La plaza Independencia quedó afuera de las grandes obras del Bicentenario

La plaza Independencia quedó afuera de las grandes obras del Bicentenario

En la plaza Independencia no hay rastros de la fecha que se viene. No hay indicios de festejo, no hay en sus ondulantes pisos de granito ni en sus añejos árboles signo alguno de que en apenas cuatro meses se vayan a alzar las copas para celebrar un nuevo aniversario del episodio que le dio su nombre. En la “ciudad histórica” de San Miguel de Tucumán, como la llama la Municipalidad, el principal paseo no se está midiendo ningún vestido para recibir la esperada boda entre la historia y el presente.

Caminar por “el referente urbano más significativo de esta ciudad”, como la definió la arquitecta Daniela Moreno hace algunos años, es internarse en una cápsula de sensaciones incómodas. Es la visita obligatoria de todos los turistas que pasan por la capital y es también parte del trayecto diario de los miles de tucumanos que la transitan. Pero además es el punto ineludible del casco histórico, que este año será el centro de atención en todo el país por los festejos de los 200 años de la patria.

Mirando el aspecto meramente funcional de la plaza, lo más descuidado es el piso. Baldosas flojas y rotas, tramos de parches improvisados y hundimientos dispersos donde se acumula agua y barro entristecen el paseo, pero también obstaculizan la circulación. “Ya me he manchado los pantalones varias veces con este piso flojo. También he visto gente caerse porque tropieza con los huecos de las baldosas. Hay que fijarse muy bien por dónde caminar”, rezonga Miriam Zamora. Ella vive en la calle Monteagudo y trabaja en el microcentro, entonces todos los días camina por la vereda de calle San Martín sobre la plaza.

También pueden dar testimonio del descuido en el paseo los vendedores ambulantes, que se resisten a abandonarlo. Achilata, cuchillos, anteojos y gorras son algunas de las mercancías que se pueden encontrar. “El Gobierno, en vez de arreglar la plaza, se preocupa de corrernos a nosotros que estamos trabajando. A la siesta viene el changuerío y hace lo que quiere acá. Hasta a los policías los agarran a pedradas”, asegura un ambulante que no quiere informar su nombre, reconociendo que la actividad de la que vive es ilegal.

Con las hojas del calendario volándose en el correr de los días, en la Municipalidad los funcionarios admiten que ya no hay tiempo para ejecutar un ambicioso proyecto que tienen en carpeta. Con suerte llegarán a darle un lavado de cara para que el solar esté, cuanto menos, maquillado para el Bicentenario.

"No tuvimos apoyo de la Provincia"

Desde mediados de 2006 se hablaba de una remodelación del entorno de la plaza Independencia, que contemplaba principalmente el ensanchamiento de las veredas que enfrentan al paseo público. No se concretó. En 2010, siete empresas locales se presentaron a la licitación abierta para esa obra, pero nuevamente quedó en el anuncio. Mientras la Municipalidad capitalina avanzaba en la renovación de otros circuitos y plazas, como la Urquiza y la Belgrano, la Independencia quedó definitivamente postergada.

¿Por qué no fue la de la plaza Independencia la remodelación prioritaria? Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana, afirma que siempre y aún ahora está en carpeta la renovación integral, pero que por los montos del proyecto (casi $ 60 millones a fines del año pasado) el municipio no puede encararlo con fondos propios, sino que necesita financiamiento nacional.

“En muchos proyectos no tuvimos el apoyo de la Provincia. Y la plaza Independencia, que formaba parte de un mismo paquete de obras junto con las peatonales, fue uno de ellos”, justifica el funcionario. Recuerda que, en virtud del Pacto Social que existía entre el ex gobernador José Alperovich y ex el intendente Domingo Amaya, sí o sí necesitaban el visto bueno de la Provincia para solicitar financiamiento. Se aprobó el de las peatonales, pero no el de la plaza.

Siendo realistas y con el almanaque en la mano, Lobo Chaklián admite que apenas podrán maquillar la plaza para el Bicentenario. Repararán caminerías, pulirán los pisos, colocarán iluminación ornamental en los árboles y en la escultura de La Libertad, de Lola Mora, entre otros detalles estéticos. “Es el objetivo de mínima, y eso sí es seguro que lo haremos”, promete.

Últimas refacciones

2004: renuevan la iluminación de la plaza.

2002: útlima restauración de “La Libertad”, de L. Mora.

2001: reemplazan viejos naranjos por otros nuevos.

1997: ensanchan las veredas de la plaza (gana 500m²).

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