Plaza San Martín: quejas por ruidos y consumo de alcohol

Plaza San Martín: quejas por ruidos y consumo de alcohol

Quienes viven en las inmediaciones están  cansados de las "previas" que realizan los jóvenes durante los fines de semana.

Los vecinos de la plaza San Martín están hartos de las situaciones que viven durante los fines de semana. Ese malestar, que ya habían manifestado hace algunos años, ahora fue escuchado personalmente por los concejales en la primera de una serie de reuniones que buscará encontrar una alternativa que les devuelva la tranquilidad perdida.

 

Viven en una zona privilegiada: están cerca de una de las plazas céntricas más bellas, rodeados por instituciones emblemáticas como el edificio Municipal y el Concejo Deliberante. Todo eso desaparece los fines de semana cuando el espacio público es desbordado por cientos de personas, jóvenes y no tanto, que copan el lugar con extravagantes ruidos de escapes, motores, estéreos y, según los denunciantes, el consumo de alcohol vuelve a la zona incontrolable.

 

“En los últimos años la situación se volvió insostenible, nos cambió la vida en el barrio. No se puede dormir por los ruidos de los caños de escape, la música a todo volumen, los gritos. Se reúnen a beber hasta que quedan enajenados. Por ejemplo, un día sentí una explosión a la madrugada; me habían reventado uno de los vidrios con una botella de cerveza; otra vez me rompieron vidrieras”, relató Nora, una de las vecinas que ya en 2012 había presentado unas 400 firmas al Concejo Deliberante alertando de la problemática.

 

La mujer asegura que es común encontrar gente orinándole el portón de madera y cuando quiere decirles algo la agreden e insultan. “Estamos cansados de lo que vivimos me tengo que levantar los lunes o domingos con lavandina y desinfectante, dejan toda la vereda sucia, hasta pañales, porque hay algunos que se echan a tomar con los niños en brazos”, relató la vecina que tiene su hogar a metros del Concejo Deliberante.

 

Mirta es otra de las habitantes de la zona, y también está cansada. “Hace 55 años que vivo acá, y nunca pasó lo que sucede ahora. Tengo la habitación que da a la vereda y es imposible conciliar el sueño. Me tapan el garaje con motos, no se les puede decir nada, y hasta orinan en una pared del propio Concejo”, aseguró.

 

La plaza es, para muchos, el punto elegido para empezar y terminar la noche de diversión. “Esto es como un lugar de estacionamiento al que vienen por etapas: primero hacen la previa acá y después del boliche vuelven para seguir de fiesta. Nosotros en verano preferimos irnos y alquilar en otro lado por tres meses para poder estar tranquilos en las noches”, remarcó una vecina que prefirió no revelar la identidad por temor a alguna represalia.

 

Todos coinciden en que tanto la Policía como el Municipio incrementaron los controles  y que eso reduce las irregularidades; pero cuando los efectivos o inspectores se retiran de la zona, el descontrol vuelve a ganar la plaza y sus alrededores.

 

Héctor Toranzo es el presidente de la comisión de Interpretación y Asuntos Legales en el Concejo y fue uno de los que dialogó con los vecinos. “Nosotros les propusimos hacer una reunión con el jefe policial y el jefe de la Unidad de Control de Inspecciones Municipales (UCIM) para coordinar algunas acciones y disminuir esta problemática, sin correr a nadie pero quizá para tratar de tener una presencia que evite este tipo de altercados y peleas con los vecinos”, indicó el edil justicialista.

 

La próxima semana iniciaría la ronda de reuniones para tratar de buscar un consenso que permita el uso del espacio público para quienes quieran disfrutar de la plaza y el derecho a vivir tranquilos y bajo el amparo de las normas de los vecinos de la zona.

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