Plottier: radiografía de una ciudad difícil de manejar

Plottier: radiografía de una ciudad difícil de manejar

Los recursos no alcanzan, sobran empleados y faltan servicios.

Desorganización, cuentas en rojo, planta de personal sobredimensionada, falta de servicios y viviendas y problemas que disparan polémica de manera casi cotidiana. Plottier se convirtió en los últimos años en una ciudad difícil de administrar, casi inviable y con un futuro incierto.

Un presupuesto menor que el necesario para afrontar los gastos, una masa salarial que supera el 100% de ese presupuesto, servicios colapsados que no pueden responder el crecimiento tan extendido del ejido y una planta de personal sobredimensionada son el cóctel que convierten a esta ciudad en un desafío con una urgente proyección de futuro.

Los 80 loteos aprobados por excepción durante la gestión municipal anterior generaron la dispersión de las viviendas por todo el ejido que se extendió a 15 kilómetros de largo por 5 de ancho.

Para el intendente, Andrés Peressini, en Plottier en las últimas 30 décadas se dieron dos procesos, uno natural y otro llevado adelante por decisiones políticas desde el Ejecutivo. Por un lado, la caída de la fruticultura y, por otro, la no organización del crecimiento de la ciudad.

“Las decisiones de no tomar un posicionamiento firme respecto de la organización del crecimiento de la ciudad. Incentivar la crisis frutícola y perder así el valor productivo de la tierra y jerarquizar su nuevo valor inmobiliario”, explicó.

Con esta definición pasó de tener un núcleo poblacional que brindaba servicios a una ciudad incipiente a tener vecinos diseminados por barrios alejados en donde viven sólo 4 familias por manzana y a quienes les es muy difícil llevar los servicios.

Según indicó el jefe comunal, hace 30 años había 9 mil hectáreas en producción, de las cuales hoy sólo quedan 100. “Unas 3500 hectáreas dejaron de producir para transformarse en loteos”, aseveró.

“Y las familias que están diseminadas por los nuevos barrios alejados quieren la prestación de servicios de la misma forma que si vivieran en una población concentrada. Quieren tener el pavimento, el cordón cuneta, la luz, el agua, que la calle esté regada, que todos los lotes estén desmalezados”, describió Peressini.

Servicios

Otra de las cuestiones que empeoró la situación fue que aquellos loteos aprobados por excepción tampoco tuvieron exigencias en cuanto a los servicios. Por eso hoy existen barrios aprobados pero que, por ejemplo, no tienen gas, agua ni luz.

Los tendidos eléctricos que antes satisfacían a las chacras no dan abasto para atender a los núcleos poblacionales nuevos.

En cuanto al agua, por ejemplo, la solución que encontró la cooperativa local es hacer pozos propios en los barrios y luego de pasarlos por un proceso de clorado, envía el agua a las viviendas. Pero la red no llega desde el centro hacia todos los barrios. Se hicieron sólo en algunos barrios donde los loteadores aportaron para hacerlas; en otros aún no llega el agua potable.

Lo mismo pasó con el servicio de telefonía fija. Los cables de teléfono sólo responden a la necesidad de los vecinos asentados en los barrios del centro y aledaños más antiguos.

Cualquier nuevo vecino que llegue a instalarse a la ciudad en barrios más alejados del centro se quedará con las ganas de tener teléfono.

Tomas

En la última década, la instalación de tomas de terrenos también aportó al desorden de la ciudad. Son nuevos barrios que al iniciarse de ese modo significan más vecinos que requieren de todos los servicios pero que no aportan en pago de impuestos.

“Pero también había una práctica que nosotros cortamos; fue la de darle lugar a los tomadores profesionales. Hay mucha gente que vivió de tomar y vender los terrenos. Es un hervidero, se quedaron sin el negocio. Incluso tengo algunos empleados municipales como tomadores de terreno”, aseguró Peressini, quien además dijo que “cuando uno toma decisiones políticas para regularizar el caos, se generan enfrentamientos”.

Plottier es una ciudad llena de problemas que, pese a todo, sigue creciendo. Dependerá de las futuras autoridades la decisión de corregir todas las cosas que se hicieron mal o seguir en medio de la tormenta que la ubica como una de las ciudades más difíciles de administrar en la provincia.

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