalidad del follaje sin prácticamente bajar la altura, con lo cual no se entiende el objetivo de la poda", agregó.

No corrieron mejor suerte los plátanos de la avenida Santa Fe al 2400, esquina Pueyrredón, podados por Mantelectric. "Están excesivamente mal podados", disparó Héctor Svartz, ingeniero agrónomo y director de la carrera de Técnico en Jardinería en la Facultad de Agronomía (UBA), y añadió que ese tipo de poda genera en los cortes una "múltiple brotación", de modo que el año próximo se producirá "una especie de plumero" en la punta de cada rama.

Mayor cuidado

En algunas zonas de la ciudad, sin embargo, los cortes se ejecutan con mayor cuidado: "A las tipas de la Avenida Del Libertador se las poda de un modo muy aconsejable: mediante cortes selectivos; se despejan las ramas más bajas, que tapan las ventanas de los primeros pisos, y se deja intacta la parte de arriba de las copas", explicó el arquitecto y paisajista Jorge Bayá Casal. Y agregó que cada tres o cuatro años es necesario bajar la altura de los árboles para evitar la caída de ramas, entre otros problemas.

Alejandro Pérez, presidente de la Comuna 14, explicó que el barrio de Palermo se poda completo una vez cada cuatro años, y que a veces se practican intervenciones "algo intensas" debido a que es complicado hacerlo con más frecuencia por cuestiones presupuestarias y a dificultades prácticas, como los autos estacionados en las calles o el tráfico.

En tanto que el presidente de la Comuna 2 (Recoleta), Agustín Fox, dijo que aunque con frecuencia algunos vecinos expresan su indignación por ciertas podas que consideran inadecuadas, "cuando les explicamos las razones prácticas, en general comprenden", aclaró. Por ejemplo, que el árbol podado tapaba luminarias o había ramas con riesgo de caída.

Un representante de Mantelectric admitió la existencia de críticas. "Un 50 % de los vecinos nos ruega que podemos los árboles porque los perjudican; el otro 50 % denuncia que maltratamos a los árboles", explicó Ezequiel Roldán, que hace 15 días dirigía una cuadrilla de la empresa que, con motosierras, podaba plátanos y tipas en O'Higgings al 2800, Núñez (Comuna 13).

Cuando esa cuadrilla debió podar la cuadra de O'Higgins al 3400, una vecina la obligó a interrumpir las tareas. "Se paró debajo de un árbol y llamó a la policía. Además sacó fotos e hizo filmaciones para presentarse en los medios y hacer una denuncia policial", recordó Roldán.

Reclamos

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad reclamó -por segundo año consecutivo- para que los "planes de poda" de las comunas se hagan públicos: cuántos árboles se podarán, qué tipos de podas se practicarán y con qué criterio se los seleccionará, entre otros requerimientos.

El abogado Alejandro Suárez Lynch presentó hace dos meses un recurso de amparo para exigir que las podas sean ejecutadas por personal idóneo y siguiendo los usos adecuados. "No estoy en contra de la poda, sino de su práctica indiscriminada", aclaró.

También, la Auditoría General de la Ciudad está evaluando en estos momentos "la forma en que las juntas comunales, que son las que ejercen el control a las empresas prestadoras del servicio de poda, llevan adelante esta tarea . Las denuncias que ha habido están vinculadas con los excesos cometidos por estos prestadores para conseguir mayor rentabilidad", dijo Cecilia Segura, presidenta del organismo, a LA NACION.

Según Svartz, aunque los técnicos en jardinería que trabajan como inspectores para las juntas comunales son buenos, "los cuadros gerenciales desatienden los informes por ellos elevados".

 

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