"Los poderes oligárquicos europeos están haciendo pagar al pueblo griego"

Iñigo Errejón, referente de Podemos, el partido que creó un cisma en el bipartidismo español, habló sobre política y educación en la UNLA.

Iñigo Errejón detiene su apurada marcha por los pasilos de la Universidad Nacional de Lanús para mirar una vidriera en la que se exhiben libros de Ciencia Política. Quedan diez minutos para el inicio de la charla “Universidad, Proyecto Nacional y Transformación del Estado”, organizada por el Centro de Estudios del Sur (CEDESUR), de  la que él es orador principal y todos corren a su alrededor, pero la curiosidad lo abstrae. Desde hace un año y medio Errejón se dirime entre su pasión por la lectura y los compromisos como secretario de Política y Área de Estrategia y Campaña de Podemos, el partido político que creó un cisma en el bipartidismo español levantando las demandas del movimiento indignado español. “Las elecciones generales de diciembre llegan en un momento de anomalía política. Solo así nosotros podemos estar desafiándoles y mirándoles a la cara”, dirá luego frente al colmado auditorio Tita Merello de la UNLA.

Errejón habla rápido pero no pierde precisión ni resigna las maneras didácticas propias de las aulas donde se formó antes de que su nombre pasara a integrar las agendas de la mayoría de los productores de programas políticos en su país. Apenas toma el micrófono tras la introducción de la rectora de la Universidad, Ana Jaramillo, y la subsecretaria de Gestión y Coordinación de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, Laura Alonso, ataca la consigna de la jornada y enumera las responsabilidades de una universidad comprometida con las tareas de su tiempo.

“La universidad debe mantener una conciencia crítica y expandir el horizonte. Atreverse a pensar un poco más allá para las disputas que se darán dentro de unos años”, señala. Pero hace especial hincapié en un hecho que hilvana rápidamente la responsabilidad académica y las demás áreas de la política. Esto es la eficacia, entendida “como la capacidad de dar respuestas usando lo mejor posible los espacios públicos, que además van a ser juzgados según las expectativas que generaron los que llegaron ahí”. Eso lo sabe por experiencia reciente, en las últimas elecciones autonómicas y municipales celebradas en mayo último, Podemos integró una coalición de organizaciones que ganó ciudades importantes del país, entre ellas Barcelona y Madrid. Errejón sabe del poder de las palabras y por eso a cada rato busca “aterrizar” los conceptos en ejemplos cercanos. “El enamoramiento no dura para siempre y el mejor ejemplo para verlo es el de las nuevas clases medias de América Latina, sectores que una vez que llegaron, protestan. Por eso uno debe responder con eficacia”.

Grecia, señala, es otro ejemplo de cómo el status quo puede reaccionar ante “el cambio”. “Los poderes oligárquicos europeos, liderados por Merkel y seguido por sus cipayos, están haciendo que el pueblo griego pague caro su valentía histórica y no lo hace por los griegos. Sino que quieren tumbar un gobierno democráticamente elegido por un problema financiero para mostrarle al resto de los países, y en particular a los del sur de Europa, que no pueden levantarse al orden establecido”.

Sobre las críticas a Alexis Tsipras, Errejón busca matizar y pide que no se lea todo de forma simplificada. “Hay una parte de la pelea que no se da en términos épicos y eso hay que asumirlo. Desde Podemos, asegura, “lo mejor que podemos hacer para ayudar a los griegos es ganar. Construir otros gobiernos de transformación. Y, humildemente, en esas estamos…”

El hombre que después de diciembre probablemente ocupe un asiento como diputado explica que Podemos plantea al Estado en el centro: como espacio de disputa y como protagonista de la transformación. En ese marco, enfatiza la importancia de crear institucionalidad porque “toda hipótesis tiene que asumir que la gente al fin y al cabo vuelve a casa”. Es decir, “hay que pensar qué tipo de política se propone para que el avance que se produzca no sea reversible apenas el adversario vuelva al poder”.

En ese contexto, finalizó, “nuestra tarea es construir una fuerza popular capaz de impedir que un pacto por arriba de las viejas maquinarias que puedan cerrar la posibilidad del cambio. Nuestro objetivo es rehacer el contrato social poniendo en el centro las necesidades de las mayorías populares olvidadas”. «

 

 

 

Podemos y los medios de comunicación hegemónicos

La irrupción de Podemos en el escenario político no puede explicarse al margen de los medios de comunicación. Por eso Íñigo Errejón, número dos del partido, no puede eludir la pregunta sobre su influencia. “Los medios tienen un poder ambivalente”, explica. “Podemos nació a partir de una lectura sobre lo que movilizó el 15M (como se conoció al movimiento indignado que comenzó con un acampe en la Puerta del Sol madrileña el 15 de mayo de 2011); una relectura de los procesos populares de América Latina, reversionándolos porque no se puede traducir igual; y una tercera pata que tiene que ver con los medios alternativos, porque una parte de nosotros comenzó en un programa de TV llamado La Tuerka en una televisora de Vallecas (un barrio popular en los márgenes de la capital española)”. Luego comenzaron a ser participar como invitados en programas políticos de la televisión privada y la izquierda tradicional los cuestionó. Sin embargo, “fue la ciudadanía disconforme con lo que venía escuchando la que tenía ganas de esos contenidos”, explica. “Curiosamente no tuvimos hueco en los medios públicos, muy controlados por el Partido Popular (PP) en los últimos años, y sí en los privados porque en un principio solo les interesaba el beneficio y les convenía”.  A medida que fueron sumando intención de voto, los medios masivos se le volvieron en contra. Por eso, afirma “a nosotros nos sirvió en el corto plazo, pero nos pone desafíos en el largo plazo para hallar un mecanismo donde transmitir nuestras ideas”.

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